Tertulias de vino fino

 Y siete días después y aún con ardores llegaba la fecha mencionada en la introducción. Quinto jueves de mes, y primero desde la fundación de Bracana que se celebraba tertulia en jueves y en veintinueve de febrero. Los personajes sobre los que recayó tal honor, llegaron de la mano del paticorto de las ondas, y se trataba de José Antonio Pino Mures y de Rafael Castro Espejo.

Ambos sabedores del privilegio que vivían rayaron a gran altura y metieron una marchita más a la ya peligrosa velocidad de crucero con la que se celebró cada jueves del ya extinguido mes de febrero. Como anécdota, para también recordar en este jueves tan particular, destacar que el Consejo de Ministros y la Ceremonia de Juramentos fue realizada en su totalidad por “el Silencioso” que ante la ausencia del Pijo del Magreb por problemas renales y el Abertxale de ca Bellio, por patologías varias, gestionó la situación de forma bastante honrosa, ante la atenta mirada de Paco García. El abogado de oficio de Bracana que junto, a los otros dos invitados consiguieron la cuadratura del triangulo.

 Si alguien tiene dudas de cual es el momento justo en el que una persona revienta comiendo, haría bien en pasarse por bracana para poder comprobar en primera persona que la ingesta de alimentos debe de sobrepasar cantidades industriales para llegar a tal fin. Y digo esto, porque lo del jueves veintidós de febrero, fue digno de estudio. Habitualmente lo de comer y beber suele ser de exceso comprobado, aunque se le haya dado normalidad a comer garbanzos a las doce de la noche, habichuelas con perdiz rondando la medía noche… Pero en esta ocasión la cosa pasó de castaño oscuro. Gambas, langostino, tortillas, salchichón ibérico, queso, cabeza cerdo, caña lomo, chorizo, morcilla, perdices con tomate y para rematar costillas en salsa, A LA UNA MENOS DIEZ DE LA NOCHE. Lógicamente rematados una frutita y unos digestivos. Los culpables, Sergio Pino, su compadre Raúl, el Salva Loriguillo, el Pitu, el Jose Baena, (el cuñao, que nunca ha ido, por los cojones, y que por primera vez en la historia de la República repite dos semanas seguidas como invitado) y por último el Miguel García panadero (El cubata) que juró bandera y disfrutó como llevaba tiempo no hacía (según salió de su propia boca)

 Y del ocho al quince, siete días de descanso de forma rigurosa, para atacar nuevamente a los placeres de la vida. Y en esta ocasión caras nuevas y conocidas para cerrar el circulo perfecto.

Mucho se habló de vino y muchísimo se hablo de la elaboración del mismo y todo lo que lo rodea, pasando así una noche perfecta, aunque tengo que decir que me costó llegar al limbo muchísimo ya que yo también moje el piquito en más de una ocasión.

 Febrero se presentó con la novedad histórica de contar con cinco jornadas de tertulia y con la particularidad de celebrar una de ellas el veintinueve del mismo por ser el presente año bisiesto.

El resultado de los tres aspirantes a alternantes fue bastante diferencial, ya que hubo quién rindió al máximo, quién lo hizo a su justa medida y quién gestionó el momento tímidamente. De todas formas todos pasaron la prueba y al día de hoy, tanto en Montemayor, como en La Rambla y por supuesto en La Vereda del Cerro Macho se encuentrantres embajadores bracaneros de primer nivel. Y por ello, Jose Aguilar, Juan Moreno y Manuel Urbano presumen de pasaporte.