Tertulias de vino fino

Hay veces en que controlar las situaciones se vuelve complicado, hay que serenar los ánimos y volver a ordenar las cosas. Nuestra última tertulia tuvo algo de esto que comento. Volvimos a los orígenes, una fondue de lomo y pechuga, ayudó a reposar la tertulia, ya que las dos anteriores habían sido algo alborotadas.
Curiosamente cumplíamos nuestra décima tertulia, y sirvió para hacer un balance de todo lo acontecido en las diez semanas que ininterrumpidamente jueves tras jueves (a excepción de un miércoles) hemos quedado para beber vino, comer y charlar.
También hablamos de la proximidad de la Semana Santa, ligada tan estrechamente al mundo del vino. Recuerdo personalmente como en mis tiempos de costalero del resucitado, una arroba de vino nos acompañaba en nuestro periplo procesional por la calles de Montilla.
Discutimos sobre el día al que trasladaremos la tertulia del jueves santo, o sobre el menú para esos días, Algún miembro de la tertulia, recordó la prohibición de comer carne en estos días tan señalados, es curioso, pero las costumbre mamadas desde pequeños siguen teniendo fuerza en estos tiempos.
Por mi parte, no había dudas, una olla de garbanzos con callos iría que ni pintada, pero este tema no quedó cerrado del todo.
También hicimos balance de la noche rockera vivida el sábado anterior en donde dimos prácticamente un jornal, ya que entramos a las nueve de la noche y salimos de allí a las cuatro largas de la madrugada. Sin duda disfrutamos como chiquillos de veinte años, y es que a veces hay que transformarse en lo que toque, eso sí, solo a veces.
Como podéis ver, la cosa estuvo tranquila y ordenada, solo pasadas un par de horas hubo problemas para identificar los tenedorcillos de la fondue, y es que le Fresco el Pureta empezó a hacer efecto, y alguno comió de los suyos y de los demás.
Como digo diez semanas en las que han pasado muchas cosas, muchas sensaciones, muchos ratos de risas, muchas y buenas comidas, y por supuesto muchos y diferentes vinos que han sido el bálsamo para aliviar males, engrandecer historias, acelerar y reposar las almas y sobre todo levantar el espíritu.Ahora y con la Semana Santa a la vuelta de la esquina, solo espero que como dice Merino, mi compañero de trabajo, “las costumbres se vuelvan leyes”, y que mientras el cuerpo aguante, los jueves estén señalados de rojo en el almanaque como lo están los domingo y días de fiesta.

Vino. Fresco El Pureta. Amontillado Viejo

Tapeo. Corazones de Alcachofas con anchoas, lechuguitas con ajitos fritos, Fondue de lomo y pechuga. Queso curado viejo.

Música. Calexico, y luego recopilatorio (Jose Mercé, Camarón, El Junco, Triana, etc...)