22 de septiembre de 2010

22 de septiembre de 2010 - Sin comentarios

Otro verano a la talega


Aprovechando que mi amo me ha dado permiso para contar lo que vi en la última tertulia, no voy a dejar pasar el más mínimo detalle
Volvían a la morada Vílchez Punset después de un par de semanas vagando por esos mundos de dios, por su mal comportamiento. Y lo hacían con ganas de fiesta y sobre todo de comer en condiciones nuevamente, de hecho los fogones de la cocina volvían a funcionar a todo trapo y el olorcito a chorizo a la sidra que embriagaba la casa, hacía pensar que tocaba “jateria de la buena”. Y así fue el chori a la sidra salió cojonudo y no tuvieron otra idea que coger dos panes de cuadraita, abrirlas, quitarle “la molla” y “apescolarlos” de chorizo. Mi amo triunfo y cuando acabaron el chori siguieron comiéndose el pan empapado en la pringue a pellizcos.
Como digo la noche iba de “jateria” y cuando “el pepelui” apareció con el cazón en salsa, el personal hizo la ola. “El sála” que era el invitado en esta ocasión flipaba, comiendo, bebiendo y alternado, olvidando así por un rato, el riñón, la rodilla y la trilla de los días.
La cosa que la tertulia iba tranquila, hasta que “el madri” y el ahijado de mi amo, “el sr cruz” se picaron por temas musicales. Os explico, el niño no tuvo otra ocurrencia que poner el himno del barça a todo trapo en el portátil, “el madri” invito a “el src ruz” a quitar la musiquita de los cojones. “el sr cruz” no lo hizo y pago mi amo. Si, mi amo, pudo ver como “el pijo del pádel” pegó un manguerazo fuera-dentro. Cuando mi amo le recriminó su actuación, no tuvo otra cosa que contestarle: ¡Si no sabes controlar a tu niño, no lo tenga!

Pero si “el sála” era la novedad de la tertulia, la ausencia fue considerable. El Fino Patahierro no estuvo en la tertulia por primera vez en treinta y siete semanas. El barril de cuatro arrobas largas se encuentra en cuidados intensivos, es decir esta en un lagar de la sierra en manos maestras y fermentando. Su lugar lo ocupó el Fino el Despiste que una vez más supo a gloria.
En fin que han puesto el broche al veranito en el patio, ahora viene el otoño y la verdad es que como la familia sigue creciendo, ya sabéis que me han “encalomao” una pájara en la jaula, (pobesssilla no sabe donde ha ido a caer), ando un poco preocupado ya que llevo días que no veo a Carmelita Roquefort, y la verdad sea dicha, se que el otoño lo empezamos aquí, pero no se donde lo terminaremos. ¿Quizás en Sant Brilli´s Street?, por lo que truene me voy a apuntar a una academia de ingles. !Piti ki nau!

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