10 de octubre de 2011

10 de octubre de 2011 - Sin comentarios

De los Manuscritos de Brácana, a las diabluras de “el primo fede”.

Y llegó el día esperado, bueno más bien uno de los días esperados, ya que en Brácana Center todos los días de conclave son esperados.
Pero bueno a lo que voy, que esta semana sumaba el conclave treinta y cinco y además como era el primer conclave del mes, pues los bracaneros estaban solos y sin embajadores. Es decir conclave cerrado que se suele aprovechar para poner la caja al día, planificar los acontecimientos venideros, etc…
El orden del día venía cargadito, pero mientras iban llegando los bracaneros la charlita iba sobre la huelga de la NBA y los jugadores que van cayendo por Europa, desesperó un poco al personal el millón de euros que se embolsará el Koby Bryant por partido, por jugar en un equipo turco. Pero lo que desesperó de verdad fue la decisión de “el primo Fede”, alcalde de la vecina localidad de Montilla, de largarse a hacer carrera a Madrid con el PP, y hacerlo alternando con la alcaldía de Montilla. Aquí hubo opiniones de todos los gustos, pero la mayoría puso fino a “el primo Fede”. La verdad es que a mí me llamó la atención la irritación que cogieron algunos bracaneros, ya que al fin y al cabo “el primo Fede” no tiene autoridad sobre Brácana.
Mientras charlaban y daban paso a la sesión plenaria el Ministro de Alimentación (este va a lo suyo) hizo degustar un salmón marinado por el mismo y que cargo de fuerzas al personal para la deliberación de los temas a tratar. Como tema principal, se aprobaron las nuevas reformas en Brácana Center, que acaparó un amplio debate.

Después de la sesión plenaria “el presidente” informó de los resultados individuales de la prueba cultural que semanas atrás tuvo lugar en la sede, y en donde destaca el ocho y medió que obtuvo “el paticorto de las ondas”, por lo demás muchos progresa adecuadamente y algún que otro bracanero que aprobó raspadito raspadito, incluso queda alguno para la recuperación de diciembre. “El presidente” continuó leyendo un texto elaborado tomando un peñizquito de cada redacción de las pruebas culturales y confeccionando así los manuscrito de Bracana, que aunque no son los del Qumrán, seguro que cuando pase el tiempo tendrán tanto o más valor que los manuscritos del mar muerto.
Para finalizar su elocución, hizo llegar hasta los bracaneros el texto mandado con carácter de documento institucional por parte de “el camarada pruden” agradeciendo formalmente su invitación como embajador hace algunas semanas.

Aún quedaba por llegar el “paticorto de las ondas” que cumpliendo con sus obligaciones como Ministro de Información de Brácana, venía de currar, y claro al entrar en la sede institucional, todo el mundo se dirigió a el, para demandarle información sobre la decisión del “el primo Fede” y los rumores de dimisión del primer teniente alcalde de Montilla “el pepe repiso”. Allí se habló de todo, cada uno volvió a dar su opinión, pero ahora las opiniones tomaron otro cariz. Se habló de la ambición humana, de la moralidad, de la lealtad a los votantes, o de lo humano de la ambición. En fin que se volvieron a calentar y para tranquilizar al personal el Ministro de Alimentación (que seguía a lo suyo) hizo servir el pisto o boronía con un huevesito a la plancha estrellado.
Si la música amansa a las fieras, la comida amansa a los bracaneros. No dejaron resto de la boronia y acto seguido y para no perder ritmo volvieron a deliberar, esta vez sobre la fecha de la cena de navidad, que tras un amplió debate se adjudicó al diecinueve de noviembre. La primera fecha adjudicada fue a caer al día veintiséis, pero la negativa de asistencia de “el aijao”, por motivos sexuales hizo denegar tal fecha. “El aijao” argumentó que tal fecha y si nada lo remedía se encontrará en Valencia afilando el sable (así lo dijo).
El conclave como tal fue diferente, y no solo por lo que os he contado, lo digo también porque no hubo hora mancha, ni hora “di napoli” y sobre todo porque el primero en marcharse fue “el pijo del padel” aunque la escusa es clara y veraz, estaba malo como un perro e hizo un gran esfuerzo por compartir un rato con sus conciudadanos, pero cuando “el niño” hizo sonar el himno del Barcelona por la megafonía de la sede “el pijo del padel” salió zumbando.
Sí hubo sesión de reminiscencias, y también hora de Saramago, y digestivos, y bombones de chocolate y nata, y risas, muchas risas, y sobre todo ganas de que llegué el próximo jueves, dia grande en Brácana.

Suman y siguen…

Ah, se me olvidaba, el vino con el que regaron la noche fue Fino El Despiste.

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