5 de julio de 2017

5 de julio de 2017 - Sin comentarios

Entre mecánicos anda el juego

Para cerrar el mes de junio, Brácana ha modificado sus costumbres. No es la primera vez que cambian horarios y demás aunque, esta vez, la cosa está más que justificada. La quedada semanal comenzó fuera de la sede, en concreto en la vivienda en la que mi amo reside, en la vecina localidad de Montilla. El motivo era conocer a la pequeña Julia y felicitar a los nuevos padres por el nacimiento de la criatura. Como ya estaba al tanto de la jugada, tiré detrás de el Silencioso hasta reunirme con el resto del personal. Fue una visita de cortesía, esto es, besitos, latigasso, regalito y pa casa. A eso de las 22:00 horas ya estaban en la sede preparado para recibir nuevos embajadores, no obstante, antes de entrar en materia, me detendré en un detalle que no habréis pasado por alto.
Me he estado informando y el nombre Julia proviene del latín. Es la variante del nombre de origen latino Juliana, qué al parecer, se daba a las mujeres más hermosas. Coño, pues mola el nombre ¿no? Aún así, los más avispados habréis apreciado que es un nombre femenino. ¿Cómo cojones van a averiguar ahora la línea de sucesión bracanera? Se admiten apuestas.... ¿se pasarán por el forro el reglamento? ¿Claudicarán admitiendo a Julia como bracanera de pleno derecho...?


Dicho esto, que no es sino una paja mental para hacer bulto en la crónica, me centro en la quedada del pasado jueves. Como digo comenzó más tarde lo habitual. No obstante, puntuales, allí estaban los dos invitados de la noche: uno veterano como el Isi y otro novel como el Paco, tío del primero. Menudo personaje como contaré más adelante. La presencia de el Isi, mecánico de profesion, hizo que buena parte de la charla inicial derivara en el tema de los motores. Entre la Pantera, el Ahijao, el Isi y el Paco, que también entiende de estas cosas, dieron una clase magistral de trócolas, cojinetes, chasis, centralitas, frenos, rodamientos, sistemas eléctronicos... Coño, aprendí tanto que me están dando ganas de pillarme un coche de esos de los playmobil para montarlo y desmontarlo a mi antojo. Aún así, la tertulia de la noche fue variada, saltando del espectacular papel de la Sub 21 en el europeo al tema de los contratos profesionales del deporte. Aquí el personal se encendió, obligando al Ministro de Alimentación en varias ocasiones para apaciguar los ánimos. Mientras todo esto sucedía, ya habían dado cuenta de un quesito y una tortilla de patatas, regadas pertinentemente por Fino ISAUTO aportado por el Isi. Cuando dieron cuenta de él, echaron mano del Fino Pedraza, mientras pelaban con ansia las gambas traídas por los embajadores.


Hasta aquí todo más o menos normal. Vamos, lo de todos los jueves, sólo que esta vez la Tertulia tenía un componente impredecible: el Ligre. Ha vuelto al redil después de su periplo profesional en la Costa del Sol, así que llegó con ganas. Estuvo comedido hasta bien entrada la velada. No obstante, coincidiendo con el cambio de tercio de el Ahijao -léase leñassos- y la apertura de la hora mancha, la cosa dio un giro de 180 grados. Por aclamación popular, se preparaba ya para interpretar un jueves más el Café Negrito, escoba en mano. Ahí anduvo fino el nuevo embajador, que aprovechó un descuido de el Ligre para apropiarse del improvisado micrófono y marcarse un temita de Queen. No contento con ello, solicitó al DJ Viejuno -léase el Suerto- un segundo tema de Michael Jackson, marcándose los pasos made in rey del pop, tocamientos incluidos.


El Ligre se sintió dolido y quiso dejar a el Paco a la altura de los teloneros, así que se pegó un Café Negrito con la misma intensidad con la que se pide una cerveza en pleno mes de agosto a las tres de la tarde. Así terminó la cosa, como el rosario de la Aurora, pero a lo bestia. Por ciento, cuando ya me iba vi como los embajadores echaban el ancla en la Avenida, buscando un tugurio abierto, como decía Sabina en su Trata de impaciencia. Si es que no tienen jartura.....

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