18 de enero de 2019

18 de enero de 2019 - Sin comentarios

Nuevo mandato para el Maestro

Pues sigo diciendo que el Maestro no tiene rival en Brácana. La octava legislatura en la República se inicia una vez más con su nombre tras las elecciones celebradas en la Hacienda El Rebelde un año más. Con la ausencia de el Suerto, por problemas personales, la jornada electoral comenzó con mucha tranquilidad ante los sondeos que daban al Maestro ganador por una amplia mayoría. Esta vez innovaron con unas sardinas asadas, a cuya cochura contribuyó el Charles Navarro. A bote pronto no tenía ni idea de quién era, pero resultó ser el cuñado de el Paticorto, llegado desde más allá de los Pirineos. El hombre se encontró en plena faena de preparación y tardaron lo justo en encalomarle un papelón de pescado y la parrilla.


Así, entre dos luces, se iniciaba la jornada electoral, a modo de momento de reflexión porque ya sabéis que en Brácana, todo lo que no sea vino y jatería no tiene razón de ser. Solventado el trámite de las sardinas, que duraron lo mismo que una saliva en una plancha, despidieron al Charles, que partía temprano para Francia y dispusieron toda la parafernalia necesaria para las votaciones: la urna, las papeletas y el ojeador de la ONU. Una vez más desde la República se solicitó al organismo internacional presencia acreditada para evitar fraudes electorales como los ya vividos en anteriores elecciones.


Y sin más, Coleman en mano un año más, comenzaron las votaciones. Uno por uno el personal bracanero fue pasando por la urna, depositando su voto en la candidatura que les ofrece más seguridad, ante el Maestro y el Ahijao que conformaron la mesa de votación como miembros más veterano y joven, respectivamente de la República. Con todos los votos emitidos, incluido el telemático de el Suerto, comenzó el recuento con sorpresas. Al 69'9 por ciento del recuento, un empate entre el Maestro y el Suerto hacía prever un vuelco electoral a la altura del logrado por Ligre I El Breve, en alguna legislatura anterior. La cara del todavía presidente era un poema, viendo cómo podía caer el chiringuito montado tras ejercer ocho años en el cargo. La tensión era tal que al 93'5 por ciento del recuento se mantenía el empate entre ambos, con cuatro votos para cada uno de ellos. Quedaba pendiente una última papeleta para cerrar el escrutinio y un último voto para el Maestro, renovaba su mandato


Más o menos como en Cuba cuando estaba Fidel. Vamos, que no hay quien lo eche. Aunque ya se sabe que el pueblo es soberano y si ha sido su decisión habrá que aguantarlo un año más, que remedio. Para celebrar una nueva jornada democrática, un año más no faltaron las hogueras de San Juan. Es ya una tradición, lo mismo que saltar la candela, sólo que esta vez estuvieron cerca de caer de boca en las ascuas. Especialmente mi amo, el Pijo del Magreb, que se paseó entre las llamas hasta montado en una carrillo. En fin que se cierra una nueva legislatura y se abre otro mandato en el que el objetivo es seguir bebiendo, comiendo y riendo, como si no hubiera mañana.


Por cierto, que se me olvidaba. La semana que viene me voy de vacaciones. En julio el rendimiento baja en Brácana de manera alarmante con continuas idas y venidas del personal. Si ellos lo hacen porqué no voy a hacerlo yo. Así que me he pillado un vuelo hasta Nueva Guinea, donde hay un hotelito regentado por una cacatúa guapa que me ha hecho tilín.
Ya os contaré. Hasta después del verano.

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