Tertulias de vino fino

 Y totalmente en rachados, siete días después, otra vez, (jueves 25) y en apenas un mes,
segunda salida de la sede para conquistar territorios forasteros. Pero ahora pincharon en hueso, y es que poner el pie en la Casilla del Gordo no es cosa baladí, mas bien todo lo contrario: 

Casi con rodilla en pie y con el capote en una mano, con la otra iba sirviendo estrellas de Galicia chiquitas para que el personal se fuera haciendo a la idea de lo que le venía. No estaba solo en la faena, y para ello se rodeó de una cuadrilla de boinas verdes de primer nivel. Paco Molina, Juan Pino, Bernardo, Pozo, y Solano Palma. (De que se iban a asustar los susodichos). Luego ruta por las instalaciones de la “casilla”, recital de saxofón, repique de tambores, estreno de la Primera Gitaná Flamenca Bracanera, pelea de gallo, intercambio de recuerdos. Aunque aquí quiero hacer un matiz, los bracaneros tuvieron a bien regalar una fotito enmarcada de la visita del gordo a Brácana en fechas pasadas, y él les correspondió con el eje de un carro de cadenas con cerca de cien años de antigüedad. Pero como digo, la cosa fue de menos a más y casi a las dos de la mañana cada mochuelo voló para su olivo, dejando atrás una noche inolvidable.