Tertulias de vino fino

 La peregrinación a “La Fundi” más que una tradición bracanera, que lo es, se ha convertido en una maravillosa experiencia anual donde al amparo de los caldos y manjares del amigo Juan Castillero, reciben cada año una nueva estación. Años atrás saludaban la primavera pero por motivos, que no vienen a cuento, en esta ocasión saludaron la entrada del verano. Día justo, 20 de Junio, en el lugar ideal. Es como si los dioses lo hubiesen decidido así, a pesar de la inconsciencia de los protagonistas.

Narrar la manera en la que Juan ejerce de anfitrión es algo complejo, aunque para resumirlo podríamos decir que simplemente se entrega en cuerpo alma a sus invitados. De aquí para allá, como un rayo. Nervioso porque las carnes rojas estén en su punto. Analizando el estado de sus vinos y alardeando de su bota favorita. La Adolfo Suarez. Sí, así la bautizo. Y es que solo un crack como Juan tiene el don de bautizar a una bota de vino con ese nombre.

En definitiva que para arrancar el verano la cita fue genial.