9 de agosto de 2014

9 de agosto de 2014 - Sin comentarios

Tras las elecciones... llega la calma


Hoy no voy a extenderme mucho porque la tertulia del pasado jueves tienen poco que contar. Bueno, quizás sería mejor decir que podría repetir los rasgos de cada quedada una vez más, pero ni procede ni me apetece. El caso es que la pasada semana, como siempre cada principio de mes, no hubo invitados. En realidad, con la cercanía de las vacaciones estivales, han acordado que la llegada de nuevos embajadores se posponga hasta el mes de septiembre. La razón no es otra que atender como se merece al personal, con pleno bracanero en la sede. Por ejemplo, esta semana ha vuelto a faltar mi amo, que continúa estableciendo lazos diplomáticos con el pueblo asturiano. Aún así el resto del personal sí que anduvo por Brácana, iniciando el largo verano. A lo largo de toda la noche pude percibir cierto peloteo hacia el nuevo presidente, que sigue encabezonado en abandonar el cargo a las primeras de cambio. Aún así, tuvo que ser él el que organizara el Consejo de Ministros, en el que se decidió que la jatería se serviría en la barra para mayor comodidad. Como el nuevo presidente no acaba de tomar las riendas del Estado, hubo incluso quien apuntó que el nuevo dirigente de Brácana es cascarón de huevo.


El jueves retomaron también la sana costumbre de realizar la llamada del ahorro. Vamos, llamar al personal ausente con la idea de ponerle los dientes largos. Veterano de guerra, el Pijo del Magreb ni siquiera atendió la llamada, algo que sentó muy mal entre el resto de sus colegas, que se tomaron el desprecio como un agravio mayor. La verdad, en poco más de un minuto ya lo habían olvidado, así que tampoco pasara a mayores. Aunque el funcionamiento de Brácaa menguará en las próximas semanas, lo que sigue a pleno rendimiento es la cocina.


El jueves se jalaron, además de las tapitas de rigor, una cazuela de merluza con gambas y almejas, que no se la saltaba un galgo. Además, cerraron la noche acompañando los digestivos, con una torta de chocolate gigante de ca Bellío, que levantó más de una ovación.
Poco más que contar de la última quedada, Bueno en realidad sí. Fijaos si Brácana va tomando empaque, que ya recibe hasta regalos institucionales del Ayuntamiento de Montilla. Las andanzas de mis compinches van trascendiendo fronteras y el Paticorto acudió la pasada semana con uno de los paneles promocionales en el que la vecina ciudad trata de mostrar sus virtudes culturales, gastronómicas y enológicas, valores estos, sobre todo los últimos, de sobra conocidos en Brácana. En todo caso, se agradece el detalle.


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