Tertulias de vino fino

 Con la seria intención de incorporar a un nutricionista y un alcoholímetrador a la nómina de la República se preparaban para el tercer y definitivo asalto al mes de Noviembre.

Con el cartel de no hay cojones, aparecía otro cuarteto de categoría en Bracana Center. Y si el refrán de viene con un pan debajo de un brazo, es bien sabido y conocido. A partir de ahora cuando lleguen; Carlitos y Rafa del Enganche, el Pepito el de las Vegas, y el Moi , no habrá otra frase más idónea para mentarlos, que; Vienen con un rabo entre las piernas y unos cuantos de toro en una olla mas grande que el sombrero de un picaó.

No creo que necesitéis mas pistas, para imaginar lo que allí se montó. Pero hasta llegar al rabo hubo que trabajarse el tema con buenos caldos y mejores tapitas. Y sobre todo con un magnifico rato de buena charla y muchas risas.

Y una vez el rabo en la mesa, la locura se desató en forma de sabor y gelatina que a mas de uno dejó los labios pegados durante la noche. Y es que la fusión vino-rabo de toro es capaz de dejar los labios pegados después de una buena jumera durante horas y horas.

En mucho tiempo no llegaban unos invitados desplazando el plato estrella del Ministro de Alimentación a un segundo plato, nunca mejor dicho. Pero es que en esta ocasión el manjar lo merecía.

Otra pregunta,  ¿se puede beber y comer hasta casi reventar y no estar un par de días malo como un perro? Con la intención de encontrar respuesta a estas dos preguntas y algunas más se presentaron en la sede el tercer jueves del mes (17/11/22), los hermanos Adamuz y su sequito de artistas.

A lo largo de la velada hubo tiempo para casi todo, y no lo digo por aquello de comer y beber, que eso se da por hecho. Lo digo, por aquello de que hubo una catica dirigida de los nuevos vinos que presentaron los miembros de los Insensatos al pueblo bracanero, entre ellos figuraban el Pretil y… la Manga del Negro, entre otros. Tampoco llegaron faltos de los derivados del cerdo, la granja o la huerta. Es decir, pusieron toda la carne en el asador para que la respuesta a las dos preguntas con las que comienzo este relato fueran certeras.

El culmen de la noche llegó con la carrilada con pataticas fritas que sirvió el Ministro de Alimentación para poner el broche de oro a una velada donde la arroba se quedó corta, y la fiesta vino larga.

Y con respecto al experimento, la respuesta a la primera pregunta es la siguiente: no saben, no contestan, o no se acuerdan. Y con respecto a la segunda: Imposible, salvo que seas pinche, te tires toda la noche fregando como la canillera en el quijote, o simplemente no te guste el vino.

Lo dicho imposible.

El segundo jueves del mes (10/11/22) un verdadero cuarteto de artesanos, llegaban hasta la sede bracanera, el carpintero Pepe Moyano, junto con el mecánico Antonio Carrasco,

 el multiusos forjador Morry`s, y el experto en hormigones y cementos Antonio Delgado aparecieron a esos de las nueve y algo, con víveres para pasar la noche del jueves y un par de ellas más. La amalgama de vinos fue variada y a cuál más bueno, tanto que la cuartilla que trajo el Moyano cayó rápidamente. De viandas no anduvieron cortos tampoco, con los productos del cerdo como referente y quesito de categoría.

Y como la cosa se fue alargando sin apenas darse el personal cuenta, el Ministro de Alimentación presentó como plato estrella un lomo a la sal, que… Y así, entre muebles guasaries, cigüeñales, embolos, trócolas, mesas de forja rusticas y hormigón, metros y metros de hormigón salieron de la sede con la noche avanzada, cantando bajito.

 Jueves productivos desde 2010. Así reza el eslogan principal en la pechera de las camisetas bracaneras originarias de hace algunos años. Y a decir verdad (o en verdad, como ahora dicen los jóvenes) esa pequeña frase viene a ser el evangelio bracanero. Ya que a lo largo y ancho de los tres jueves tertulianos del mes de Noviembre quedó demostrado con creces. 

A modo de adaptación al medio (nada necesario por otro lado) el primer jueves (3/11/22) y como viene siendo habitual, lo dedicaron a cuerpo y alma, y sin invitados a sus cosas. Ya sabéis, sus cuentas, sus chismes (o más bien, referir) sus calenturones con el gremio del sexo contrario, etc… Y de paso para, que el Kikxi de Bracana se pusiera al día con la comida de ingreso en la República tras un par de años de atraso. Para ello elaboró (bueno lo hizo la matute) pollo a curma con cuscús (o algo así, al parecer estaba bueno) Era una especie de preludio de lo que se presentaba para los tres jueves siguientes, que no os voy a desvelar hasta entrar en detalles, pero que resultó ser, así resumido, una verdadera aberración descontrolada y derrochadora de los derivados del la uva Pedro Ximenez, del cerdo, del toro, de las legumbres y de los tubérculos. Ufff.

Pero vayamos por partes como dijo el malasangre en la carnicería de su papa.