21 de febrero de 2017

21 de febrero de 2017 - 1 comentario

Dos de tres, gracias al primo Vílchez

Como quien no quiere la cosa, ya hemos consumido la mitad del mes de febrero en el calendario bracanero y, contrariamente a las expectativas, el Silencioso sigue sin ir a los patos. Ahora que caigo, en el mes que lleva su nombre, todos los embajadores que están pasando por la sede son apuestas a caballo ganador. Ya me extrañaba a mi que estuviera tan seguro de apostar con mi amo, al que cada vez veo más cerca de darse un bañito. Precisamente los primeros momentos de la Tertulia del pasado jueves tuvieron ese denominador común, porque la gente ya hace apuestas al margen de la ya nombrada, sobre cómo y cuándo llegará el momento de que alguien se de el chapuzón. En ello andaban, cuando llegaron los invitados de la noche, dos viejos conocidos, a pesar de que uno de ellos, el Nacho Lucena, pisaba por primera vez la sede. El otro ya lo había hecho con anterioridad, aprovechando los lazos sanguíneos que le unen con los apostadores de los patos: el apellido Vílchez. El Manolo y el Nacho ya estuvieron en la visita realizada a las instalaciones Palacio Quemado en Extremadura, del que ya hablé años atrás. Era una visita debida, cuyo pago se hizo esta semana.


Lo bueno que tiene invitar al primo de vez en cuando, es que aparece con una variedad importantes de vinos que, como bien sabéis, siempre son bien recibidos. En esta ocasión llegó con Fino, Amontillado y P.X. El Primo, además de un flan con caramelo elaborado para la ocasión por el América.
¡Menudo personaje! De una u otra manera siempre está presente en Brácana, ya sea de cuerpo presente, aportando jatería o como protagonista en algún tema de conversación. Dicho esto, huelga decir que una vez más salió a colación, aprovechando el postre, el talegazo que se endiñó en las Casas Nuevas años atrás, por culpa de una tapa de alcantarilla abierta y mal señalizada... siempre según él: "Me cago en mi p*** madre, ¿quién ha puesto aquí si esta mañana no estaba?". No fue el único manjar que cayó por la sede de la mano de los embajadores, que también aportaron sendas empanadillas de jamón y queso y de atún con tomate, que no hicieron sombra al cazón en salsa que elaboró el Ministro de alimentación.


Resuelto el tema del manduquio, el jueves recuperaron una tradición que hacía tiempo que no se llevaba a cabo como los rondos. En esta ocasión no fue de porteros, ni de chisnacles, sino de términos autóctonos de Montilla. Ya sabéis, que si el bombito, el rebate, la gofifa... También recurrieron al siempre fácil tema de conversación del fútbol, sobre todo tras la capuana que el endosó el PSG al Barça en la Champions y de la victoria del Madrid ante el Nápoles. Bonita ciudad por cierto, en la que dejó su impronta futbolera Maradona, otro personaje que se llevó un repaso el jueves por sus conductas digamos, poco apropipadas.


Pero de todos los temas de conversación, el que más me moló sin duda fue el repaso nostálgico a los habitantes de los actuales Montes Bracaneros, también llamado Paseo de los monos. Por fin pude saber del por qué de este nombre y es que, según parece, antaño había monos en jaulas en esta espacio e incluso un ciervo. Según contaron, los monos eran unos profesionales del hampa a los que era difícil chulear. Basta como ejemplo que a un primo de mi amo le birlaron las gafas por la patilla, cuando este se hacía el gallito, a un palmo de la jaula.


En el fondo son unos nostálgicos y emplean casi más tiempo en hablar del pasado que del presente. Si es que son como niños, pero mucho más cabrones. Como muestra dos ejemplos. El primero es que sigo sin dar con la autoría de los grafitis que aparecen en la libreta de el Paticorto, con miembros viriles cada vez más elaborados. El segundo es que el Abertxale menea mi urna cineraria como si fueran las maracas de Machín ¡Coño, que son mis restos! Un poquito de respeto o va a escribir la semana que viene Rita, pero no Barberá, que ya juega al dominó con Rockberto y Labordeta, me refiero a la Cantaora.

1 comentarios:

Para que luego os quejéis de primo.....

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