21 de enero de 2019

21 de enero de 2019 - Sin comentarios

Otra noche de magia

El mes de enero va que se las vuela. En Brácana no hay tiempo que perder porque entre las vacaciones de verano y las fiestas navideñas, hay trabajo atrasado para cumplir con los compromisos adquiridos. Y es que contando los invitados del pasado jueves, ya nuevos embajadores, Brácana supera la cifra de 530 personas diferentes, que han pasado por allí en la última década. Si quitamos mujeres, menores y ancianos, el porcentaje comienza a dar miedo. A este lista se unieron el jueves tres personajes más,  el Patas, el Chato y el Jaime el Mago, además que el Tanque, que ya es prácticamente un asimilado. Evidentemente, con la presencia de estos dos últimos personajes, podéis imaginar por dónde fueron los tiros el jueves: ilusión, embeleso, sugestión y, como siempre, cabreo de el Silencio. Y es que la magia es superior a sus fuerzas.


El tema de la magia ocupó la parte final de la tertulia porque el Jaime se retrasó por motivos laborales. Aún así, nada más llegar ató con una cadena el tranco de la puerta retando al personal a salir si encontraban la combinación de salida. Lo que no sabía es a a mis colegas, mientras haya vino y comida les da igual quedarse encerrados. Otra cosa es que se acabe y, llegado el caso, cómo explicárselo a la familia.


Como decía, antes de que el Jaime llegará a la República, el Patas, el Tanque y el Chato ya campaban a sus anchas, aprovechando el Fino Pompeyo que trajo este último, en su condición de trabajador de Bodegas Navisa. Llevando el compás entre el vino, el jamón, el queso y la caña de lomo, hubo momentos para las conversaciones serias, como la situación que se vive en Totalán, donde un niño de dos años ha caído a un pozo y se trabaja contrarreloj para intentar rescatarlo. De ahí, hilando conversaciones se pasó a hablar de montañismo y barranquismo, como un proyecto de futuro a acometer en Brácana (eso sí que no me lo perdería por nada del mundo). No podía faltar el momento 'deporte', esta vez baloncesto y balonmano, porque el Patas y el Chato han sido jugadores en ambas disciplinas. Por ello repasaron un jueves más los orígenes y evolución del Club Baloncesto Montilla y, de paso, el Mundial de Balonmano que se celebra entre Alemania y Dinamarca, donde España está dando hasta el momento el DO de pecho.


Evidentemente faltaba el discurso presidencial, que no se pasa por alto en la República desde que mi amo ha cogido el cargo. De momento todo son intenciones. Que si voy a hacer, que si voy a quitar, que si esto es una puta anarquía... pero hechos, lo que se dice hechos, todavía no veo ninguno. Mientras todo esto sucedía el ministro de alimentación preparaba un arroz con pollo que salió a la mesa de formica justo antes de pasar a la magia.


El Jaime fue el promotor de la Gala de Magia de Montilla celebrada el año pasado y ahora tiene en mente nuevos proyectos, relacionados con el vino, en los que unir el mundo de la ilusión con el de la enología. Por ello, quería probar algunas rutinas y eligió la República como lugar de ensayo. Cadenas, dados, cartas, hipnosis...


El personal flipó, a pesar de estar algo alborotado en algunos momentos porque, como dijo el Jaime, en la magia es más importante disfrutar del momento que conocer la solución. Aquello terminó con un mano a mano entre el Jaime y el Tanque, en el que no podía faltar el mosqueo de el Silencioso, ni tampoco los tradicionales digestivos con los que se cerró la tercera noche bracanera del año corriente.




20 de enero de 2019

20 de enero de 2019 - Sin comentarios

Pa' qué lo habéis votado

Brácana vuelve a la normalidad, después de las fiestas navideñas que, año tras año, producen cierto estrés en la República. Especialmente convulso está siendo este 2019 en la República, tras las elecciones anticipadas vividas el primer jueves del año. Al nuevo presidente parece que se la ha subido el cargo a la cabeza y se ha erigido en salvador de la República al más puro estilo Fidel Castro. En siete días sus discursos están cargados de populismo y, además, duran un montón. Ahora explicaré por qué, pero ya puedo adelantaros que se comienza a hablar de moción de censura para un presidente -todavía no ha nombrado ministerios- que tengo mis dudas sobre si acabará la legislatura.


En seguida entraré en detalles, pero antes vamos con lo verdaderamente significativo. Brácana vuelve a la normalidad, como decía al principio, y esto pasa por la llegada de nuevos invitados, que ya contabilizan como embajadores. En esta ocasión, para estrenar el nuevo año, en Brácana han tirado de relaciones comerciales, contando con la presencia de la estirpe García Velasco, casi al completo. Dos de ellos, el Fran y el Carlos, ya estuvieron tiempo atrás en la sede. Ambos regentan la imprenta oficial de Brácana -GAVE Artes Gráficas- y esta vez estuvieron acompañados de sus hermanos el Javi y el Migue. Todos ellos pudieron comprobar como un Estado que se autodenomina Independiente, Anárquica y Laica, por la Gracia de Dios, se está convirtiendo en un régimen totalitario y autoritario, en el que mandan los compañones del presidente.


A falta de conocer la configuración del gobierno, la cartera que se ha hecho fuerte es la de Defensa. El Cabanas, titular de este ministerio, maneja con maza de hierro -nunca mejor dicho- el control del personal. Para ello, aprovechando su turno de pinche, se hizo fuerte tras la barra con un martillo de madera, ejecutando cual perro faldero las órdenes de la presidencia ¡Lo que ha cambiado el cuento en apenas siete días! Más de uno acabó increpando al Presidente que dejó entrever medidas duras para lo que queda de legislatura. Aún así, que no todo va a ser mal rollo, tuvo tiempo para recordar las célebres galerías de personajes míticos montillanos y dirigir desde el atril una noche de buena charla, buen vino, y mejor jatería.


Mientras daban cuenta de todo ello, tuvieron tiempo para repasar la actualidad política del país vecino. Ya sabéis que la Junta de Andalucía anda pendiente de elegir presidente para los próximos años. Todo indica que será Juanma Moreno, líder del Partido Popular el que será investido, gracias a los votos de Ciudadanos y VOX. Esta última formación aparece en todos lo comentarios políticos y claro, hay para todos los gustos. Especialmente animado estuvo en estas conversaciones el Migue, como antiguo candidato del Partido Andalucista a la alcaldía de Montilla. También participó el Javi de la charla, sobre todo cuando salió la recurrente conversación del baloncesto. Al parecer es colega de el Suerto y de vez en cuando, cuando el vino y los digestivos les dejan un rato libre, se marcan unos tiritos - a canasta, mal pensados- pensando que el tiempo no pasa por ello.


Pero como ser deportista a rato no está reñido con hacer la vista gorda con el colesterol, entre todos se zamparon los entrantes, a base de queso y caña de lomo, además de unos pinchitos de pollo y unas papas con choco para cerrar la noche. Precisamente, y enlazo con el tema con el que comenzaba la crónica, el Presidente comenzó a comer como un poseso antes de presentar el plato. Era de esperar que se llevara la reprimenda del personal, pero acabó rebatiendo las críticas una por una, como si Brácana fuera su cortijo ¿Pa qué lo habéis votado? Si querías sopa, pues dos tazones de golpe. Imagino que es lo que tiene la democracia, no pensar en las consecuencias futuras al ejercer el derecho a voto, puede implicar sorpresas como las que esperan en Brácana hasta junio. Si no, al tiempo.


Época de transición con el Pijo del Magreb al frente

El año 2019 ha comenzado de manera convulsa en Brácana. Ya os contaba hace algunas semanas que la dimisión del Presidente había dejado en manos de una comisión gestora los designios de la República, generando un periodo interino que ha culminado en la primera reunión del nuevo año. Vamos, que con carácter urgente se convocaron elecciones anticipadas, para lo que hubo que llamar al ojeador de la ONU que supervisa los procesos electorales bracaneros: el Carlitos Gracia. Con la ausencia de el Suerto, por razones personales que no vienen al caso, ejerciendo su derecho al voto de manera telemática, la votaciones comenzaron tarde, mientras atacaban con saña al jamón y el fino C.B. La jornada electoral comenzó con polémica porque en el reparto de las papeletas aparecieron algunas que ya venían tachadas con los nombres de el Suerto y el Ahijao. Aquello olía a chamusquina de manera que el ojeador de la ONU tuvo que imponerse, instando al futuro gobierno a crear una comisión de investigación para investigar lo ocurrido.


La tensión era evidente porque esta vez no había un candidato claro para sentarse en el sillón de la República. Una vez configurada la mesa electoral, compuesta por el Maestro y el Ahijao, como miembros más veterano y joven, respectivamente, comenzaron los votos. Antes del inicio del recuento, los sondeos de Puntoscopia, agencia encargada de los asuntos estadísticos en Brácana, apuntaban como favorito a el Suerto, aunque con una ventaja muy pequeña sobre el Pijo del Magreb. Ya con el 27 por ciento escrutado, contra pronóstico, era mi amo el que tomaba ventaja, con dos votos, seguido de la Pantera, el Ligre, el Abertxale y el Suerto con uno. Esta igualdad en las urnas, quedó rota con las siguientes papeletas. Con el 54 por ciento escrutado, era el Suerto el que tomaba la delantera con cuatro votos, seguido del Pijo del Magreb con dos, como máximos aspirantes a la presidencia. La siguiente papeleta escrutada produjo una nueva polémica. Aparecía con una pintada de VOX en mayúsculas, en clara alusión al resultado electoral en Andalucía, donde el partido de ultraderecha ha irrumpido por primera vez en la historia democrática de la comunidad. Hizo que la Junta electoral anulara esta papeleta, procediendo a declararlo como voto nulo. Esta situación provocó un ambiente aún más revuelto, que fue creciendo con el recuento posterior. Con poco más del 90 por ciento escrutado, el Pijo del Magreb y el Suerto empataban con cuatro votos, seguidos del Ligre con tres. Todo quedaba pendiente de la última papeleta, con la posibilidad de tener que celebrar una segunda vuelta en caso de empate. No fue necesario porque el Pijo del Magreb lograba un nuevo apoyo, alzándose con la victoria electoral, y convirtiéndose en el tercer presidente de la República, tras el Maestro y el Ligre I El Breve.


Sus primeras palabras, ya como presidente electo, dejan elementos para la reflexión. Fue un discurso muy institucional y populista en el que anunció como prioridad "vino sin arrobas y comida sin conocimiento" ¡Qué cabrón! Sin dudas sabe cómo ganarse al personal. No contento con ello, anunció que la primera medida a tomar será una reestructuración de la sede instalando ganchos para morcillas y chorizos. Tampoco se olvidó de otro asunto candente como las cónyuges bracaneras, a las que prometió mayor protagonismo... sin pisar la sede. También adelantó que habrá renovación de ministerios en un plazo máximo de dos semanas, aunque sin mover el de Alimentación - pilar básico en Brácana-. Tampoco habrá novedades en la cartera de Defensa, que seguirá recayendo en la Pantera, pero con un aumento del presupuesto en armamento (miedo me da después de lo visto con la maza en Nochevieja). Por último el nuevo presidente anunció un cierre de fronteras, algo que está muy de moda en política, a la gente que no le guste el vino ni la jatería.


Ya más calmados, sobre todo tras jalarse unos filetes de pollo en aliño a la plancha, le metieron mano a los postres, esta vez un roscón de reyes de ca Bellío. Si no tuvieron bastante con la polémica de las papeletas, aquí surgió un nuevo problema. El caso es que el Presidente, en la cresta de la ola tras asumir el cargo, tiró de dedocracia por decreto adjudicando doble pinche a quien le tocara el haba -o la haba, que no me quedó nada claro-. Os podeís imaginar que la legumbre en cuestión no apareció ya con el roscón finalizado, así que deduzco que el viernes alguien pudo hacerse una idea bastante aproximada de lo que es bajarse al moro.


Un año más a la buchaca

Pues eso, otro año más que cae en Brácana. El 2018 ya es historia y ahora mis compinches de parrandas sólo piensan ya en cómo afrontar un 2019 que esperemos que sea abundante en vino y jatería. Para ello, una vez más celebraron la Nochevieja Bracanera el último jueves del año. Creo que es una fecha especialmente significativa para ellos porque implica balance de todo lo anterior y expectación por lo que está por venir. Tal es la importancia que el personal le da a este día que poco después de las 21:00 casi había pleno. Todos fueron puntuales, salvo mi hermano y el Silencioso que se retrasaron más de de media hora para desánimo del personal y cabreo del Ministro de Alimentación, que veía cómo el tiempo se le echaba encima. Cuando llegaron, la mesa de formica parecía una de las que se montan en Lavergy los días grandes. Mantel verde, platos de gambas, jamón, queso y alguna que otra vianda adornaban la mesa, que habían preparado el propio Ministro y el América. Sí, como lo estáis leyendo. El Rubio fue invitado de honor en la Nochevieja aprovechando un parón en sus quehaceres laborales diarios.


El último jueves del año también es un día importante para mí. De hecho, prácticamente de madrugada ya estaba en planta, camino de Tánger, en busca del Morito Güeno. Os lo contaba el pasado año. En Brácana Papa Nöel y Santa Claus tienen prohibida la entrada porque los regalos los trae este personaje, precisamente en Nochevieja. Lo esperaba en la frontera y, como me temía, tuvo problemas para pasar la frontera porque la policía pensaba que traía el saco de los regalos lleno de hachís. Cuando dijo que llegaba tarde para la Nochevieja Bracanera, tras un par de llamadas y después de declararlo todo, lo dejaron pasar pero ya con un considerable retraso. Aún así, y tras algunas peripecias en el camino que dejaré para otra ocasión, por fin puso pie en Tierra Santa, besando el suelo nada más llegar.


Cuando vi que todo estaba controlado me fui de nuevo hasta la Plaza Mayor del Limbo para dar la campanadas de fin de año, aunque dejando una webcam para controlar al personal a distancia. Decir que como toda noche especial, el vino servido fue Tres Miradas. La ocasión lo merecía, como los berberechos a la marinera y las croquetas del pescado que se sirvieron a continuación tras cerrar los entrantes. Una vez ahí, fue el Morito el que cogió todo el protagonismo, estableciendo de paso el ranking anual de afluencia a la República. Para ello se sirvió de un símil futbolero.

En el 2019 desciende de categoría mi amo que apenas si ha cubierto en el año 27 de 43 Tertulias. Es un bagaje muy pobre para alguien que aspiraba a pelear por puestos europeos. Por ello recibió como regalo un pin del Real Zaragoza, un equipo del que se espera más, que por categoría merece estar más arriba, pero que por circunstancias de la vida todavía no está en un nivel competitivo óptimo.

La repesca la jugará este año el Maestro. Por cierto, se ma había pasado decir que ha dimitido como presidente y que habrá elecciones el primer jueves del año ¡Qué mal rato tengo desde entonces! Con 31 de 43 asistencias, recibió un pin del Athletic del Bilbao, un grande del fútbol nacional, y un dominó como buen jubilado.


Dos bracaneros disputarán este año la Intertoto, con un balance de 34 de 43 asistencias. El Silencioso, todavía convaleciente de su operación, recibió un pin del Valencia, otro histórico del balompìé nacional y un cubo de Rubik para pasar las horas muertas que le quedan, mientras siga de baja.


Mención aparte merece el regalo de la Pantera. Junto a un pin del Valladolid, el Morito le dejó un partillo de goma para que no se haga daño con los palmetazos en la barra. Os podréis imaginar el juego que dio este elemento durante toda la noche... golpea va y golpe viene.


La Europa League estará este año muy disputada, con bracaneros de mucho nivel. El Ahijao, con su pin del Málaga en la solapa, ha sumado 36 de 43 asistencias y podrá disfrutar de su flamante calva gracias al espejo que le trajo el Morito.


El Pijo de los Balcanes ha contabilizado 38 de 43 asistencias. Aún así, es un jugador con calidad para solventar cualquier partido sin dificultades. Por ello, recibió el pin del Mallorca, que le abre las puertas de la Discoteca Pachá en la isla, y también una rueda correpasillos para no perderse a la vuelta de Brácana cada jueves.


El Paticorto ha estado cerca de la Champions pero se ha quedado a las puertas con 40 de 43 asistencias. Como le gusta el marisco, el Ribeiro y el Albariño, luce desde el jueves el pin del Celta y una funda para la libreta en la que me pasa algunos apuntes.


Los equipos nuevos vienen apretando en la liga bracanera. El Suerto jugará la Champions League tras contabilizar 41 de 43 Tertulias. Como tío castizo, recibió el emblema del Rayo Vallecano, así como una cantimplora para las largar travesías desde la República hasta La Toba.


Han rozado el pleno el Nuevo con 42 de 43 quedadas. Como equipo revelación, recibió el pin del Alavés y una linterna para alumbrar los cierres de la sede, así como el tradicional camino de regreso, junto al Pijo de los Balcanes y el Paticorto.


También jugará la Champions el Abertxale, que defendía el título. Se ha quedado a las puertas del peno con 42 de 43 reuniones. Como buen clásico recibió el pin del Racing de Santander, y unas gafas y un lápiz para llevar la cuentas de la República.


Por último, como campeón de los Champions pasada y también de la liga bracanera, el Ligre ha sido este año el único en hacer pleno de tertulias, 43 de 43. La liga le ha valido para recibir un puzzle del Arca de Noé, con su chivo y todo, y con la Champions ganada ha recibido el tradicional gato chino que, dicho sea de paso, no pasó de la primera hora más temprana del día, como manda la tradición.


No me olvido de el América que, aunque invitado, también recibió su regalito. Como podéis pensar el pin fue del Real Madrid, como merengue confeso. Además le vendrá muy bien el juego de cocina color malva que le dejó el Morito, para su labores culinarias.


Como veis la cosa dio de sí, mucho más cuando se lanzaron como posesos sobre la presa ibérica previa a las campanadas. A esa altura de la noche, el Tres Miradas era historia y ya atacaban sin piedad al C.B. Viendo que el personal iba fino, lancé el aviso pertinente para atacarle a las pasas de la potra que se fueron zampando al ritmo de las doce campanadas. A partir de ahí, el despiporre. Confeti, cava, digestivos, enigmáticos, baile y mucho alegría para despedir el año bracanero. Se dice pronto. En enero del 2010 empezaron las Tertulias del Callejón y justo un año después esta bendita locura que es la República Independiente, Anárquica y Laica, por la Gracia de Dios, que es Brácana. Más de 400 embajadores después y con casi 500 Tertulias entre pecho y espalda, esto sigue más vivo que nunca.
A 2018 muerto, 2019 puesto... QUE SIGA LA FIESTA !!!!!


El hermano de la Reina

Después de un intenso mes de noviembre y una primera quincena de diciembre brutal, Brácana se prepara ya para vivir los últimos días del año. Por ello, el pasado jueves recibieron la visita del último embajador previsto en este 2018, que no fue otro que el Carlos Rubio, hermano de la Reina Madre y también de Luiis el Golpista, al que recordaréis de fechorías pasadas. El Carlos llegaba desde Madrid y, sabedor de la tela del paño que se corta cada semana, entró con prudencia. Ya rebajado de sus quehaceres como maestro en Madrid, aprovechaba las proximidad de la Navidad para visitar a la familia y, ya de paso, darse unos golpes.


Antes de nada tengo que hacer mención especial al estado lamentable en el que entró el Silencioso el jueves pasado. No es que llegara listo de papeles, no. Lo hizo en silla de ruedas empujado por el Ahijao. Según contó ha pasado por quirófano para emparejarse los dedos de los pies, que parecían las teclas de un piano abandonado en un sótano con humedad. Podéis haceros una idea de la cara del miedo del hombre cada vez que alguien se acercaba a la silla, sobre todo porque todo el mundo quería darle un paseito para que no se aburriera. Afortunadamente la cosa no pasó a mayores y, con sus limitaciones, fue uno más en la fiesta del jueves.


Volviendo al nuevo embajador, por lo que pude escuchar es un tipo peculiar, investigador del Cantar del Mio Cid y ex alumno del Ramiro de Maeztu. Este último aspecto fue recibido con agrado en Brácana, donde hay más de un demente seguidor del Estudiantes. Así que no faltó la charla baloncestera aprovechando esta circunstancia y, ya de paso, la tertulia en torno a la educación privada y pública. Andaban en torno a todos estos temas, mientras se jalaron los entrante de rigor, además de unas alcachofas al Montilla. De ahí pasaron a los juramentso donde se desmelenó el Silencioso. Con el puño en alto y sentado en la silla de ruedas, recordaba al Cojo Mantecas, protagonista mediático de las manifestaciones estudiantiles en Madrid el 23 de enero de 1987.


Justo después pasaron a los brindis, bajitos en honor al Silencioso, y justo a continuación a la ya habitual actuación de la Filarmónica  de Brácana. Por primera vez en la historia a un bracanero por desafinar en la sinfonía de tenedores. Fue el Ligre el que se fue más de una octava por encima y fue sancionado con un sonoro A LA PUTA CALLE,  por parte del personal. El pobre tuvo que aguantar el escarnio en la acera, a puerta cerrada, para descojone de sus compinches durante un par de minutos, porque no era cosa de dejarlo sin probar el revuelto de bacalao y los digestivos con los que cerraron la noche.

Diáspora vinatera

Esta semana vamos a hacer un 2x1. Hace quince días estrenamos el mes de diciembre y, como marca el reglamento bracanero, no hubo invitados para ajustar cuentas y programar las semanas venideras, que se presentan de lo más movidito. Como en la localidad vecina de Montilla el jueves era festivo decidieron pasar la quedada al miércoles y ya de paso colocar los ya habituales adornos navideños.


Como decía, poco que contar de esa jornada, pero sí del siguiente día bracanero. El 13 de diciembre, ya a las puertas de la Navidad, tomaron las de Villadiego y abandonaron la sede para llevar a cabo una vez más la tradicional Cata Ciega. El año anterior ya lo hicieron en Cabriñana y en esta ocasión la han llevado a cabo en Lagar Cañada Navarro. Para empezar, decir que fue una cata concurrida. Además de los once bracaneros, acudieron los hermanos Giménez, Luis y Fernando, el Juan Castillero, el Pichichi y los hermanos Jiménez, Manuel y Santiago, estos dos últimos como anfitriones. Para el desplazamiento alquilaron dos furgonas para evitar sustos en la carretera, con conductores abstemios para la ocasión, lo cual no deja de ser una paradoja inquietante en Brácana.


La primera de ella partió con el Ministro de Alimentación con la idea de preparar la jatería. Los que ocupaban la segunda, en la que me encalomé yo sin que se dieran cuenta, se encontraron con que faltaban los asientos de atrás, así que tuvieron que retrasarse hasta solucionar el problema. Cuando llegaron al Lagar, los primeros viajeros ya se habían dado un latigasso. Por tanto, para equilibrar, los último en llegar se apresuraron copa en mano a coger el nivel del resto. Antes de la Cata propiamente dicha, hubo una visita al Lagar. Aunque sería mejor precisar que se ajustó únicamente a la bodega de tinajas. Y es que el vino del año está mu güeno, pero en el sitio apropiado y con unas tapitas bien elegidas entre morcilla y otras viandas por el estilo, pues mucho mejor.


De ahí saltaron a la pequeña sacristía que hay en Cañada Navarro y, una vez más, fue el Abertxale el que tomó las riendas del evento. Tres vinos se cataron, todos ellos de bodegas y lagares de la zona, de las que no diré el nombre para no herir susceptibilidades. No obstante todos coincidían en que los vinos aportados eran pa boinas verdes. Que si olor a caño, que si se te clavan las uñas en los zapatos, que se te abre la navaja en el bolsillo... cada vino catado dio para una retahila de dichos, habituales en Brácana, aderezados por las opiniones más enológicas de los hermanos Giménez y Jiménez. Entre halagos y críticas que también las hubo, se metieron entre pecho y espalda las seis botellas -dos por cada uno de los tres vinos catados- y se fueron al otro Sancta Sanctorum del Lagar... la cocina.


Allí ya llevaba tiempo trapicheando el Ministro de Alimentación, que sorprendió a todos con una pulpo a la gallega para empezar y una carne mechada para empapar el vino ingerido. A todo esto, para rematar en tablas, los anfitriones sacaron un amontillado de la casa que provocó algún que otro desaire al fino, con el consecuente cambio de tercio. Del viaje de vuelta mejor no hablar porque, salvo los conductores, el resto del personal iba en quinta apurando para meter sexta. Mención especial merece el paso por el Arco de Santa Clara de la segunda furgona, ya en Montilla. Cruzó entre vítores del personal, dio caza a un Patrol de la Guardia Civil y hubo incluso quien pedía echarles las largas para adelantarlos.
Menos mal que los conductores son gente prudente...


Deuda pendiente saldada

Miedo me da sólo de pensar lo que se avecina en la República. El jueves pasado se cerró el mes de noviembre bracanero por todo lo alto y, como se diría en el argot ciclista, ahora vienen las etapas de montaña. Aunque en realidad, no hay ninguna a lo largo del año que sea de terreno llano, no vamos a negar que hay semanas más tranquilas que otras. Aún así, mis compinches están aclimatando a marchas forzadas porque las últimas tertulias están siendo complicadas (léase, sólo para boinas verdes). Tras la cata de vinos de misa y la visita del cuerpo diplomático de la vecina localidad de Montalbán, tocaba dar cumplimiento a un antiguo acuerdo del pleno bracanero en el que se daba luz verde a iniciar el expediente de nombrar como nuevos embajadores a el Manolo Ceballos y a los hermanos Adamuz, Juan y Antonio.


Es un tema que viene de lejos aunque, por H o por B, se ha ido demorando en el tiempo por motivos de agenda de los invitados o de obligaciones bracaneras. El caso es que hablar de pasado sirve de poco y ya, desde el pasado jueves, disfrutan del visado temporal de la República y del título de embajador de Brácana. Había tantas ganar de cumplir con este trámite administrativo. que desde primera hora la cosa estuvo calentita. El Juan Adamuz dio muestras de ello adelantando a muchos bracaneros en la hora de llegada a la sede. Por allí andaban ya, para variar, el Silencioso, el Ministro de Alimentación y el Abertxale, preparando una nueva noche memorable. Al poco fueron apareciendo el resto del personal, y también los dos invitados restantes, a los que les faltó aterrizar en Tierra Santa con un remolque de dos ejes.


Puede parecer una exageración pero, la verdad, llevamos algunas semanas en las que a los nuevos embajadores se les va de la mano eso de agradecer la invitación. Tampoco nos vamos a engañar, porque allí nadie le hace un feo a la ingente cantidad de comestibles y bebestibles con los aparece el personal semana a semana. Así a bote pronto, que yo recuerde, el jueves aportaron unos litricos de Fino Adamuz y de Fino Santa Amalia, además de un amplio surtido de queso, jamón, lomito curado, cabeza de cerdo y anchoas del Cantábrico. No contentos con todo ello, terminaron de cerrar el apetito con un potaje de garbanzos que, como suele suceder, salvó a más de uno de una alferesía. Por increíble que parezca, dieron cuenta de casi todo, no creáis que con gran esfuerzo, mientras daban repaso a multitud de temas de conversación. Sobre todo, y eso sí que llamó mi atención, se habló del bien mental que hace acudir todos los jueves a la República. La verdad es que ya lo tengo tan asumido que a mí se me hace de lo más normal dejar mis escasos quehaceres diarios, para echar un ratico con mis compinches. Pero empieza a ser una tónica habitual que la gente flipe con el ambiente que se genera en la República y, sobre todo, que salgan de allí aliviados de la vorágine laboral y familiar del día a día.


También se habló mucho de asuntos laborales. Los tres invitados son gente bregada a la hora de tomar decisiones, montando negocios en el caso de el Manolo Ceballos, y continuando la empresa familiar en el caso de los hermanos Adamuz. Valga como denominador común para todos ellos que está muy bien pegarse una fiesta hasta que el cuerpo aguante pero, cuando suene el despertador... al tajo. En medio de charlas por el estilo, pronto se retiró el Juan Adamuz que, al parecer, tenía asuntos que tratar al otro lado de los Montes Bracaneros por los que acabé perdiéndole la pista. Aún así, antes de marcharse, tuvo tiempo de arrancarse por flamenco, jaleado por las palmas, vítores y ánimos del personal. Los que no perdonaron los digestivos fueron el Antonio y el Manolo que aguantaron el ritmo más allá de la segunda hora más temprana del día.


Cuando echaron mano del reloj ya era tarde, con más de una cara descompuesta al calcular cuántas horas de sueño quedaban por delante. A pesar de ello, en el fragor de la batalla, se pasaron una vez más por el arco del triunfo las normas bracaneras. Alguna vez he contado que para no saturar más el calendario, colgaron en la puerta una máxima que dice Cuando sos vayáis no mos habléis. Pues bien, ya han quedado para devolver visita a Villa Adamuz y darse allí unos tientos. Vamos, lo que viene a ser no tener jartura... Lo que sí cumplen cada año con sus cometidos son los pequeños bracaneros, vástagos de el Paticorto. Una vez más acudieron a la sede para celebrar su cumpleaños, con el ya tradicional bizcocho de chocolate de la Marina. No bebieron vino, pero ya empieza a ser una cuestión de tiempo...


Hermanamiento Brácana-Montalbán

Si el pasado fin de semana la cosa fue de vinos de misa, este jueves mis compinches bracaneros han tirado de lazos de hermanamiento para cumplir la penúltima reunión del mes de noviembre. De todos es sabido que la población bracanera guarda una estrecha relación con el pueblo vecino de Montalbán. Sus habitantes han visitado la República en más de una ocasión, tendiendo lazos sociales y comerciales, que tienen su reflejo en el tránsito constante de viandas entre ambos territorios. Algo así sucedió la semana pasada con la visita de tres personajes, a cual más peculiar, llegados desde la localidad que se encuentra al oeste de los Montes Bracaneros.


El Paco Bascón, el Javi Gálvez y el Antonio Mariscal pisaron por primera vez Tierra Santa, acompañados por el Kichi aunque, esto último ya no es noticia en Brácana por sus continuas idas y venidas. El nombre de los dos primeros no me resultó familiar, pero sí el último. Para mí que en alguna Tertulia anterior ha salido a la palestra y lo comprendí en cuanto pasó el umbral de la puerta. Antonio Mariscal es un tiarrón de doscientos metros largos que durante años jugó como pívot del equipo de baloncesto de Montilla. De hecho compartió vestuario con el Kichi y ahora comparte con él horas de barra y conciertos por esos mundos del Cóndor Bendito de los Andes. Aprovechando la presencia de el Mariscal, se habló mucho de baloncesto como os podéis imaginar, aunque eso tampoco es una novedad. Del ascenso a EBA logrado por el equipo de Montilla ante Cambados, con el pívot montalbeño y el Kichi como jugadores, pero sobre todo de una pasión para esta gente como el deporte de la canasta.


El caso es que el trío montalbeño es habitual de las fiestas y saraos 'moernos' que se organizan por la comarca, así que era cuestión de tiempo que aterrizarán en Brácana. Encajaron bien porque desde el primer momento los vi integrados, más aún cuando el vino corría de jarra en copa como si el apocalipsis estuviera a la vuelta de la esquina. Como curiosidad, esta vez llevaron algún producto autóctono como una crema de cebolla negra que se elabora en Montalbán. Jamón, salchichón, paté y caña de lomo fueron los entrantes para la noche del sábado que se cerró, en el plano culinario, con unas gulas con patatas y huevo. Todo iba bien hasta que volvieron a sacar PELOTAS NUEVAS. Es un grito de guerra al que todavía no le he cogido el punto porque, que yo sepa, esta gente juega al pádel de año en año, lo mismo con una bola reglamentaria que un balón de rugby. El caso es que cuando lanzan al aire esa consigna el personal se ponen como las motos. Según parece, los invitados del jueves conocen un término similar relacionado con algo de pizquitos, que infunde un ánimo parecido allí, en Montalbán.


En esta tesitura andaban cuando, entre el descontrol generalizado, las luces se apagaron, los enigmáticos se plantaron en la barra y aquello acabó como las películas de Berlanga: tenedores volando, copas que misteriosamente se suicidan y cosas por el estilo. Pasada ya la primera hora más temprana del día, el personal empezó a desfilar con algún percance a la salida ante el suelo deslizante de la acera, por culpa de la lluvia, no por el vino ni los enigmáticos, que conste.



Cenando a un mes de la Navidad

Hoy no voy a extenderme mucho. Coño, es que hace apenas un par de días que estábamos liados con la tradicional tertulia del jueves y, ya se han pegado otro sarao. El Calendario Perpetuo de Brácana fija siempre el final de noviembre como fecha para celebrar la Cena Bracanera de Fin de Año. Ya sabéis que dentro de un mes se van a dar otro golpe con la misma excusa. Pero claro, en esta fecha toca aliviar tensiones familiares, invitando a las respectivas a compartir mesa y mantel con el personal. Como yo no le debo nada a nadie, desde que me abandonó aquella pájara de la que no quiero acordarme, puedo escribir sin plumas en el pico. El caso es que la cena estaba prevista en el Punto y Coma, para rendir un segundo homenaje a el Paquito, cocinero del citado local, y premio al mérito gastronómico. Lo que pasa es que por motivos de infraestructura, bajo consenso unánime, acordaron cambiarlo por el Bar Carrasquilla. Hasta allí se fueron, poniéndose como a nadie le importa, para cerrar la noche por Montilla La Nuit... lo dicho, como a nadie le importa. Ahí os dejo unas fotillos que el tiempo pasa rápido y el jueves está aquí ya mismo.