4 de noviembre de 2014

4 de noviembre de 2014 - Sin comentarios

¿Corrupción en Brácana?


Hasta el Cóndor bendito de los Andes debe estar escandalizado por todas las corruptelas que estamos conociendo en estos días por ahí abajo. Compartía tertulia y vino este domingo con Labordeta, Marcelino Camacho y Santiago Carrillo, que me propusieron un juego para dejar pasar la tarde en torno a este asunto.
- Coño Punset, vamos a hacer como tus colegas bracaneros. Entre los cuatro, por turnos, vamos a ver de cuántos escándalos de corrupción nos acordamos.
De esta manera nos tiramos más de un cuarto de hora a piñón, repasando nombres. A ver si me acuerdo de los más sonados y de algunas de las personas vinculadas a todos estos chanchullos:
Tarjetas Black -Miguel Blesa-, Caso Bárcenas -Luis Bárcenas-, Aerolíneas Argentinas y Grupo Marsans- Gerardo Díaz-, Caso Núñez -José Luis Núñez-, fusión y salida a bolsa de Bankia -Rodrigo Rato-, Catalunya Caixa -Narcís Serra-, falsos ERES -Magdalena Álvarez-, Caso Nóos -Iñaqui Urdangarín y Cristina de Borbón-, Novo Carthago -Joaquín Bascuñana-, Pokémon -Santiago Ángel Currás, Operación Púnica -Francisco Granados y David Marjaliza-, Caso Gürtel -Álvaro Pérez, El Bigotes-, Caso Pujol -Familia Pujol Ferrusola- ... y así hasta un largo etcétera, a pesar de que me dejo muchos en el tintero.
- Joder, Santiago, ahora que caigo, lo de ahí abajo, en España, no tiene nombre.
- Pues no Punset, pero ¿qué sabes tú de los chanchullos de tus colegas?
- No sé a qué te refieres, Marcelino.
- No te hagas el tonto que lo vuestro también huele a quemado a lo lejos, sobre todo viendo la pinta que tienen los dos que llevan las cuentas....
- No te pases Marcelino, que el Silencioso y el Maestro son gente honorable.
- Claro, claro, Punset. También lo era Pujol y fíjate por donde anda ahora.
- A ver, cuéntanos lo de este jueves y verás como hay puntos oscuros. Allí un inspector de hacienda se ponía las botas. Pero claro, como no hay ministerio que investigue, viven en la impunidad más bochornosa. Más o menos como en el país vecino.
Con este ataque frontal no tuve más remedio que relatar la crónica del jueves. Con sus aportaciones, se me erizaron las plumas del cuello.
Punselito: El caso es que este jueves ha estado la cosa complicada. Repetían como embajadores el Pichichi y el Juan Castillero, propietario de la célebre bodega La Fundi, que  vino acompañado de otro elemento de cuidado como el Juan Soler, constructor de la localidad de Montalbán.


Labordeta: ¿Constructores y empresarios del sector del vino, en Brácana? ¿No te suena raro de entrada? Así empezaron muchos negocios turbios en España ¿Viste si llegaron con bolsas y cosas por el estilo?
Punselito: A ver José Antonio, que el Castillero tiene una bodega privada y el Juan Soler es albañil ¡No te pases! Aunque la verdad es que bolsas y cajas sí que llevaban. De ellas salieron, chorizos, morcillas y vino al por mayor.
Santiago: ¿Ves? Sobornos gastronómicos, que son como los otros, pero a pequeña escala. A ver cuenta del tirón, que ya no te interrumpimos hasta el final.
Punselito: El caso es que los tres llegaron a Brácana atendiendo a la invitación realizada, no por iniciativa propia, que todo hay que decirlo. Con anterioridad mis compinches habían atendido otra llamada de los propietarios de Hisa, Después de la reforma, de nuevo abría al público y, para darle brillo a la jornada, hicieron una invitación general a Brácana. Salvo excepciones justificadas, allí pude ver una nutrida representación de habitantes de la República No obstante, para no hacerse pesados y atendiendo a sus obligaciones, poco antes de las nueve ponían rumbos a la sede.


Como bien decís, los invitados de la noche, el Pichichi, el Juan Castillero y el Juan Soler, llegaron bien cargados a Brácana. Dos bag in box de vino de La Fundi, además de chorizos y morcillas y una cesta de fruta. De hecho, la noche parecía una celebración a tenor de las tapitas en barra que se sirvieron. Un día más le bajaron unos centímetros al jamón, además de meterse entre pecho y espalda unas anchoas aliñadas por la Mamá María, la suegra de el Silencioso. No contentos con ello, le atacaron sin compasión a la garrafa de aceitunas en lejía que ha preparado para la temporada el suegro de la Pantera de la ITV. Además, se jalaron una aceitunitas partías aportadas por el Chocolate, padre de el Niño, aunque preparadas según escuché por su madre. Si creéis que la fiesta culinaria quedó ahí, os equivocáis. El Niño apareció también con una bandeja de riñones en salsa, que cayó acto seguido y justo antes, también le metieron mano a los chorizos y las morcillas.


Marcelino: Para, para, Punselito ¿De verdad que no te extraña tanto agasajo?
Punselito: No, porque jueves a jueves esta gente se ponen ciegos a comer y beber. De hecho cerraron la tarde culinaria con unas gulas con patatas y huevo que hicieron resoplar a más de uno. La verdad es que más o menos es lo normal. Allí la gente es agradecida y aportan tanto o más que mis compinches cada jueves, a pesar de que la invitación no implica nada de eso. De todas maneras, quiero detenerme en el embajador que juró esa noche, el Juan Soler.


De acuerdo que procede del gremio de la construcción y que el sombrero que llevó toda la noche le daba cierto aire de gámster campiñés. Pero de ahí a decir que no es alpiste limpio, hay un trecho. Aunque, ahora que lo pienso, el hecho de que sea miembro de la Federación Andaluza de Defensores del Gallo Combatiente Español, da qué pensar. Además, por si fuera poco, el tío no hacía más que sacar de la cartera unos papeles, que no creo que fueran los de Bárcenas, en los que decía tener apuntados chascarrillos para las noches de fiesta.
Santiago: Y ¿qué me dices del contrabando? Porque he oido que algo ahí por allí.
Punselito: Bueno, ahí tengo que dar mi patita a torcer. El jueves llegó mi amo con una botella de whisky escocés de malta de diez años que no llevaba precinta. Aberlour, creo que era la marca.
Labordeta: ¿Ves? Te lo decía.


Punselito: No exageres José Antonio, que cerraron la noche como siempre. Vamos, con fruta y digestivos, entre los que incluyeron una cata del citado whisky. Igual tengo que afinar un poco y fijarme en algunos detalles, porque es verdad que con el corto presupuesto que tienen, los tíos lo estiran cantidad. De todas maneras, allí los únicos chorizos que he visto son los que llevaron los invitados, así que no pongáis fantasmas donde sólo hay ganas de juerga. Pa chanchullos los que se gasta la clase política en el país vecino ¡No te jode!


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