28 de agosto de 2014

28 de agosto de 2014 - Sin comentarios

Bracaneros de una noche de verano.



Si os cuento que tengo la sensación de no haber escrito en este  blog durante  meses y meses, quizás penséis que se me está yendo la cabeza. Y es que en parte no os falta razón, ya que el verano y a pesar de que en la sede la refrigeración está asegurada está siendo movido, si tengo que deciros que noto un punto entre locura y anarquía en el personal.

Y el ejemplo más claro lo observe en el Presidente, o mejor dicho en “el Maestro”. Bueno es que no lo tengo claro y la verdad es que las conversaciones que escucho tampoco me ayudan. Ya que “el Maestro” no para de repetir que el actual Presidente de la Republica es “el Ligre”, pero cuando alega esta excusa, todo el personal se le echa encima diciendo que “el ligre” tras ganar las últimas elecciones, y en su primeras palabras dimitió de su cargo, recayendo este en “el Maestro”. Por eso, aquello de “Ligre I, el Breve”.
Con este panorama os podéis imaginar como transcurren las noches de verano en la sede, al amparo de Fino el Maestro (aquí no hay duda), y de buenas viandas cocinadas de nuevo por el Ministro de Alimentación, que y tras su últimas vacaciones en la Costa del Sol, volvió con toda la sabiduría que le atesora. 
A las ya típicas tapitas de entrada para hacer el pie de cuba, “el Pepeluis”, añadió un salchichoncito de rata, donado por el Conde de Chsuchsi, luego unos pimenticos con caballa y huevo, y remató con unos flamenquincitos cordobeses, que aunque no deja de ser uno de los platos más representativos de la gastronomía de la vecina localidad de Montilla, en Bracana no suele aparecer mucho. Por ello quizás los devoraron en cuestión de segundos.

Pero no quiero que se me pase antes de continuar narrando la jornada del pasado jueves dos visitas de excepción. La primera, la aparición de todo un personaje al otro lado de los montes bracaneros, “el David el frutero”, que compartió algunos minutos del arranque de la tertulia 227. Algo mas de tiempo compartió otro embajador ilustre, “el carlitos gracia” que se mueve como pez en el agua, en los océanos bracaneros. Ellos dosvinieron a suplir en parte la ausencia dejada por tres bracaneros que por motivos diversos no pudieron asistir a la tertulia 29 del 2014. “El  paticorto de las ondas”, que junto a sus descendientes y señora andaba por tierras gabachas disfrutando de unas merecidas vacaciones. “El ligre”, que sigue con su periplo por tierras almerienses como trabajador electrificador de grandes intalaciones electrificantes. Y “la pantera de la ITV”, que seguramente andaría con sus enredos y  sus laberintos.

Tampoco quiero dejar pasar el Brindis que se realizó por otro personaje muy querido y conocido por los bracaneros, y es que aunque nunca disfrutó de una velada junto a estos, o bien en la sede o en los tiempos primitivos del callejón. Siempre disfrutaba dejando anécdotas cuando mi amo andaba con sus dolores de cabeza, allá por los comienzo del 2010, y cuando empezó la tertulia de vino fino a formarse. El Antoñin Guijarro, personaje en cuestión, disfrutaba con los espectáculos que se montaban en el callejón, es más en alguna ocasión llegó a bautizar los jueves bracaneros como Jarata 2010. Desde Bracana se alzaron las copas de vino, ese liquido elemento que tanto le gustaba, en su memoria.

 Y ya puestos profundos e intelectuales, comentar que durante un buen rato, se atrancaron en una cuestión, bastante simple a mi entender, pero que tras estar “jarticos” de vino, dio mucho juego. ¿Qué es, ser raro?. Sí, ni mas ni menos, bueno pués como digo, casi una hora se pegaron intentando  buscar la definición exacta a tan absurda pregunta. Y es que hubo debate.
Donde no hubo tanto,  fue en el tema de llamar a la Mezquita de Córdoba, Catedral de Córdoba a secas. Como digo en este punto hubo unanimidad, es más, hubo quién se calentó y atacó duramente al cabildo catedralicio, en su abuso de autoridad ante tan significativo templo. Pero tras calentarse, luego todo vuelve a la normalidad y siguen con su conversaciones banales al amparo de los digestivos.

En fin…. Que os puedo contar que ya no sepáis.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                      

20 de agosto de 2014

20 de agosto de 2014 - Sin comentarios

Noche de historias verosímiles

Si la semana pasada hablaba en mi crónica que podría ocurrir un tsunami con maremoto incluido y de consecuencias imprevisibles, pues a la primera de cambio,  jueves y víspera de la fiesta más relevante del mes de agosto. Cuando todos los ciudadanos de la España del interior busca el sol y la playa, el todavía Presidente de Brácana ha vuelto de Almería para tener un jueves más de convivencia con sus colegas bracaneros y se notaba en el ambiente que las sensaciones que se podían vivir en esta noche iban a ser intensas.


 La noche comenzó como cada jueves, saludos pertinentes pues estos bracaneros son muy correctos y su saludo inicial es obligatorio, cervecita y correspondientes aperitivos (aceitunas maltratadas, pepinillos, avellanas y patatas salaíllas) y así hay lugar para que lleguen todos los tertulianos que como viene siendo habitual en verano no hay pleno desde el jueves 1º de julio. En esta ocasión se ausentaron el Ministro de Alimentación que se fue al pueblo a descansar y dar un repasito por los garitos del lugar y el “Niño” ministro de Deportes y Medio Ambiente,    que andaba de tourné por el interior de la Península Ibérica. Todo esto sucede en torno a la barra mientras se va comentando la cotidianidad de la semana.
 A eso de las 22 h se echó el gancho, como a la antigua usanza, señal de que ya estaban todos los posibles  y empezó a correr el vino y las tapitas en barra y eso que faltaba el Ministros de Alimentación que fue sustituido por el Ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación y como no es la 1ª vez, pues se  nota que ha progresado mucho. Esta noche tampoco se fueron sin comer y en estas estaban cuando el todavía Presidente les contó cómo iba su trabajo allá por Almería y cómo gastaban su tiempo libre que no era mucho. Las preguntas no se hicieron esperar y se amontonaban unas a otras. En más de una ocasión tuvo que interrumpir sus respuestas con el grito huracanado pues no había manera de entenderse en esos momentos y es que El Ligre en sus explicaciones levanta pasiones. La noche empezó así, todos en torno a la barra pero muy atentos a la historia contada y así iba a transcurrir la noche, parecía tranquila pero el griterío, las interrupciones, las risas,… iban y venían sin parar al ritmo de las historias que se fueron contando a lo largo de toda la noche. Historias vividas, no contadas, por los propios bracaneros que a más de uno dejaron boquiabiertos. Hubo historias de todos y para todos y que después de ser contadas, a buen seguro, volvieron nuevamente a la mochila de cada uno y quién sabe si alguna otra vez volverán a salir. Esta noche me hizo a mí recordar muchas de las situaciones que vivimos allá en la casa del callejón






A eso de la segunda hora del día los bracaneros fueron tomando el camino de regreso, no sin antes haberse tomado su correspondiente digestivo, aunque desde aquí arriba pude ver que algunos tomaron camino hacia la localidad vecina a darse una vuelta y continuar la noche, hoy es día de fiesta. 


   Bebida:  Cerveza, Fino Los Borbones y Digestivos (así le llaman)

   Comida:  Aperitivos ya comentados

   Tapita en barra: Tomates, montaditos de queso de cabra en rodajas con anchoas y salchichón
   Plato estrella: Revuelto de huevos de mono y con  pimientos, huevo y caballa


Con este  plan, jueves tras jueves, no me extraña que los “jueves” se hayan convertido en un día de color rojo en el calendario bracanero.











14 de agosto de 2014

14 de agosto de 2014 - Sin comentarios

El Ligre hace las Almerías... baja indefinida

Una semana más, me dispongo a repasar lo acontecido en Brácana el pasado jueves aunque, en verdad, tengo poco que contar. El verano pasa factura a lo bestia y las bajas son más numerosas que en la Segunda Guerra Mundial. Me explico. Si tenemos en cuenta que la República tiene sólo once ciudadanos, amén de los embajadores, la última semana la ausencia de bracaneros supuso un 27 por ciento sobre el aforo total. El Pijo del pádel y la Pantera de la ITV andan remojándose los bajos fondos por esos mares del mundo, mientras que el Ligre causa baja indefinida. Como lo estáis oyendo. El todavía presidente de la República no estará presente los jueves de al menos cuatro meses por motivos laborales.


Ante este revés, mis compis han movido ficha y ya preparan un ajuste de calendario para que el personaje en cuestión pueda pegarse al menos una al mes. La idea que ha gozado de mayor calado ha sido la de trasladar la primera tertulia de cada mes al viernes. De esta manera el Ligre podrá estar presente, seguramente llegando como alma que lleva el diablo o como un morlaco recién salido de toriles.


Andaba yo madurando esta día cuando un escalofrío me recorrió el cuerpo. Bracaneros y embajadores optaron por los jueves como medida de contención. Al tratarse de víspera de una jornada laborable, no hay más remedio que ir con el freno de mano echado ¿Qué pasará si una de las tertulias de lleva a cabo la jornada previa a un fin de semana? Imagino que la respuesta más parecida es la definición de un tsunami.... imprevisible, pero con una capacidad de destrucción brutal.
Pero bueno, mientras llega el maremoto, el resto de bracaneros disponibles no perdonan y el pasado jueves dieron una vueltecita de tuerca más a sus ya castigados cuerpos. Más o menos lo de siempre. Vino, comida y ronda final con digestivos, que esta vez se perdió el ministro de alimentación por prudencia. La jatería estuvo compuesta por las tapitas de rigor, además de unas minihamburgesas y una perola de gambas al ajillo.


En definitiva, que Brácana va pasando como puede el verano. Con sus idas y venidas, pero la sede sigue abierta pa echar un ratico. El próximo jueves todavía más....

13 de agosto de 2014

13 de agosto de 2014 - Sin comentarios

Tragicomedia en cuatro actos

Las vacaciones veraniegas del año 2014 están teniendo una actividad frenética en Brácana, a pesar de las bajas contabilizadas jueves a jueves. De hecho, la pasada semana fueron tres los nuevos embajadores que llegaron hasta la sede, acompañados de un cicerone de tronío como el Chuchi. Después de asimilar todo lo ocurrido, llegué al limbo cansado y rumiando todas las anécdotas escuchadas, sin saber muy bien cómo meterle mano para contarlo aquí. En ello andaba, cuando un recién llegado me sirvió de fuente de inspiración. El individuo en cuestión era el Álex Angulo que lleva un par de días por aquí, buscando acomodo. Al ponerlo al corriente de toda la historia, me aconsejó escribir una tragicomedia en cuatro actos, así que es lo que hoy me dispongo a hacer, con algunas licencias, emulando a los grandes del siglo de oro. Al ataquerrrrrr......


Acto Primero - Asuntos turbios
Languidecía la tarde por los montes bracaneros, cuando la siniestra figura de tres secuaces de dudosa reputación se proyectó sobre la blanca pared. Portaban bultos sospechosos, bolsas, garrafas y otros menesteres, que hicieron sospechar al alguacil Punselito. Sin duda algo turbio se preparaba en aquel barrio. Conocedor de las fechorías que podían llegar a acometerse en la Posada de Brácana, en una noche calurosa de jueves, se apostó contra un árbol, llegando a reconocer las caras de aquellos pájaros. La presencia en las inmediaciones de el Francisco Ruiz Llorón, el Antonio Hidalgo Cara ancha y el Antonio Salas Chuchi, hizo erizar el bello de la nuca del alguacil Punselito. Dispuesto a cortar de raíz cualquier posible fechoría, les dio alcance justo en el límite fronterizo entre Montilla y la República.
- Bonita noche para pasear ¿verdad? preguntó Punselito.
- Para pasear algo calurosa, pero para comer y beber vino es cojonuda, respondió el Chuchi.
- ¿Qué lleváis en las bolsas?
- Jatería de la güena, fino en rama y algunas otras exquisiteces gastronómicas, argumentó el Llorón.
- ¿Con algún destino en particular? siguió demandando Punselito.
- Pues sí. Nos dirigimos a la Posada de Brácana, donde esta noche vamos a participar en un extraño rito de iniciación, mediante el cual nos convertiremos en embajadores de la República, explicó el Cara Ancha.
Extrañado y admirado por la frialdad en las respuestas, Punselito relajó los nervios.
- ¿Venís solos? volvió a preguntar el alguacil.
- De momento sí, aunque más adelante se incorporará el Álex López ¿A qué viene tanta pregunta, me cago en tó lo que verdea? gritó el Chuchi.
Aquella salida dejó a Punselito dudando un momento, hasta que encontró la salida perfecta:
- Yo también quiero ser ciudadano de la República ¿Cómo puedo hacerlo?


Acto segundo. La jatería
El interior de la Posada de Brácana resultó ser más acogedor de lo que cabía esperar. Punselito esperaba un lugar oscuro, lleno de rufianes, pero dentro encontró un ambiente luminoso, jovial, con nueve parroquianos que amenizaban la reunión con los diálogos más surrealistas. Según pudo escuchar, para el rito de iniciación de los nuevos embajadores faltaban otros dos, que se hacían llamar el Maestro y el Abertxale. El primero andaba recorriendo mundo, mientras que el segundo había acudido a un festival de música. El Llorón, el Chuchi y el Cara Ancha no tardaron en poner sobre la mesa todos los manjares que habían levantado las sospechas de Punselito, al pensar que se trataba de algún tipo de contrabando. Unos golpes sobre la barra alertaron de la presencia de la comida, al tiempo que uno de los lugareños, el Pepeluí para más señas, plantaba sendos platos de tomate, queso y langostinos, acompañados de vino fino de la bodega de el Llorón. A pesar de su condición de agente de la ley, Punselito acabó por entregarse al canto de sirena del líquido elemento, integrándose en el grupo hasta caer engatusado por los vapores de la jarrilla que iba y venía con frenesí. En ello estaba cuando vio llegar hasta la barra, de nuevo acompasado por golpes, varias raciones de pajaritos de huerta. El sabor de los pimientos propició un nuevo arrebato de trasiego de vino, hasta acabar con el fino de el Llorón y echar mano de un nuevo vino que llamaron de la Eladia. Mientras, en una macetilla de barro, el Chuchi preparaba un mejunje al que Punselito atribuyó propiedades mágicas, teniendo en cuenta las alabanzas que recibía por parte del personal. La pócima en cuestión resultó ser un picaillo campero, a base de productos de huerta, con el que el Alguacil acabó por entregarse a las virtudes de la República, vendiendo su alma al mismísimo belcebú.


Acto tercero. El ritual
La llegada de el Álex a la Posada dio paso a uno de los momentos más enigmáticos de la noche. Punselito comenzó a oir la palabra ritual en repetidas ocasiones, esperando la salida de una cabra y un maestro de ceremonias, dispuesto a rebanar el pescuezo del animal, para ofrecérselo al diablo. En lugar de ello, cada uno de los nuevos embajadores fue pasando por un atril, dispuesto junto a un cachón de botas, para jurar fidelidad y discreción con la República de Brácana. Pasado el trance, no sin sorna por parte de embajadores y parroquianos, la Posada estalló en un universo multicolor de anécdotas, chascarrillos y ambiente vivaz. El Chuchi y el Cara Ancha se arrancaron a cantar flamenco, mientras que el Álex se esfrascaba en una disputa dialéctica sobre algunas organizaciones masónicas que operan en la vecina ciudad de Montilla. Punselito no podía creer el espectáculo del que era partícipe. Le importaba un bledo lo que ocurriera en el exterior. Durante un momento había olvidado los robos, crímenes o atracos que pudieran estar acometiéndose en los alrededores de los Montes Bracaneros, lugar habitual de todo tipo de fechorías ¡Al diablo con la ronda nocturna! Se sentía ciudadano de la República y, como había jurado, ya rendía fidelidad y pleitesía al Estado.


Acto cuarto. Final
El vino comenzaba a nublar la mente de Punselito cuando la taberna comenzó a despoblarse. A pesar de ello, todavía tuvo tiempo para observar cómo preparaban unos extraños brebajes, de los más diversos colores, que fueron recibidos con vítores y algarabía. Los pelotassos, como ellos mismo los llamaban, acabaron por desatar la euforia, dando paso a una nueva tanda de chistes y anécdotas. Así se fue apagando la llama de la Posada, que poco a poco fue volviéndose calma tras la tempestad. Aturdido, Punselito salio dando tumbos hasta dar a parar en los Montes Bracaneros. Allí amaneció, tumbado al amparo de una palmera, sin saber bien si todo lo ocurrido formaba parte de un sueño o de la misma realidad que, por unas horas, le hizo olvidar quién era.


12 de agosto de 2014

12 de agosto de 2014 - Sin comentarios

A pesar de las vacaciones

La semana pasada os contaba que en Brácana habían tomado la decisión de posponer la llegada de nuevos embajadores hasta el mes de septiembre. De esta manera se intenta superar el despendole del personal, que aprovecha estas semanas para realizar visitas institucionales a diferentes puntos de la geografía española. Dicho esto, tengo que resaltar que, una vez más, se lo han pasado por el forro de los güevos.


Casi sin previo aviso, hasta la sede llegaron el pasado jueves el Lolo Molina, vástago de uno de los benefactores de Brácana como el Manolo Molina, además de el Guillaume Negre, primo del primero y sobrino de la Marina, por extensión también de el Paticorto de las Ondas. Este personaje fue el promotor de este improvisado encuentro, aprovechando la presencia en Montilla por vacaciones de el Guillaume, francés de nacimiento, montillano de adopción y, desde el pasado jueves, bracanero por convecimiento, igual que el Lolo. Después de cinco años al pie de cañón, bracaneros y embajadores han hecho de las quedadas del jueves casi una religión. Fijaos si la cosa tiene enjundia, que para la semana pasada estaba prevista una baja importante como la del Ministro de Alimentación, sumándose a la del Pijo del pádel, una vez más por lesión, y a la del Maestro, que sigue quemando ruedas de caravana, al más puro estilo easy rider. Los dos últimos se cayeron de la lista, pero el primero apareció en la sede casi por sorpresa, aparcando su estancia en la costa para calmar la hambruna del pueblo. El caso es que un 'inoportuno' problema físico de el Javi Raya, justificaba la presencia de el Pepelui por Montilla y claro, ya que andaba por aquí, se pegó un pingo hasta la sede. Lo que no sabemos es lo que echó en la bebida del niño, para que todo pareciera un accidente al más puro estilo mafioso, sin que la Ana sospeche nada. Ya lo dice el refranero popular, Doctores tiene la Iglesia, y en este Estado anárquico, independiente y laico, por la gracia de Dios, más todavía.


Por cierto, que se me iba el santo al cielo y no hablaba de jatería. Corrió por cargo de mi amo, que ya ha puesto fin a su periplo por tierras asturianas. Aterrizó en la sede con embutidos de la zona, además de unos filetes de ternera que parecían sábanas de seda a juzgar por la salivación del personal. Todo ello estuvo pertinentemente regado con fino Eladia, traído para la ocasión, además de una botella de Rioja, aportado por el Guillaume. Antes de entrar a matar con los montaditos, se convocó el Consejo de Ministros y se procedió a los juramentos de rigor. La anécdota fue el doble juramento del gabacho, haciéndolo primero en español y posteriomente traduciéndolo al francés sobre la marcha. Tanto él como el Lolo anduvieron más que integrados durante toda la noche, tanto que no perdonaron los digestivos de rigor.


En ello andaban cuando la puerta sonó, buscando ya la primera hora más temprana del día. Cual fue la sorpresa al ver aparecer a el Iván, el pequeño bracanero, reclamando su derecho a pisar Tierra Santa los jueves. Lo curioso es que venía acompañado de un séquito importante con más franceses, primos de el Guillaume, la abuela, la Marina y el Hugo, hasta el momento el miembro más joven del Estado. El pequeñín prefirió quedarse en el exterior, junto a los montes bracaneros, tomando el fresquito. El resto de autoinvitados, se metieron entre pecho y espalda un copasso de PX y pusieron rumbo a Montilla, dejando en el interior a los dos embajadores, junto a el Paticorto y el Ministro de Alimentación. Allí agotaron un par de rondas más charlando de lo humano y lo divino, poniéndose como a nadie le importa, antes de cerrar un nuevo jueves bracanero.

9 de agosto de 2014

9 de agosto de 2014 - Sin comentarios

Tras las elecciones... llega la calma


Hoy no voy a extenderme mucho porque la tertulia del pasado jueves tienen poco que contar. Bueno, quizás sería mejor decir que podría repetir los rasgos de cada quedada una vez más, pero ni procede ni me apetece. El caso es que la pasada semana, como siempre cada principio de mes, no hubo invitados. En realidad, con la cercanía de las vacaciones estivales, han acordado que la llegada de nuevos embajadores se posponga hasta el mes de septiembre. La razón no es otra que atender como se merece al personal, con pleno bracanero en la sede. Por ejemplo, esta semana ha vuelto a faltar mi amo, que continúa estableciendo lazos diplomáticos con el pueblo asturiano. Aún así el resto del personal sí que anduvo por Brácana, iniciando el largo verano. A lo largo de toda la noche pude percibir cierto peloteo hacia el nuevo presidente, que sigue encabezonado en abandonar el cargo a las primeras de cambio. Aún así, tuvo que ser él el que organizara el Consejo de Ministros, en el que se decidió que la jatería se serviría en la barra para mayor comodidad. Como el nuevo presidente no acaba de tomar las riendas del Estado, hubo incluso quien apuntó que el nuevo dirigente de Brácana es cascarón de huevo.


El jueves retomaron también la sana costumbre de realizar la llamada del ahorro. Vamos, llamar al personal ausente con la idea de ponerle los dientes largos. Veterano de guerra, el Pijo del Magreb ni siquiera atendió la llamada, algo que sentó muy mal entre el resto de sus colegas, que se tomaron el desprecio como un agravio mayor. La verdad, en poco más de un minuto ya lo habían olvidado, así que tampoco pasara a mayores. Aunque el funcionamiento de Brácaa menguará en las próximas semanas, lo que sigue a pleno rendimiento es la cocina.


El jueves se jalaron, además de las tapitas de rigor, una cazuela de merluza con gambas y almejas, que no se la saltaba un galgo. Además, cerraron la noche acompañando los digestivos, con una torta de chocolate gigante de ca Bellío, que levantó más de una ovación.
Poco más que contar de la última quedada, Bueno en realidad sí. Fijaos si Brácana va tomando empaque, que ya recibe hasta regalos institucionales del Ayuntamiento de Montilla. Las andanzas de mis compinches van trascendiendo fronteras y el Paticorto acudió la pasada semana con uno de los paneles promocionales en el que la vecina ciudad trata de mostrar sus virtudes culturales, gastronómicas y enológicas, valores estos, sobre todo los últimos, de sobra conocidos en Brácana. En todo caso, se agradece el detalle.


Cambio presidencial, llega Ligre I El Breve


Brácana tiene nuevo presidente. El pasado jueves, la Hacienda El Rebelde acogió las elecciones presidenciales más reñidas que se recuerdan desde la implantación de la República. El Maestro las tenía todas consigo, después de cuatro legislaturas consecutivas dominando con claridad las urnas. No obstante, la irrupción de el Ligre como aspirante, hace ahora un año, ha pasado de posibilidad a realidad. Como sabía que los sondeos previos eran inciertos, opté por pegarme una volá tempranito, cogiendo sitio en uno de los olivos que se encuentran junto a la entrada a la vivienda principal de la Hacienda. Cuando llegué, me encontré por allí a el Pijo del pádel y el Carlitos Gracia, preparando la llegada del personal.


Todos llegaron más o menos puntuales, excepto mi amo, de viaje institucional por tierras asturianas, y  el Maestro y el Paticorto. Esto ya me hizo sospechar de la tranquilidad con la que el ya ex presidente afrontaba los comicios. A pesar de tratarse una jornada trascendental para el futuro de la República, esta gente se toma las cosas con tranquilidad. Sin mediar palabra, se pegaron unos tientos de cerveza, para aplacar la sed, y se dispusieron en torno a la mesa a analizar el mundial de fútbol, la liga de baloncesto ganada por el Barcelona al Madrid y otros temas recurrentes por el estilo, que suelen acaparar buena parte de las tertulias. Echaba en falta al ministro de alimentación que entraba y salía de la Hacienda con gesto de concentración. La razón no era otra que la preparación de la jatería para la noche, principalmente tartaletas de revuelto de setas con jamón, además de un salmorejo. La verdad es que aunque el ministro de alimentación se esmeró, las virtudes culinarias quedaron el jueves ensombrecidas por el desarrollo de las elecciones. Una vez más, la ONU encomendó a el Carlitos Gracia la difícil tarea de supervisar todo el proceso. Fue una labor dura, según pude comprobar porque, después de una hora larga arrimándole al vino sin compasión, las hordas bracaneras fluyen como un torrente de agua, es decir, libres y sin ataduras.


Aunque las votaciones transcurrieron con normalidad, ninguno de los bracaneros se presentó con el pasaporte. No obstante, por decisión unánime, el proceso siguió su curso hasta que por fin se abrieron las urnas. Bueno, antes de ello, mi amo votó vía telefónica, iniciando el final del proceso electoral. El recuento dio más de una sorpresa. Al 30 por ciento, los votos estaban muy repartidos, aunque el Ligre aventajaba en un voto a su gran rival, el Maestro. Al 60 por ciento, el Ligre, el Maestro y la Pantera empataban como máximos candidatos a la presidencia y el recuento final quedó de la siguiente manera:

Pijo del Magreb - 3
Paticorto de las ondas - 1
Ahijao - 1
Pantera ITV - 2
Silencioso - 1
Abertxale - 1
Ligre - 6
Maestro - 6
Blanco - 1








En total, 22 votos teniendo en cuenta que en cada papeleta podían elegirse dos candidatos. El empate entre el Ligre y el Maestro dio lugar a una de las situaciones más rocambolescas que se recuerdan en la historia electoral de Brácana. Hubo quien sugirió la posibilidad de llevar a cabo una segunda vuelta, aunque finalmente se optó por deshacer la igualadad echando a pares y nones. Con dos cojones.


No vamos a engañarnos. La partida fue una auténtica locura y se resolvió en la última tanda en favor de el Ligre que, de esta manera, fue proclamado presidente de la República de Brácana. El discurso en la toma de posesión fue breve:
- Mi primeras palabras como presidente son QUE DIMITO.
El descojone del personal fue mayúsculo, de ahí que la nueva legislatura ya sea denominada como la era de Ligre I El Breve.


Dicen que ya solucionarán el problema más adelante así que veremos qué pasa finalmente. Lo que no perdonaron fue la tradicional hoguera de San Juan. Por cierto que a estas alturas de la noche el personal ya andaba fino, tanto como el vino. De hecho, la tarea de encender la candela dio más de una anécdota y con la Pantera de la ITV por los suelos flojo de la risa. Una vez conseguido, todos saltaron como posesos, salvo el Pijo del pádel, que trató de andar sobre las ascuas, logrando que se le chamuscaran las suelas de las zapatillas.


Así terminó la noche un jueves más. Nuevo presidente para Brácana, aunque las ganar de seguir disfrutando semana a semana siguen intactas, como siempre desde hace ya casi cinco años.

Una fiesta en condiciones


Aún a riesgo de equivocarme, la tertulia del último jueves entrará en la historia de Brácana dentro del top 10 de fiestones. A lo mejor estoy exagerando un poco pero, su hubierais estado allí, los entenderíais perfectamente. La terna que apareció por la sede, atesora saraos en el cuerpo pa repellar la Tercia, que se dice en la vecina ciudad de Montilla. El Miguel Salas, el Agustín Raigón y el José Zafra no sólo encajaron a la perfección con los hábitos de vida bracaneros, sino que se encargaron de enriquecer la tertulia a base de anécdotas y buen rollo, empapadas en vino fino.


En medio de este clima, desde fogones fueron salieron de manera constante tapitas en barra, hasta que mi amo se preparó un chorizo a la sidra con el que apaciguar los ardores vinateros. Lejos de conseguirlo, el líquido elemento siguió corriendo de copa durante toda la noche, preparando un final de fiesta que ni los más optimistas esperaban. El caso es que el trío de ases del pasado jueves maneja los tiempos a la perfección. De hecho, cuando dieron con el plato estrella de la noche, un picaillo preparado por el ministro de alimentación, alguien preguntó a el Salas por la guitarra que casi siempre lo acompaña.


Como el personal estaba ya que arrancaba a cuarto de vuelta, tardó en acercarse al coche lo que tarde en persignarse un cura loco, para comenzar un recital particular, repasando desde la música de Triana hasta las sevillanas, haciendo especial hincapié en el flamenco. Entre fandangos, los vapores del vino siguieron creando un clima tan especial que el personal se convirtió en improvisado coro de palmeros, mientras que los más osados, incluso se atrevieron con algunos versos de El Cabrero:

Vengo de ronco tambor de la luna
en la memoria del puro animal
soy una astilla de tierra que vuelve
hacia su antigua raíz mineral.....
Vengo de adentro del hombre dormido
bajo la tierra gredosa y carnal
rama de sangre, florezco en el vino
y el amor bárbaro del carnaval.
Yo quiero luz de luna
para mi noche triste,
para pensar divina
la ilusión que me trajiste.
Para sentirte mía...
mía tú, como ninguna
pues desde que te fuiste
no he tenido luz de luna.
Yo siento tus amarras
como garfios, como garras
que se ahogan en la playa
de la farra y el dolor,
y llevo mis cadenas a rastras
en la noche callada,
que sea plenilunada
azul como ninguna, 
pues desde que te fuiste
no he tenido luz de luna.


Entre verso y verso no faltaron las risas, los chascarrillos (que cada vez son más frecuentes en Brácana) ni tampoco los digestivos de rigor con los que cerraron la noche. Hoy no escribo más, pero la próxima semana.... más.