10 de noviembre de 2015

10 de noviembre de 2015 - Sin comentarios

A nadie le amarga un dulce

Bueno, pues aquí estoy de nuevo, dispuestos a contar las andanzas de mis colegas bracaneros, esta vez lejos de la sede institucional y ojo, sin que sirva de precedente, obviando el vino como líquido elemento. El pasado jueves peregrinaron, y nunca mejor dicho, hasta las instalaciones de la firma montillana Cabbeer, especializada en la fabricación de cervezas artesanales. Digo que peregrinaron porque el traslado hasta el Polígono de Jarata, donde se encuentra esta fábrica, fue denominado como la diáspora bracanera. Como me olía el percal, me fui tempranito para no perder detalle. De hecho, a eso de las 20:45, andaba ya por los montes bracaneros expectante, esperando la llegada de mis colegas. Mientras hacía algo de estómago con unos gusanos que andaban despistados por el árbol, vi cómo comenzaban a llegar poco a poco, con algunas ausencias que me despistaron un poco. El caso es que cogieron unas pocas bolsas con víveres para sobrevivir a un apocalipsis zombi, se echaron al hombro el jamón estrenado la semana anterior, y pusieron rumbo hasta Jarata a pie.


Yo iba saltando de rama en rama, acompañándoles durante el trayecto, hasta que se fueron incorporando la Pantera de la ITV, que llegaba rezagado, y el Ahijao, que esperaba a los peregrinos, jamón incluido, en la frontera que marca el Barrio de Casas Nuevas con La Toba. Vamos, junto a la carretera. Llegaron más quemados que la moto de un hippie, todo hay que decirlo pero, como hambre que espera jartura no es hambre, entraron en la fábrica con el gesto sereno, aunque deseando meterse entre pecho y espalda la primera de las cervezas de la noche.
Mientras el ministro de alimentación deambulaba por la cocina, preparando la jatería para lo que estaba por venir, ya le metieron mano a la primera de las siete cervezas que cataron durante la noche, la Pilsen Extra, elaborada con maltas de Moravia. Tengo que reconocer que alguno se tomó en serio el asunto, oliendo y paladeando esta cerveza, mientras otros, no voy a mentar nombres, saciaron la sed como posesos, tras la larga caminata de la diáspora.


A partir de ahí, ya con el ánimo, y sobre todo el gaznate, mucho más calmados, procedieron a la visita a la fábrica, guiados por las explicaciones de el Paco y la Inma, responsables de Cabbeer: que si el malteado, que si el lúpulo, que si la decantación, que si las etiquetas... uff demasiados datos para mi pequeña cabecita. Eso sí, el personal estuvo más que aplicado e interesado, porque hay cosas de la cerveza que no sabían, más allá de metersela entre pecho y espalda, bien fresquita. Entre lo que más llamó la atención fue la experimentación que llevan a cabo en la fábrica, metiendo cerveza en barriles que previamente han criado Pedro Ximénez u otros tipos de vino. Ya se sabe, renovarse o.....


Pero como de lo que se trataba, más allá de conocer el proceso de fabricación, era de catar cervezas, el Gaspar fue el que hizo de cicerone en esta parte, sacando birras a destajo. Cerveza Bock Ale, fermentada con levadura Saccharomyces  cerevisiae para aportarle un toque diferente; Trigo Extra, mezcla de malta de trigo y cebada; Dorada, elaborada con maltas de cebada tostadas; Excite, con maltas tostadas de cebada y un toque de ajo negro; y, por supuesto Envejecida, hecha con maltas tostadas de cebada y, como ya he dicho antes, envejecida durante más de seis meses en barricas de roble que previamente han servido para la crianza de Pedro Ximénez. A estas seis cervezas, hay que unir la IPA (India pale ale), característica por su alto nivel de lúpulo, que se encuentra en proceso de experimentación y que en breve saldrá al mercado. En total, siete cervezas, siete, que dirían los taurinos.



Pues así, entre cerveza y cerveza, alternando charlas de lo más diverso, pero sobre todo relacionadas con la birra, pasaron la noche, acompañados por más amigos que se pegaron a esta visita didáctica, como los compinches de la Bodega San Miguel, que no se pierden una.
A eso de la hora de las brujas, iniciaron la peregrinación de vuelta, esta vez sin el jamón, porque la jatería la llevó el Gaspar en su coche. Lo que no perdonaron, al menos el Paticorto y el ministro de alimentación, fueron los digestivos de rigor, mientras supervisaban una pequeña avería, ya de vuelta en la sede, que va a obligar a algunas intervenciones de urgencia, en la zona de cocina.
La próxima semana más, no sé si mejor, porque está prevista la vuelta a Brácana del líder espiritual, el Gordo Urbano, acompañado esta vez de un bracanero sanguíneo, según pude escuchar, como el Tele -hasta la semana que viene no sé que carajo quiere decir esto-.
¡Miedo me da!


Sexo, vino y rock and roll

Imagino que el título de este nuevo post es más que sugerente, pero es que justamente es lo que se vivió en Brácana el pasado jueves. No penséis que aquello se convirtió en Sodoma y Gomorra, porque no fue así. Simplemente me refiero a que toda la noche giró en torno al sexo, el vino y el rock and roll. Esta curiosa terna de conversación, se debe al pelaje y las características de los invitados que pasaron por la sede la última semana.


Vamos primero con el vino y el rock and roll. El catado en la última tertulia se llevó los mejores calificativos. El caso es que una vez más Brácana contó con la siempre bienvenida figura de el Pepín Carbonero, propietario de Bodegas Cabriñana, bodega rockera por excelencia. Como el pájaro ya conoce la tela del paño, se presentó allí con un vino de campanillas, del que sólo quedó el envase como testimonio. Evidentemente, el Pepín Carbonero, vino acompañado de su fiel escudero, o viceversa, el Rafa Jiménez, al que se le olvidó la cámara de foto. Aunque esto ya es raro de por sí, tiene como explicación el que daba por hecho que el Maestro cubría la faceta fotográfica de Brácana. No obstante, el todavía presidente de la República no apareció, alegando motivos físicos, de manera que hubo que apañarse con la cámara de el Paticorto, que siempre está al quite de estos asuntos, como responsable del área de comunicación de Brácana. Justificado el capítulo del vino, también hay que hablar de rock and roll. Junto a el Pepín Carbonero y el Rafa Jiménez, pasó por la sede el pasado jueves el Pepe Torres. Según pude escuchar, es bien conocido en la vecina localidad de Montilla por su virtuosismo a la guitarra, y dentro de algunos días actuará en la Fiesta del Mosto Nuevo que cada año celebra Bodegas Cabriñana. Os podéis imaginar por tanto, que buena parte de la conversación, firó el pasado jueves en torno a la música y, en especial al rock and roll.


Falta por desarrollar el apartado del sexo, y este bien merece un capítulo al margen de todo lo anterior. Junto al trio de invitados, citado anteriormente, Brácana contó la semana pasada ocn la presencia de uno de los médicos de cabecera de la vecina ciudad de Montilla. El Juan Bautista es un veterano de guerra, con más muescas que las pistolas de Billy el Niño. Por ello, desde que pisó la sede, mantuvo al personal embelesado con sus anécdotas médicas que vas desde los divino a lo humano, pasando por los elementos más terrenales. El caso es que la conversación fue derivando hacia las relaciones sexuales y, en concreto, a los diversos casos clínicos que el doctor ha atendido en su consulta. No voy a comentarlos por no herir la sensibilidad de los lectores menos radicales, pero creo que podéis haceros una idea aproximada, sin entrar en detalles.


De lo que sí dejaré constancia es de la expectación que creó la larga disertación de el Juan Bautista sobre el sexo tántrico. Coño, para qué voy a engañaros. Me interesé por el tema hasta yo, y eso que soy un pájarito. Según parece, es una disciplina oriental que se practica desde hace chorrocientos años, que tiene que ver más con el enfoque mental de la cuestión, que con el hecho sexual en sí mismo. Lo voy a decir suavito para que se vea que algo se me pega de mis compinches del limbo. En el sexo convencional, las personas buscan llegar al orgasmo preferentemente por una relación genital. Sin embargo en el sexo tántrico se busca la unión de la pareja de muchas formas, de manera que se logre retrasar el punto máximo de placer. La verdad es que dicho así suena sugerente, tanto que mis colegas machacaron a el Juan con sus preguntas y, todo hay que decirlo, se fueron más calientes que un soldado en Ibiza. No sé si alguno de ellos lo practicó por la noche aunque, habrá que estar atentos por si vuelve a salir el tema en las tertulias siguientes.


Como os decía fue una noche por tanto de sexo, vino y rock and roll... ¡Vaya nochecita! Por cierto, que se me olvidaba, en lo referente a la jatería, no faltaron las tapitas de rigor, con la inauguración pertinente de la temporada de jamón y aceite pa mojar sopas. Además, se jalaron unas papas a lo pobre con huevos al paso, sin perdonar los digestivos de rigor, con los que cerraron la noche. La próxima semana más, con peregrinación incluida, según pude escuchar, a las instalaciones de Cabbeer, firma de fabricación de cerveza artesana en la vecina ciudad de Montilla. Ya os contaré.

28 de octubre de 2015

28 de octubre de 2015 - Sin comentarios

Los nueve de Brácana

Ufff...... a ver como puedo hilar todo lo que ha acontecido en Brácana en las últimas semanas, porque ha sido mucho, importante y, sobre todo, trascendente para el futuro de la República. Han pasado tres semanas desde la última vez que me senté a escribir, concretamente tras la Cata Ciega anual de vinos finos y, en todo este tiempo, los once bracaneros han quedado en nueve. Supongo que muchos de ustedes estaréis pensando que es una de mis bromas habituales. pero no, esta vez va en serio. El Pijo del pádel y el Niño han causado baja, de manera voluntaria, en el pequeño censo republicano ¿Indefinida o permanente? Eso el tiempo lo dirá, aunque, la verdad, las dos últimas semanas han sido raras, incluso para mi que sigo cada tertulia apoyado en el aparato del aire acondicionado, desde la distancia.


Ya me parecía a mi el ambiente un poco raro a la semana siguiente de la Cata Ciega. Aquello era casi un funeral. Pero bueno, en mis cortas entendederas, supuse entonces que se trataba de un pequeño bajón, de esos que se producen cada cierto tiempo en la intensa agenda bracanera.
A la semana siguiente hubo cónclave, análisis de situación y, sobre todo, se puso sobre la mesa la realidad de una República que desde entonces pasa de tener once habitantes a sólo nueve. El caso es que el Pijo del pádel ya no acudió a la cita semanal. Días antes había comunicado al resto de bracaneros, su decisión de causar baja indefinida en la República, por motivos personales que ahora no vienen al cuento. Por ello, hace dos semanas la reunión giró en torno al futuro de la República, sobre todo porque tras escuchar argumentos, pros, contras, reproches, halagos y demás, el Niño también comentó que si no seguían los once, él también abandonaba el barco ¡Todavía se me erizan las plumas de la nuca al recordarlo! Me vais a permitir que me acoja al secreto de sumario para no contar nada de lo expuesto allí y que, por una vez en mis crónicas, piense que lo pasado,  pasado está, y mire al futuro. Digo esto porque las dos últimas semanas han servido para pensar cuál es el camino que debe seguir la República. Si sus miembros deciden abandonar, sean cuales sean los motivos, hay que replantearse todo esto.


La primera decisión adoptada es que Brácana sigue adelante con los nueve miembros que han manifestado su deseo de continuar ¿Cómo? Se irá viendo con el tiempo. Al menos la pasada semana, en la última quedada, ya puede percibir cierto optimismo, en contraposición al jueves anterior. Para comenzar, la última semana de octubre llegarán antiguos y nuevos embajadores, que seguramente oxigenarán el enrarecido ambiente de las últimas semanas. Empezarán noviembre con una cata de cervezas en las instalaciones de la marca artesanal Cabbeer y, a partir de ahí, a ver cómo evoluciona todo esto. Esta vez estaré más atento que de costumbre porque no me ha gustado ni una pluma el ambiente de los últimos días. Como bien han repetido en las últimas quedadas, allí se va para disfrutar y si no se disfruta, habrá que volver a replantearse todo el asunto. Por lo menos, el último jueves ya pude escuchar, pegaditos  como estaban todos a la barra, aquello de que pa vivir así de bien, es mejor no morirse. Sería una lástima que después de seis años todo esto se fuera al carajo. Los nueve de Brácana le dan a la República una nueva oportunidad.... seguiremos informando.

20 de octubre de 2015

20 de octubre de 2015 - Sin comentarios

A ciegas con el vino


Comenzando como estamos el mes de octubre, hoy me toca referirme a uno de los eventos que van haciéndose un sitio en la apretada agenda bracanera. Ya sabés que  desde hace algunos años, el primer jueves de octubre queda reservado para la tradicional Cata ciega de vinos, que realizan mis compiches, bajo la coordinación de el Abertxale. Pues bien, este año le han dado una vuelta de tuerca al asunto porque han ido más allá, buscando el lado más comercial del vino fino. Así que recuerde a memoria abierta, en años anteriores han catado vinos en rama de bodegas y cooperativas, y también de particulares. Pero claro, faltaba echarle una vista, un olfato y un deguste, a los vinos que las bodegas y coooperativas de la zona ponen en el mercado envasado en botella y que, además, fueron adquiridos en superficies comerciales de la localidad.


Las personas que son asiduas de este blog, ya sabrá cómo funciona toda la organización de la Cata Ciega. El coordinador del evento elige tres vinos -que sólo él conoce- y luego, tras la cata pertinente, cada uno opina, critica o, elogia, según proceda, y por supuesto, se lo bebe. Para este día tan señalado, mis colegas tuvieron la visita de un personaje tan querido como el Fernando Giménez, que sigue aprovechanod la menor ocasión que le brinda la agenda, para pegarse un desmarque en Brácana.
Antes de entrar a repasar los momentos más destacados de la cata, tengo que hacer referencia al nuevo vino que se probó en Brácana el jueves pasado. Vino naranja Condado de Huelva acerté a leer en la etiqueta y, la verdad, el nombre no me dio muy buena espina. El caso es que el hermano de el Abertxale anduvo por tierras onubenses y, sabedor de los gustos vinateros del personal, no dudó en ajenciarse cinco litracos. El detalle fue agradecido pero el vino, todavía sigue en la sede porque más que probarlo se mojaron los labios soltando impropierios de todo tipo en la mayoría de los casos. Ya se sabe, sobre gustos... no hay nada escrito.


A lo que vamos. Hablemos de vino fino, que es el verdadero motor de toda esta historia.
El primero de los vinos catados fue Fino Tres Palacios, elaborado por la Cooperativa La Unión de Montilla. Como sucede cada año, para cada vino se elegió una cita que, en el caso del citado anteriormente fue la siguiente:
Un buen vino es como una buena película; dura un instante y te deja en la boca un sabor a gloria; es nuevo en cada sorbo y, como ocurre con las películas, nace y renace en casa saboreador. (Federico Fellini)
El segundo de los vinos que se probaron también se elabora en Montilla, en concreto fue María del Valle de Bodegas Gracia, que también tuvo su cita vinatera pertinente:
Quien sabe degustar no bebe jamás el vino, sino que degusta secretos (Salvador Dalí)
Por último, el terceor de los vinos que se mostraron en la Cata Ciega del año 2015 fue un vino no menos clásico de la denominación Montilla Moriles como Los Amigos de Bodegas Pérez Barquero, que se cató bajo la siguiente cita anónima:
Yo cocino con vino y a veces incluso se lo echo a la comida (Anónimo)
Esos fueron los tres vinos catados y, como en botica, hubo opiniones para todos los gustos. Poco sabor, buen olor, le falta color, es el típico sabor del vino de Montilla.... Fueron algunos de los calificativos empleados, que fueron muchos y variados. No obstante, hubo una denominador común para todos ellos: que no tienen ni punto de comparación con los vinos en rama que se prueban en Brácana jueves a jueves.


También hay que hacer mención a la comida de la noche que, de manera unánime, levantó aplausos y elogios entre el personal. Esta vez no hubo plato estrella sino tapitas en mesa, que no en barra. Comenzando por el rejo de pota frito, siguiendo por los salmonetillos y cerrando la tanda con unos bocatas de calamares, el personal se puso una vez más hasta arriba. Además no perdonaron la torta de azúcar de ca Bellío para rellenar hasta el último hueco de sus expertos y agradecidos estómagos.
Mientras trasegaban vino y afilaban colmillos, no faltó la charla, esta vez en torno al mundo del vino.


La presencia de el Fernando Giménez sirvió para repasar un buen puñado de anécodas de Alvear y, afortunadamente, para probar más vinos todavía. No contentos con los finos, también le metieron mano a las botellas de Acilates y Zarcita, este último todavía no comercializado, que Bodegas Alvear elabora bajo la denominación de origen Ribera del Guadiana.
¡Como a nadie le importa!

30 de septiembre de 2015

30 de septiembre de 2015 - Sin comentarios

Peregrinos por septiembre

Vamos acabando el mes de septiembre y ya se sabe lo que pasa en Brácana por estas fechas. En el calendario bracanero hay muchos jueves señalados en rojo pero coincidiendo con el inicio del año agrícola y el final de la vendimia en el horizonte, toca peregrinar hacia otro espacio venerado en el mundo vinícola como la Bodega San Miguel. Llevaban preparando el envite semanas, así que el personal llegaba con ganar de darse un homenaje junto a compinches vinateros como el Gaspar, el Paco Raya y el Chechu. El caso es que estas quedadas no son para contarlas, más bien son para vivirlas. Desde el primer momento se habla de vinos, de política, de follengueo -una vez más- y de cuantos temas puedan salir a relucir, al amparo de los vapores del vino. Del vino y de la comida de la que tampoco se privan, incluso cuando viajan más allá de los montes bracaneros. En esta ocasiónse metieron entre pecho y espalda los pertinentes aperitivos, además de un chorizo a la sidra, preparado por mi amo,  y una ensaladilla made in Ministro de alimentación.


Se ausentó de la quedada el Niño, argumentando cansancio tras una larga jornada de trabajo -manda cojones- pero el resto, fatigados o no, llegaron más o menos puntuales. Al entrar en la bodega rememoraron el impresionante chaparrón que el año anterior acabó por poner como sopas al personal, al término de la velada. El tema salió a colación por los cartones que salvaguardaban el albero de San Miguel. El caso es que días atrás un grifo mal cerrado o una goma en mal estado, no recuerdo las razones verdaderas, acabó por anegar la bodega, dejando el albero en un estado perfecto para una pelea de barro, pero no para una cita vinatera. Pero claro, una peregrinación es una peregrinación, y con unos cartones quedó arreglado el asunto.


No tengo mucho que contar salvo un evento futuro que quedó hilvanado el pasado jueves. Aunque el vino es el verdadero leitmotiv de Brácana, a principios del mes de noviembre van a hacer un pequeño paréntesis, para entregarse de lleno a la cerveza. Aprovechando la existencia en Montilla de una fábrica de cervezas artesanales, Cabbeer para más señas, habrá visita guiada y cata de las diferentes variedad, si el Cóndor Bendito de los Andes no lo impide. Aprovecharon para hablar tener una primera toma de contacto, gracias a los conocimientos de el Gaspar, que ejercerá de anfitrión ese día. Previamente, según pude escuchar, una comisión creada para tal efecto, visitará las instalaciones, con el objetivo de confirmar la existencia de todos los menesteres necesarios para darse un nuevo homenaje.


En fin, ya os contaré, aunque la verdad es que la iniciativa no tiene mala pinta. Aún así, antes de esta nueva cita bracanera, todavía quedan por delante cinco largos jueves para seguir disfrutando del vino y la comida. Sin ir más lejos, la semana próxima van de Cata Ciega, así que ya podéis haceros una idea de cómo acabarán.....

Homenaje gastronómico en toda regla

Una semana más, tengo que hacer un receso en mis quehaceres diarios aquí, en el limbo, para seguir escribiendo capítulos de esta bendita locura que es la República de Brácana. Con la temporada completamente lanzada, el pasado jueves mis compinches recibieron a tres embajadores veteranos y uno novel, que encaja a la perfección con el perfil bracanero. Digo esto porque el Antonio garcía, sobrino de el Pijo del pádel, está cursando estudios gastronómicos en Sevilla. Evidentemente, es una virtud que mis colegas no van a pasar por alto en el futuro, sobre todo porque están entregados a los designios del Dios Baco: vino y comida hasta reventar. El caso es que el pasado jueves pisó Tierra Santa, concienciado de su labor culinaria, y sabedor de que muchas miradas y opiniones estarían pendientes de sus evoluciones en los fogones. Luego hablaré de ello, pero antes tengo que decir que no estuvo solo. El Moreno, el Oche y el Pepe Mesa, volvieron semanas después a las escena del crimen, para compartir mesa -mantel no porque en Brácana no hay- y sobre todo anécdotas a raudales.


Uno de los aspectos que más me gustó de la noche, fue la recuperación de dichos y términos ya prácticamente olvidados, que periódicamente tienen repaso en la República. Que ahora mismo se me vengan a la memoria a bote pronto, hay que tres términos y una expresión que merece rescatar. Por un lado mi amo apuntó lo que es una sariana, que según parece es la denominación que daban en Alvear a las antiguas chaquetas de trabajo. También se habló del anorak como prenda idónea para el invierno, y del gabán, otra prenda eminentemente invernal, que ha ido siendo sustituida por ropas más modernitas. Entre términos similares discurría la conversación cuando pude escuchar una expresión de esas que tanto me gustan: tienes más piojo que un habal ternito. Ianmares, así es imposible aburrirse jueves a jueves.


Otro de los temas recurrentes para la conversación es el follangueo. Ya lo he comentado en más de una ocasión, pero es que esta gente tienen una cultura erótica, por no decir pornográfica, que ya quisiera más de uno. Bueno, en realidad, de este tema hay mucha gente que está al tanto, lo que pasa es que pocos lo cuentan en público. Lo que pasa en que en Brácana hay rienda suelta cada semana y mucho más cuando el vino rula -en esta ocasión Fino Pata Hierro- como un torrente ladera abajo. Esta vez tiraron de memoria, para recordar las películas codificadas del Canal+, que según parece eran de obligado visionado cada noche, y de la importancia del argumento y el guión en las películas porno. 


Dando repaso a todo esto estaban, cuando alguien cayó en la cuenta de que España se estaba jugando el pase a la final contra Francia en el Eurobasket. Como en Brácana no hay televisión, tuvieron que recurrir a las nuevas tecnologías para seguir, vía internet, los últimos minutos del partido, que acabó en prórroga ante las mofas del personal hacia el Abertxale, que no daba un duro por la selección de Gasol y compañía. Mientras arrancaba el tiempo extra, aprovecharon para darse unos tientos más, igual que yo aprovecho ahora para repasar el homenaje gastronómico que se pegaron el jueves. Arrancaron motores con un salchichón ibérico cortado al estilo tradicional de Brácana.... A ello le siguieron dos tapitas en mesa, que no en barra, que bien podían haber sido los platos centrales de la noche. El trio de embajadores se plantó en Brácana con sendas perolas de riñones con jamón y carne en salsa, que levantaron gritos de todo tipo por el tamaño y, sobre todo, la calidad de las mismas. Podeís haceros una idea de la cantidad de vino que se necesita para falagar esto. Bueno, vino y pan. de hecho, tras la primera perola, tuvieron que echar mano de la Farmacia de guardia -léase Ca la Paqui- para aprovechar la salsa con sopones como quillas de trasatlánticos. No contentos con ello, el sobrino del Pijo del pádel, se trabajó una carne aliñá al estilo de Lanzarote, para rematar la faena. El hecho de haber realizado sus prácticas en la citada isla, le ha permitido conocer otros gustos y experimentar con mis compinches, a los que no les asusta ni una vaca de rellena de pajaritos, a la hora de jalar.


Poco más os tengo que contar hoy. Bueno sí, que no perdonaron ni la fruta para el postre, ni los pertinente latigassos para cerrar la noche y agotar una nueva jornada en el calendario bracanero. por cierto, que se me olvidaba, que España le ganó a Francia en la prórroga, por lo que el baloncesto fue un tema más de conversación hasta que se apagaron las luces, abriendo la cuenta atrás para una nueva quedada.

18 de septiembre de 2015

18 de septiembre de 2015 - Sin comentarios

Petanqueros por un día


El día 10 se septiembre estaba señalado en el calendario perpetuo de Brácana com un día importante. Por cuarto año, mis colegas bracaneros se han disfrazado de deportistas, para celebrar un torneo ya habitual como el TIP Brácana 2015. Personalmente no estoy muy familiarizado con esta disciplina. Por ello me fui tempranito para las Pistas Municipales de Petanca de la vecina localidad de Montilla, con la idea de no perderme ningún detalle y tomar algunas notas para la crónica que escribió con posterioridad el mismísimo Moncho Alpuente en El Heraldo de Brácana, por orden expresa del director Matías Prats.
Como él sabe escribir mucho mejor que yo, abajo os dejo la crónica completa de este torneo. No obstante, a mi personalmente, me gustaría matizar varios asuntos. El primero es que el nivel competitivo ha aumentado respecto a campeonatos anteriores. El segundo es que, aunque sea una competición deportiva, el Fino Pata Hierro, la cabeza de derdo, el tocinito de veta y otras exquisiteces culinarias, rularon de igual manera que lo hacen por la sede. Y el tercero es que más de uno estuvo a punto de provocarse un esguince de cuello de tanto girar la cabeza para no perder detalle de las lugareñas que se encontraban en los alrededores haciendo running o como cojones se llame ahora. Dicho esto, esto es lo que se ha publicado en El Heraldo de Brácana del IV Torneo Internacional de Petanca de Brácana.



El Ligre y el Paticorto de las ondas no encuentran rival

El TIP Brácana 2015 ya tiene ganadores. El Ligre y el Paticorto de las Ondas se llevaron con autoridad el torneo, ganando los dos partidos disputados en la fase de grupos y posteriormente la final jugada contra el Maestro y el Pijo de los Balcanes. Dicho esto, sobran los comentarios aunque, como cronista oficial del TIP desde su creación, hay que hacer varias matizaciones, que considero oportunas tras la disputa de esta cuarta edición del torneo. La primera de ellas es que el nivel ha subido respecto al año anterior. Se siguen pegando bolazos diestro y siniestro; el juego rácano que practican algunas parejas sigue desluciendo la competición y, según avanza la noche, el nivel de precisión va bajando alarmantemente, al mismo tiempo que la bebida isotónica que acompaña cada edición del campeonato. No obstante, hay que reconocer, que estos cuatro años han servido para que el personal sepa a lo que juega... menos da una piedra.


La partida inaugural del TIP 2015, correspondió a las duplas formadas por el Maestro y el Pijo de los Balcanes, contra el Abertxale y el Chechu, del Grupo II. Los primeros llevaron la iniciativa en el juego logrando la victoria en cinco mangas, para adjudicarse el triunfo por un claro 7-3 que les dejaba a las puertas de la final.
A continuación se estrenó el Grupo I, con otro enfrentamiento desigual, que midió fuerzas entre el Niño y el Silencioso, junto a la Pantera y el Pijo del Magreb. Fueron los primeros los que se llevaría el triunfo final por un claro 7-2, a pesar de que tuvieron que emplear siete rondas para determinar al ganador. No es que el partido se alargara por lo igualado del choque. Más bien, el enfrentamiento se extendió por el tiempo por el carácter cicatero del Pijo del Magreb: cuando  se veía con un punto a favor asegurado,  rehusaba continuar la contienda, lanzando las bolas al suelo, en claro síntoma de conformismo.


El tercer choque de la noche lo jugaron el Ahijao y el Pijo del pádel, contra el Maestro y el Pijo de los Balcanes. Fue un enfrentamiento corto pero muy igualado, que sólo precisó de cinco mangas para su resolución. Cada partida ganada por los primeros, era contestada por los segundos hasta agotar la cuarta ronda con un ajustado 6-4. En ese momento salieron a relucir los galones del Pijo del pádel, ganador de la edición anterior junto al Abertxale. Bien conjuntado con el Ahijao, tiraron de oficio para sumar el punto definitivo, y poner el grupo II en empate técnico a la espera del último enfrentamiento.
En el cuarto partido se vieron los momentos de más calidad del torneo. El Paticorto y el Ligre, jugaban contra el Niño y el Silencioso, precisando de un total de ocho rondas para certificar al ganador. Prueba de ello, tras la disputa de la séptima manga, el marcador registraba un interesante 6-6, que dejaba la resolución del choque para la ronda definitiva. Ahí se emplearon a fondos los primeros, llevándose un parcial 3-0 para sumar el definitivo 9-6.


El quinto partido de la fase de grupos decidía la dupla que pasaría a la final aunque, finalmente, no la jugaría ninguno de los contendientes. En otro partido extraño, marcado por la ausencia de precisión, el enfrentamiento se fue hasta la sexta manga, cayendo del lado del lado del Abertxale y el Chechu, tras derrotar al Ahijao y el Pijo del pádel. Cerrado el grupo II, fueron el Maestro y el Pijo de los Balcanes los que accedieron a la final, gracias a la diferencia de un sólo puntos sobre sus otros dos contendientes.
Faltaba conocer el otro finalista, que saldría del enfrentamiento entre el Paticorto y Ligre, frente a la Pantera y el Pijo del Magreb. Los primeros sólo necesitaban ganar, mientras que los segundos precisaban de un marcador favorable escandaloso para lograr el llegar a la ronda definitiva. No obstante, una vez más, el juego a la italiana del Pijo del Magreb pasó factura. El choque se fue hasta la séptima manga, a la que ambos llegaron con un ajustado 6-6. En los momentos decisivos, el Paticorto y el Ligre mantuvieron la muñeca firme para mantener la imbatibilidad y lograr el pase a la final.


Narrar lo sucedido en  la final resulta complicado. Aunque sobre el papel ambas duplas eran las más fuertes del campeonato, el partido más atractivo de la noche fue el más corto, precisando apenas tres rondas. Comenzaron fuertes el Maestro y el Pijo de los Balcanes, llevándose la primera ronda por un claro 0-2, gracias a un juego preciso. Llevaban camino de sentenciar el partido en la segunda manga, cuando el Maestro la pifió, con la mejor jugada para el rival que se recuerda en la corta historia del TIP. Con una bola por jugar y dos puntos asegurados, tiró a colocar con tan mala fortuna que golpeó sus dos bolas, dejando las seis de sus rivales en situación de puntuar. Así, en apenas unos segundos, el marcador pasaba de un hipotético 0-5 a favor, a un rotundo 6-2 para el Paticorto y el Ligre. Estos se vinieron arriba en la siguiente partida mientras que el error anterior pasó factura al Maestro y el Pijo de los Balcanes, que perdieron la ronda definitiva por 2-0, cediendo la victoria a sus rivales.
Invictos, el Paticorto y el Ligre inscriben su nombre en el brillante palmarés del TIP, que sólo tuvo un importante fallo. El estado del terreno de juego era lamentable. Según comentaron algunos jugadores, la dureza del firme fue la causante de los continuos errores que pudieron verse a lo largo del choque. ¡Ver para creer !

8 de septiembre de 2015

8 de septiembre de 2015 - Sin comentarios

¡No hay huevos!


Sé que el mero hecho de pronunciar las tres palabras que titulan esta nueva entrega de las historias bracanera, ya acarrea problemas. Pues bien, el jueves pasado se volvieron a pronunciar en la sede y, evidentemente, se lió parda. La verdad es que mis colegas de parranda han comenzado la temporada con ganas y, a las primera de cambio, han aprovechado para pegarse un sarao como los de antes. Parte de culpa, aunque sea de manera indirecta, la tiene el Ministro de alimentación. Causó baja en la Tertulia por enfermedad, y su ausencia fue aprovechada para que el descontrol más absoluto se adueñara una vez más de la República.
El caso es que la noche comenzaba con cierta tranquilidad y con muy buenas sensaciones en el apartado gastronómico. El Maestro llegó hasta la sede con unos litracos de Fino El Puma, un caldo muy venerado y respetado, mientras que el Paticorto aportó sendas botellas de cosecha y reserva de Bodegas Payva, llegados desde la Ribera del Guadiana. Asegurado el apartado de hidratación para el personal, sólo faltaba arrimar jatería. Aquí tampoco se quedó corta la cosa, con tocino de veta, salchichón y queso añejo como tapitas, además de unas verduritas con pollo para rematar la faena.
Hasta aquí todo se ajusta al guión semanal. Lo que pasa es que la charla fue calentando al personal hasta derivar en la más pura anarquía: lo que viene a ser que cada uno comenzó a hacer lo que le salía de los compañones. Buenas parte de la tertulia la acaparó el análisis profundo y sosegado -por lo cojones- de las relaciones laborales entre los empleados y sus jefes. Cada cual aportó su visión con ejemplos ilustrativos para dotar de mayor realismo al intercambio de opiniones. Por cierto, que en plena charla se les cortó el cuerpo, cuando el Abertxale abandonó la sede precipitadamente ante un aviso telefónico por unos problemas de salud de su progenitor. Afortundamente todo quedó en un sustillo, porque en poco más de una hora volvió a formar parte de la locura bracanera del primer jueves de septiembre.


Conforme iba avanzando la noche pude comprobar cómo iba cambiando el gesto del personal. La Pantera se desbocó, el Pijo del pádel se colocó a su lado y.... que os voy a contar. Por momentos pude ver cómo el vino servía, literalmente, para refrescar el ambiente. La bicicleta de mi amo, que por cierto sigue haciendo uso del parking de Brácana por la patilla, sirvió para que alguno se hiciera unas vueltecitas, al más puro estilo del trial, esto es con caballito incluidos. En pleno frenesí, mientras mi amo preparaba las verduritas, a la Pantera se le ocurrió que unos huevos le darían un toque especial.


En ese momento, alguien dijo desde el frigorífico:
- ¡NO HAY HUEVOS!
Pronunciada la frase, se alinearon todos los planetas y estrellas habidos y por haber, y una fuerza demoníaca se apoderó del cuerpo del personal. El Abertxale salió como un poseso por la puerta, rumbo al Barril de oro, y volvió con media docena de huevos, que fueron estrellándose, de nuevo literalmente, en la perola de verduritas. Uno de ellos, de manera totalmente fortuita,acabó en el suelo, mientras por la zona de fogones volaban ajos, pan y aceitunas, a modo de metralla.
Menos mal que la salida del plato estrella de la noche sirvió para rebajar el ímpetu, mientras daban cuenta de los vinos de Payva que, por cierto, dejaron muy buen sabor de boca. Aún así todavía hubo algún destello de locura, con la recuperación de la Hora di Napoli y la entonación del Himno Bracanero.


Para cerrar la noche, el Paticorto, que celebraba su cumpleaños, correspondió al personal con una torta de azúcar y chocolate rellena de crema a la naranja, para dar paso al ya tradicional mojito de despedida.
¡Cabrones, cómo se ponen!


Por cierto, se me olvidaba comentar que a pesar de toda la locura, hubo tiempo para realizar el sorteo del TIP 2015, que se celebrará el jueves próximo. Como deporte oficial de Brácana junto al pádel, de nuevo la pista de petanca de la vecina localidad de Montilla, volverá a acoger este torneo de primer nivel, cuyas parejas serán las siguientes:

GRUPO A
Niño - Silencioso
Pantera ITV - Pijo del Magreb
Paticorto de las ondas - Ligre

GRUPO B
Maestro - Pijo de los Balcanes
Abertxale de ca Bellío - Chechu
Ahijao - Pijo del pádel


29 de agosto de 2015

29 de agosto de 2015 - Sin comentarios

Mama era mala, pero nos guisaba

Así, a bote pronto, el título de la última crónica del mes de agosto debe sonar un poco raro, pero poco a poco, según vayáis avanzando en mi relato de hoy, comprenderéis el por qué de esta frase, escuchada  repetidas veces, tiempo atrás, en la vecina ciudad de Montilla.
El sentido de este dicho popular, cobra más lógica ante la importantísima baja que por motivos de salud causó el mismísimo Ministro de alimentación. Ya he comentado en más de una ocasión que posiblemente sea el único ministerio del que depende directamente el correcto funcionamiento de la República. Por ello, cuando el Pepeluí dijo que se iba, con voz de ultratumba, saltaron todas las alarmas. Especialmente crítico fue durante toda la noche el Silencioso que, teléfono en mano, amenazaba constantemente con llamar al rey de los fogones bracaneros, para que pusiera un poco de orden, dando las directrices oportuna. El caso es que la cosa no se despendoló en exceso gracias a las aportaciones culinarias de los invitados del pasado jueves, y a las dotes de mando de el Ahijao, pinche de la noche, y mi amo, que se encargaron de desenredar el entuerto como buenamente pudieron.


En seguida os cuento más detalles, pero antes quiero hacer especial hincapié es los personajes que tomaron Brácana al asalto durante la última quedada. Todos ellos son veteranos de guerra. Por un lado estuvieron por la sede campando a sus anchas, los habitantes de la Bodega de San Miguel, mítico lugar de peregrinación, al que volverán mis compinches a finales del mes de septiembre. Por si fuera poco, el Gaspar, el Paco Raya y el Chechu, estuvieron bien secundados por el Manolo Portero. Éste individuo, a pesar de su modales comedidos, se apunta a un bombardeo, siempre que haya vino, así que no dudo a la hora de aceptar la invitación bracanera.
De manera excepcional, fuera de guión, y nunca mejor dicho, anduvo por la sede el Pablo Raya, vástago de el Paco Raya. Es difícil verlo por Montilla porque su trabajo como actor y cantante, le hace recorrer los escenarios de medio mundo, de ahí que fuera todo un honor contar con él, al menos durante parte de la noche. Muchos de ustedes habréis oido hablar de él por su aportación a obras de peso como los musicales Mamma Mia o ¡Ay Carmela!


El caso es que tampoco tardó mucho en integrarse en el grupo. En menos de lo que tarde en persignarse un cura loco, ya tenía un copazo en la mano, y le atacaba al Fino el Abuelo de la Bodega San Miguel, con el mismo ímpetu que el resto de mis compinches. Pero volviendo al tema con el que empezaba mi relato, ante la baja inesperada del Ministro de alimentación, y de la Pantera, que no lo había dicho aún, fue el Ahijao el que tuvo que coger el cuchillo por el mango y poner orden en un primer momento. Con la soltura que da casi seis años observando desde la barra al maestro, en un santiamén entre él mi amo ya habían encalomado unos platicos de tomates con sal para saciar a las huestes bracaneras. A ello siguió una segunda tapita en barra de espetec, además de varias tandas de cabeza de cerdo para ir haciendo cuerpo. Con tanta tapita, el Silencioso comenzó a ponerse nervioso, interesándose por la jatería de verdad. Por ello, el Chechu dio las instrucciones precisas para poner a calentar una carrillada en salsa que llevaba preparando todo el día, según pude escuchar bajo la atenta mirada de la Raquel, su cónyugue, que supervisaba el trabajo. No contento con la perola, el Silencioso comenzó a increpar a los improvisados cocineros con frases del estilo:
- Si veis que tal llamó al Pepeluí pa que organice esto, no vaya a ser que no comamos hoy.
Y claro, al personal se le inflaron los compañones hasta límites insospechados. Acerté a ver un cónclave entre mi amo y el Paticorto, y pude escuchar que el Ministro de alimentación, a pesar de su baja repentina, había dejado preparado tres kilos de carne en salsa. Por ello, ante la tocada de güevos, entre ambos improvisaron un menú ligerito para el resto de la noche: primero la carrillada, después un tocinito de veta y para rematar la carne. Ante la previsón de una avalancha de colesterol, el personal comenzó a poner mala cara, así que se aplicó al fino, esperando a que el sol saliera por Antequera, mientras que mi amo le decía a su hermano:
- Mama era mala, pero nos guisaba.


Una vez explicado todo el follón gastronómico del jueves, poco más tengo que contar. Bueno, en realidad sí. Que no pararon de charlar y reirse, ni de hacer más planes de futuro, además de la peregrinación a San Miguel de finales de septiembre. El Gaspar se ofreció a organizar para más adelante una cata de cerveza artesana, en  la empresa montillana Cabbeer. La verdad es que tuvo qie insistir mucho, aproximadamente unos cinco segundos, para que  el personal aceptara, y eso que mientras el hombre trataba de explicar el asunto, allí no se callaba ni el Cóndor Bendito de los Andes.
Ni que decir tiene que no tuvieron cojones de sacar la carne en salsa, porque de la perola de carrillada, no dejaron ni una gota. Por ello, ya saciado el hambre, mientras se jalaban unas uvas de el Molino del Toro, el Paticorto y el Quini echaron mano de los trastes de matar, para preparar los preceptivos mojitos. Cual fue su sorpresa, cuando comprobaron que faltaba hierbabuena y que, por tanto, había que tirar de recursos.
Mucho kit-mojito y muchas flautas pero luego se olvidan de los básico. Si es que no están en lo que están. Pero bueno, como esta gente no se achanta fácilmente, reverdecieron viejos laureles, sirviendo ginebras al gusto.


Con esto me despido por hoy, aunque antes quiero poner un aviso para navegantes. Guardo una libretilla en la sede en la que apunto mis notas para luego escribir estas crónicas. Pues bien, un graciosillo, al que descubriré en breve, ha tenido a bien adornarla con un grafiti que pone:
LO IMPORTANTE ES EMPALMAR !!!!!
Será cabrón... ya te pillaré, aunque, en realidad, tampoco le falta razón ¿no?

28 de agosto de 2015

28 de agosto de 2015 - Sin comentarios

Comienza la nueva temporada

Aunque todavía queda un jueves más para que termine el mes de agosto, mis compinches bracaneros no han esperado a que haya pleno para dar por inaugurada una nueva temporada en la República. El tiempo pasa volando y en pocos meses se cerrará el quinto año desde que inauguraron la sede, y sexto si tenemos en cuenta las Tertulias del Callejón.
Pero vamos a lo que vamos, que al final, con unas cosas y otras, se me va la paloma al cielo y no  cumplo con mis obligaciones de cronista oficial de Brácana. Aunque, ahora que lo pienso, antes de narrar las andanza terrenales de mis compinches no quiero pasar por alto una nueva incorporación que hemos tenido aquí en el limbo, que ya ha tenido consecuencias directas. Ya os he ido contando a lo largo de todo este tiempo, cómo ha ido creciendo este espacio en infraestructuras, gracias sobre todo a la llegada de personajes del pelaje más diverso. Pues bien, justo al lado del Flamenlimbo, se acaba de inaugurar  el Gran Teatro del Limbo. La encargada de regentarlo desde entonces es nada más y nada menos que Lina Morgan. Apenas si llevaba unas horas por aquí cuando ya le echó el ojo al local, adaptando un espacio que hasta entonces sólo servía para jugar las timbas de dominó en verano.


Dicho esto, ahora sí que puedo dedicarme a hablar de Brácana que, con sus virtudes y sus defectos, sigue siendo uno de los vértices vinateros del mundo mundial. Con la idea de mantener este estado ideal de vida, el pasado jueves recibieron nuevos embajadores, debutantes esta vez, aunque al menos uno de ellos ya había mantenido lazos comerciales con la República. Hace algunos días os contaba que el vino servido en la tertulia  respondía al nombre de Fino Mantecas. Pues bien, el pasado jueves pude conocer a la persona que da nombre al citado elixir. El Rafael Córdoba, Mantecas para los amigos, lleva a cabo las labores de pintura en Alvear, de ahí los lazos de unión con los bracaneros, y estuvo acompañado en esta ocasión por el Antonio Lucena. Como os comento, el primero de ellos es bien conocido por mi amo, el Silencioso y el Ministro de Alimentación porque, según parece, comparten más de una vez la hora del bocadillo aunqueeso sí, cada uno se come el fardelillo propio. El Antonio por su parte era más desconocido por estos pagos, a pesar de que tiempo atrás compartió inmueble con el Paticorto. Además es un reconocido deportista y apasionado del ejercicio al aire libre, montado en bici para más señas.
Ambos, que al final no voy a contar lo que quería, llegaron bien armados a la sede, aportando importantes majares que se suman a la larga lista de comestibles catados semanalmente en Brácana. De hecho aportaron el plato principal de la noche, que siguió a unos palitos de cangrejo con ajos y varios platos de jamón con melón. No contentos, no tuvieron compasión de la perola de conejo en salsa que trajo el Mantecas, guisado, según pudes escuchar, por el Agustín el Pirulo.


A estas alturas de la noche, el personal ya le había metido mano a la reserva federal vinatera, atacando los restos de Fino Pompeyo y Fino el Pato que andaban por las bodegas bracaneras (léase el frigórifico).  Entre tanto se procedió ala celebración de un nuevo consejo de ministros, cuyo fin sigue siendo la organización del complejo calendario para las próximas semanas, además de la designación de futuros embajadores.
Fue una tertulia tranquila, de charla sosegada, y de muchas anécdotas, por lo que no se descocaron en esceso. No obstante, antes de despedirme hasta la próxima semana, me gustaría dejar constancia de que la útlima tertulia ha servido para poner en funcionamiento la última adquisición bracanera: el kit mojito. Desde luego que no les falta ningún detalle a la hora de preparse la fiesta. Ahora que la revolución industrial ha llegado a la sección cocktelera de Brácana, habrá que ver cómo se ponen todos los jueves.


26 de agosto de 2015

26 de agosto de 2015 - Sin comentarios

Allons enfant de la patrie...


Como quien no quiere la cosa, ya hemos llegado a la mitad del mes de agosto, con las mismas rutinas que en las semanas anteriores. Esto es, ausencias bracaneras por merecido descanso y charlita de jueves para los que no pueden disfrutar en estos días de un remojón en la playa, un pateo por el campo o simplemente unas horas de siesta y piscina. Bueno, en realidad una cosa sí que ha cambiado. Para romper el ritmo de las Tertulias anteriores, en esta ocasión mis compinches recibieron el pasado jueves a dos nuevos embajadores y a uno veterano que vuelve al redil un año después. Fue una quedada eminentemente republicana ya que todos ellos comparten junto a mis colegas fidelidad a la tricolor, aunque por motivos diferentes. En seguida os cuento los detalles, pero antes significar la ausencia de la Pantera, que este año ha decidido salir de la península rumbo a las islas afortunadas, aparcando los coches, nunca mejor dicho, durante unos días. También causó baja el Niño, que tiene previsto ausentarse de Tierra Santa durante un par de semanas, para dedicarse única y exclusivamente a la fiesta con sus colegas montillanos.


El resto del personal sí estuvo presente en la sede el jueves, para recibir con todos los honores a tres invitados llegados desde más allá de los Pirineos. Estas visitas siguen justificando el carácter internacional de la República de Brácana, gracias al documento acreditativo de la ONU como territorio independiente, escindido de la piel de toro. El caso es que el Pierre Nègre y el Laurent Lagunas, llegaron de la mano de el Paticorto de las Ondas, acompañados de el Guillaume Nègre, que ya estuvo en Brácana el verano pasado. Todos ellos son parientes de la Marina, de ahí que la invitación haya coincidido durante la estancia de los tres por Montilla, para comprobar, en primera persona, la veracidad de la canícula andaluza, de la que tanto se habla en las galias.
La visita de los tres, trajo consigo otra novedad importante: el relevo en la cocina como maestro de fogones. El Ministro de alimentación cedió los mandos del sancta sactorum de Brácana a el Paticorto, que se esmeró aportando unos pinchos de champiñón, calamar y langostino, además de una sepia al ajillo, para rematar la faena culinaria.


Como os podéis imaginar, el intercambio lingüístico fue interesante. Aunque los tres personajes en cuestión se desevuelven con soltura en español, mis compinches patinan al intentar comunicarse en la lengua de Astérix. Por ello, los intentos de llevarlo a cabo provocaron más de una carcajada. Aún así, la charla fue más o menos fluida, derivando desde los tópicos semanales hasta el socorrido tema de los deportes. A este último apartado le dedicaron bastante minutos, aprovechando que el Pierre y el Guillaume son consumados deportistas y que el primero ha jugado al rugby en el mítico equipo de Saint Affrique. Esta circunstancia no fue pasada por alto por el Ahijao y el Abertxale, que aprovecharon para compartir experiencias sobre esta disciplina deportiva. El Laurent por su parte tuvo más problemas de comunicación que, casualmente, fueron disminuyendo según fue aumentando el número de copas de vino vaciadas. Por cierto que el líquido elemento fue aportado en esta ocasión por el Rafa el Mantecas, además de unos litracos de fino Pompeyo, dejando ambos muy buen sabor de boca.
La noche estaba emboquillada en torno al bebercio y el comercio, de modo que aprovechando la presencia de nuevos embajadores, se procedió a los juramentos. Estos se llevaron a cabo en un correcto español, con algún que otro atranque, pero con un notable alto en líneas generales. Precisamente, este momento mítico en Brácana dio rienda suelta al personal que, a esas horas de la noche, ya no se cortaba ni un pelo. De hecho, con la lengua más suelta de lo normal, ya fuera en español o en francés, echaron mano de las dos botellas de tinto aportadas por los nuevos embajadores: un Château Leret de Cahors del año 1999 y un vino elaborado en Saint Guilhem le Désert del 2011, cuyo nombre no alcance a ver. .


Ambos vinos, sobre todo el primero levantaron la admiración del personal, a pesar de que se lo bebieron al estilo cromagnon. A ver si me explico, porque la cosa arrancó tempranito. Como se encargaron de explicar los nuevos embajadores, la botella de Cahor precisaba de un tiempo de aireación para apreciar toda su magnitud. No obstante, nada más empezar la noche, mi amo, que ejercía de pinche, tuvo a bien comprobar el poderío de la ley de la gravedad, dando con el decantador en el suelo, en un acto de auténtica mala suerte. Sin decantador, y ya con una pocas copas de fino en el cuerpo, mis compinches cayeron sobre la botella en cuestión como lo haría una panda de tiranosaurus sobre una manada de diplodocus. Todo esto sucedía ante la atenta mirada de los embajadores que, con ojos desorbitados, no alcanzaban a comprender el frenesí vinatero en el que estaban metidos. Después de un intercambio de opiniones sobre la iodenidad de meterle mano al Cahor, atacaron primero al vino de la Languedoc, mientras que la primera de las botellas reposaba un tiempo prudencial en el frigorifico. Tal era el ansia de probar el vino en cuestión, que el Silencioso tuvo que improvisar un sistema de seguridad para que las hordas de orcos no asaltaran el refrigerador antes de tiempo.


El caso es que es que la prudencia no es una de las cualidades entre los bracaneros, de modo que en un breve periodo de tiempo ya habían dado buena cuenta de las dos botellas, encarando la recta final de la noche. Mientras se jalaban el postre, una tarta helada para más señas, el Mojito's Team (leáse el Ahijao y el Paticorto) se afanaban en prepara una tanda del citado brebaje, con el que se cierra las tertulias desde hace semanas. Una vez preparados, con la certeza de que para el jueves próximo es necesario adquirir un kit de mortero, exprimidor y medidor, para facilitar el trabajo, volvieron de nuevo a la charla, entre sorbo y sorbo.
A grandes rasgos, aunque me dejo cosas en el tintero como la intervención cada vez más conjuntada de la Orquesta Filarmónica de Brácana o el ímpetu en el juramento de los nuevos embajadores, así pasó la noche. La próxima semana más, con nuevos embajadores, nuevos vinos y más comida, para encarar la penúltima tertulia del mes de agosto.


7 de agosto de 2015

7 de agosto de 2015 - Sin comentarios

Charlas preparatorias

Vaya tela con el calor que estamos pasando en estos días. El pasado jueves, justo cuando me dirigía hacia la sede, escuché en la televisión del Bar Paraíso, en pleno centro de la República Independiente de las Casas Nuevas, que se mantiene la alerta por altas temperaturas en la vecina localidad de Montilla y, además, con previsión de tormentas. La verdad es que lo del cambio meterológico no sé si será verdad. Lo que si es seguro es que mi joven y esbelto cuerpecito no recuerda una canícula como la que está cayendo este año. Lo único positivo debe ser que los instaladores de máquinas de aire acondicionado, han hecho el agosto durante el mes de julio y, si todo sigue así, seguirán haciéndolo en las próximas semanas.


La verdad es que me costó trabajo llegar hasta la sede por lo plomizo del tiempo, que me impide volar a mi ritmo habitual. Aún así, a duras penas, logré llegar a Tierra Santa, justo en el momento en el que el Paticorto entraba en Brácana. Fue el último en llegar, para variar, aunque me llevé una grata alegría al comprobar que mis complinches van volviendo poco a poco al redil. Esta vez sólo hubo que contabilizar una baja, la de la Pantera de la ITV, que anda de vacaciones familiares por Palma de Mallorca.
Aunque desde hace semanas la tranquilidad sigue presidiendo las quedadas bracaneras de cada jueves, se nota que algo está cambiando y que el inicio de la nueva temporada está próximo. Digo esto porque el jueves sí que estuvieron algo más revueltos que en las últimas semanas, anticipando un inicio de septiembre que se prevé movidito. De hecho, buena parte de la Tertulia la dedicaron a analizar cómo se presenta el futuro más inmediato.


Uno de los temas que ocupó más tiempo, fue la fórmula que elegirán para fijar la llegada de nuevos embajadores cada semana. Unos apostaron por dejar el sistema de turnos que ya han venido utilizando en el último año. Otros por el contrario, abogan por introducir un sistema de listas abiertas. Dicho así suena muy político, por cierto un término muy de moda en el vecino país de España. No obstante la propuesta no es otra que establecer una lista de posibles embajadores e ir intercalándolos semanalmente, según prioridades. Después de más de media hora de discusión, como suele ser habitual, no llegaron a ningún acuerdo, así que me da en el pico que seguirá siendo un tema recurrente en las próximas semanas. Otro aspecto en el que hicieron especial hincapié, fue la fijación de un calendario de actividades con las cónyuges. Por secreto de sumario, no voy a mentar quien se opuso firmemente a este tipo de parrandas, pero os puedo asegurar que hay quien se niega firmemente. En cualquier caso, parece que finalmente tendrán dos actividades a corto plazo, una cena a principio de octubre y la múltiples veces aplazada fiesta de disfraces, a final del mismo mes.


Fueron sólo algunos de los temas que se trataron en el consejo de ministros, que fue alternándose con los habituales comestibles y bebestibles. En el segundo apartado cabe destacar la vuelta a la vida pública bracanera del Fino el Maestro. Según comentaron por allí, siguen manteniendo el tipo, a pesar de las calores, y gracias sobre todo al ventilador y el cubo de agua que mantienen las condiciones en la morada de el Maestro. Respecto a las vituallas, también fue protagonista el Maestro. Su reciente periplo por tierras del norte, ha traído consigo un pequeño repertorio gastronómico del que dieron cumplida cuenta el jueves. Montaditos de ventresca con pimiento confitado y de ancho del Cantábrico con cebolla, también confitada, fueron los primeros golpes de la noche. A ellos siguieron unos testarazos de melón con jamón, para rematar la faena con unos pimientos asados, de los que hubo que dar dos rondas completas, antes el ansia del personal.


Poco más tengo que contar. Bueno, sí. Sí que tengo que contar una cosilla más que me parece destacable. Definitivamente, parece que los latigassos de final de noche, han pasado a la historia en Brácana. La moda del mojito se ha instalado en la República, y el jueves se dieron otras dos rondas antes de cerrar la sede. A pesar de ello, todavía no están rodados porque una vez más se dejaron atrás el agua con gas, imprescindible para esta bebida. No obstante, como están gente tiene recursos, tardaron un periquete en echar mano del 7UP, una vez más, para salir al paso. Lo que pasa es que para la segunda tanda también se quedaron sin esta bebida gaseosa, de manera que tuvieron que ir a Barril de Oro, de manera urgente, a recabar más bebida, para cerrar con dignidad una nueva Tertulia, que sirve para seguir poniendo a punto la maquinaria, antes del comienzo oficial del curso bracanero, en el mes de septiembre.