27 de agosto de 2016

27 de agosto de 2016 - Sin comentarios

Se acabó el verano

Pues sí, como lo estáis leyendo. Aunque el verano no acabará oficialmente hasta finales de septiembre, en Brácana ya se ha puesto punto y final a la temporada estival, después de semanas de auténtico caos, en las que las bajas han sido la tónica general jueves tras jueves. Las dos últimas semanas han sido todavía más numerosas, ya que el personal ha aprovechado para pegarse unas merecidas vacaciones, recorriendo casi todos los puntos de España. De norte a sur y de este a oeste, mis colegas han ido haciendo contactos culinarios y vinícolas, a los que les sacarán provecho a lo largo del mes de septiembre. Aún así, siguen vivos semana a semana.
Las dos últimas dos quedadas, como digo, no hay por donde cogerlas. Sin ir más lejos, hace dos jueves el censo bracanero bajó tanto, que los asistentes optaron por emigrar a los Patios del Bolero. De esta manera se aseguraban buen vino, buena jatería y tener que preparar la cena.


Otra cosa no, pero recursos tienen esta gente pa repellar La Tercia, como se dice en Montilla. Tampoco hay mucho que contar del pasado jueves en el que se recuperaron efectivos, aunque todavía con bajas sensibles, como las de el Ligre, el Silencioso y el Maestro. Lo del Presidente tiene para escribir un capítulo. Desde que tomo las de Villadiego, sólo se comunica con el personal vía whatssapp, con mensajes que no puedo reproducir aquí para no herir la personalidad de nadie. No me extrañaría que en breve se produzca una revuelta, salvo que tire de sus artes hipnóticas para dejar al personal con la baba colgando.


Como digo poco tengo que contar, porque fue un jueves tranquilo, de charlita pegados a la barra, aprovechando los últimos días del verano bracanero. Además, si todos se van de vacaciones, no sé por qué carajo tengo yo que estar aquí, al pie del cañón. Al menos la próxima semana estrenamos el mes de septiembre y, salvo sorpresas de última hora, habrá pleno de asistentes. Será el momento para sentar las bases de la nueva temporada, en la que hay proyectos nuevos, según he podido escuchar, nueva lista de embajadores, kilos y kilos de jatería por devorar y litros de buen vino para regarlo todo.

12 de agosto de 2016

12 de agosto de 2016 - Sin comentarios

Noche de sorpresas

Pues no. Los que esperábais esta semana una crónica incendiaria, os quedaréis con las ganas, al menos una semana más. Al final, el jueves ni hubo hoguera purificadora con el Maestro, ni los ánimos estuvieron tan agitados como en la semana anterior. Parte de culpa la tiene el Presidente, al que hoy llamaré el encantador de serpientes. Engatusa al personal cuando va, y eso que hacía semana que no ponía pie en la sede, haciendo con ellos lo que le viene en gana. Yo, que intuía una noche movidita con amago de golpe de estado, me fui tempranito para Brácana, y a eso de las 20:45 andaba ya por los Montes Bracanaros, aguardando la llegada de mis compinches. Pensaba que podían llevar a efecto las amenazas lanzadas el jueves anterior, en el momento en el que el Maestro llegará a la sede. Obviaré los detalles por los que no vi llegar a los primeros, aunque están relacionados con una pájara que habita en uno de los pinos, entreteniéndome más de lo que había planeado. En cinco minutillos ya tenía el tema resuelto, para eso soy un diamante tropical, pero cuando terminé ya pude ver luz en el interior. Precipidamente, me alisé las plumas y me colé por mi entrada secreta, viendo como el ministro de alimentación estaba acompañado de un embajador que personalmente no esperaba. Me extrañó, porque en la anterior quedada nadie habló de ello, aunque di por hecho que era una improvisación más, de las muchas que hacen durante el año. El caso es que la cara del gachón me resultaba familiar y, además, el tío se movía con soltura por la cocina. Aunque no le di mayor importancia, el plumón de la nuca se me erizó cuando el Pepeluí le dijo
- Miguel, ve echando una cervecita mientras voy preparando la jatería.


¡COPÓN! Entonces me di cuenta de que el susodicho no era otro que el Silencioso. Yo sólo lo había conocido con su barba blanca y el jueves apareció rasurado, cual adolescente en vísperas de su primera noche de relaciones sexuales. Por el Cóndor Bendito de los Andes ¡menuda sorpresa!
Andaba rumiando aún aquella imagen pueril que tenía ante mis ojos, cuando comenzó el rosario bracanero por las puertas de la sede. Si yo me llevé un sustillo, os podéis imaginar el resto. Según fue avanzando la noche, pude conocer los detalles de la operación y, sobre todo, las razones. El caso es que el Silencioso ha sido abuelo recientemente de una niña preciosa llamada Candela. No sé si para evitar sustos prematuros al retoño, para no rasparle o simplemente para salir guapetón en las fotos, pero el caso es que las dos primeras semanas de su vida, conocerá a un abuelo imberbe, no un yayo, quedando en las fotos para la posteridad. De hecho, mis colegas tuvieron el detalle de inmortalizar el momento, con los regalos con los que han celebrado tan feliz noticia.


Aunque tardé en asimilar aquello más de media hora, mi subconsciente me decía durante todo ese tiempo que no perdiera de vista a el Maestro, por si le pegaban fuego en cualquier momento. Pero no, este tío tiene más tiros pegados que las pistolas de el Coyote. No sé si aliado con el ministro de alimentación, pero el caso es que controla los tiempos. Según iban saliendo platos desde la cocina, mayor era la tranquilidad en las huestes bracaneras. Porque, esa es otra. Es mucha casualidad, que el retorno de el Maestro coincidiera con un homenaje gastronómico al por mayor, a base de frutos del mar: bacaladillas, calamares, boquerones y bacalao. Podéis haceros una idea del olor de mis plumas cuando llegué al limbo:
- Carajo Punselito, hueles como una freidora. Apuntó la Ami con mucha guasa.
Como la noche iba de sorpresas, el vino también fue de campanillas. Aunque hicieron boca con el C.B. acto seguido atacaron si piedad lass botellas de Fino Capataz Viejísimo, aportadas por el Silencioso para celebrar el nacimiento de la pequeña Candela.


Antes de cerrar la crónica, no puedo pasar por alto un apunte relativo a uno de los temas de conversación que más tiempo ocupó durante la noche. Como mis compis son deportistas de salón por excelencia, esta semana están echando horas extras en el sofá, siguiendo los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. Evidentemente el análisis del evento comenzó por el tristísimo papel que, al menos de momento, está teniendo la selección española de baloncesto. De ahí saltaron a la medalla de oro conseguida por Maialen Chourraut, en la final de K1 femenina de la competición de aguas bravas. Esto derivó en las otras dos preseas logradas por Mieria Belmonte, haciendo especial hincapié en lo guapetona que es la nadadora catalana, de ascendencia granadina. Eta cuestión de tiempo que los juegos pasaran a la memoria colectiva bracanera, porque en un santiamén ya estaban inmersos en el socorrido tema del follangueo de cada jueves.
En fin, poco más que contar. Aunque, la verdad, con el afeitado de el Silencioso y la no quema de el Maestro, ya tuve bastante. La próxima semana más pero, como dice el Gran Wyoming, no mejor, porque es imposible.

8 de agosto de 2016

8 de agosto de 2016 - Sin comentarios

Situación política inestable

Yo pensaba que el periodo estival iba a ser más tranquilo en Brácana pero, una vez más, me he equivocado. A pesar de que las últimas tertulias han servido para relajar estómagos y mandíbulas, sin embajadores, y con el censo bracanero bajo mínimos, el pasado jueves, primer encuentro del mes de agosto, hubo amago de revuelta popular, con final impredecible. Todo ello viene motivado por las ausencias veraniegas, y en especial la del presidente electo. Desde que obtuvo la victoria en las urnas, el Maestro apenas si ha hecho acto de presencia, dejando abandonado al personal. Es algo que sucede año tras año, pero tengo que reconocer que era cuestión de tiempo que esta tensa situación desembocara en revueltas. En la última tertulia ya vi que al ambiente estaba cargado, sobre todo a raíz de un mensaje del presidente, respondiendo con chulería al personal, alegando que con tantas quejar por su ausencia, se planteaba incluso no volver.


Evidentemente este tema fue tratado en un consejo de ministros en el que saltaron las chispas. Allí pude oir propuestas tan radicales como quemarlo en la hoguera, negarle la entrada o simplemente hacerle el vacio impidiéndole cualquier relación con el personal, a modo de escarnio. Esta revuelta me recuerda a la vivida en la sede en navidades pasadas, cuando los gastos materiales derivados del arreglo de la sede, hicieron tambalearse las arcas, antes los numerosos deserpfectos causados por las hordas bracaneras. No os voy a engañar ¡Miedo me da! Sobre todo porque parece que la próxima semana el presidente pretende convocar un consejo extraordinario para tratar este asunto, poniendo sus lindos cojones sobre el atril. Veremos como acaba todo esto y, por supuesto, lo contaré la semana que viene.
El ministro de alimentación, viéndolas venir, volvió el jueves al redil, interrumpiendo su periodo vacacional para calmar los ánimos. Trató de hacerlo callando por la boca al personal, primero con un salpicón de marisco, y posteriomente con un revuelto de bacalao con patatas paja. Esta vez, los trucos culinarios no surtieron el efecto deseado y la plebe continuó encendida hasta el final de la noche, y eso que acabaron antes de la primera hora más temprana del día.


Tampoco ayudó al relajar la nocche la calidad del vino. No es que no estuviera bueno el C.B. de la bota, que sigue estándolo. Simplemente es que para ponerlo fresquito, lo metieron en unas jarras de plástico que le pasaron todo el sabor al líquido elemento, dejando el fino en un estado imbebible, y provocando las iras del personal, que andaba ya calentito. Aún así tengo que resaltar dos anécdotas. Ahora que han comenzado los Juegos Olímpicos de Río, hay que resaltar la medalla de bronce conseguida por el Ahijao año atrás en los campeonatos de Andalucía en los 100 mariposa, midiendo fuerzas con el mismísimo Rafa Muñoz, a la postre ganador de la prueba ¡Ver para creer! De la natación al rugby, pasando por el baloncesto. Será cosa de la evolución.
Por último tengo que detenerme para dejar constancia de una hecho que empieza a convertirse en costumbre. Tras el cierre de puertas en Brácana, hay quien está apostando desde hace semanas por seguir la noche en Los Patios de Alvear. Ya van dos semanas seguidas... La desidia bracanera ante la ausencia de un gobierno estable que dirija el cotarro, es sin duda la razón de estas situaciones, que pueden acabar como el Rosario de la Aurora. O el presidente vuelve con el látigo, o esta gente se despendola a lo bestia. Claro, que también cabe la posibilidad de que en la sesión de investidura lo manden al carajo, vía democrática, mediante un pacto de gobierno entre alguna de las otras ocho formaciones políticas, que aspiran a hacerse con el poder, desde el pasado mes de junio.