29 de enero de 2010

29 de enero de 2010 - 3 comentarios

Rabiar para disfrutar


Cada tertulia es una historia diferente, a pesar de que como en alguna ocasión he comentado, hay temas que suelen salir semana tras semana. Pero hoy me apetece contaros el trapicheo que hay detrás de cada una de ellas. Durante la semana hay que preparar el vino, pensar en la comida y en la música, y todo ello lo hago bien asesorado.
En esta ocasión la música vino de la mano de mi frutero. David “el veneno” es un amante de la música alternativa, y en su local tiene un equipo que suena mejor que una discoteca. Casi dos horas pasé el miércoles en la frutería oyendo músicas que a la vez que me gustaban me eran desconocidas casi en su totalidad. Los clientes entraban y arengaban a David para que acelerara en despachar, pero el tío estaba flipando y yo más que él. Al final acabamos con el local cerrado y seleccionando lo que me iba a dejar para la tertulia del día siguiente. Al final me decidí por Tabletón y su directo, VIVITOS… Y COLEANDO, sin duda todo un mensaje.

El tema del vino hubo que currárselo, en esta ocasión mi compañero que a la vez me ha visto crecer en la bodega, Rafael Pedraza, nos deleitó con un fino de su bodeguita, que cuida con un mimo digno de los grandes entendidos en vino, como es su caso.
Ni que decir tiene que a la hora y media ya había caído, pero atento a ello y saliendo al quite, “el Volti” que apareció poco después con las alcachofas nos arreó una botellita de su barril que abrió el debate de los sabores, el paladar, el color, el olor…

Como digo “el Volti”, volvió a alborotar la tertulia cuando apareció con la olla de Alcachofas al Montilla con lomo. Y si las alcachofas estaban buenas, más bueno fue el rato que pase en su casa empapándome del rito que supuso preparar las alcachofas.
La escena fue estupenda, la cocina se convirtió en una amalgama de idas y venidas, mi compadre preparando la comida, su pequeña abrazando a un labrador que hace por tres de la niña, Concha compartiendo tertulia mientras los ajos estaban dorándose. Eva, la niña mayor, dándole de comer a una gallina de raza, de casta y precisa por cierto, que por un momento se vió acorralada por el perro, montando un peculiar revuelo. Todo en una conjunción agradable, diferente, particular que me hacía sentirme a gusto. Ahora pienso que por eso salieron tan buenas, un entorno relajado, a pesar del movimiento de aqulla cocina, es fundamental para que lo bueno sepa mejor, para disfrutar de cocinar.

En definitiva, que las tertulias no se limitan a beber vino y charlar, hasta conseguir estar sentados alrededor de la mesa hay un maravilloso mundo detrás que se consigue disfrutando cada momento aunque a veces sea a todo trapo.

Jueves 28

Vino.
Solera El Arrumbador, Fino Profesional, y algo de Fino Patahierro.
Tapeo. Tocino de beta ibérico, Croquetas de la abuela (mi madre), Queso curado.
Mejillones en escabeche, y Alcachofas al Montilla con Lomo.
Música. Algo de Goma y su disco 4 Abril, y Tabletón con su directo Vivitos… y coleando de año 95.

24 de enero de 2010

24 de enero de 2010 - 1 comentario

El encanto de los lagares



Como os he comentado en alguna ocasión, el beber vino en los lagares a pie de tinaja, es una experiencia mística y a la vez intensa. Ese vino de tinaja es el resultado de la relación entre el hombre y la tierra en su estado más puro. Años de mimo a las sepas, que se transmite a lo largo del tiempo. Generaciones unidas de por vida a la tierra, padres que transmiten a sus hijos, a sus nietos, su sabiduría a cerca del trato con la tierra, con la viña. Para poder sentir esa sensación que estimula los sentidos, que supone el echarse a la boca el primer vino del año, hay que ir a un lagar.
Siempre he dicho que la barra de una taberna es el escenario perfecto para disfrutar tapeando y charlando con buena compañía, pero el lagar es la maternidad en estado puro, luego vienen los templos del vino que son las bodegas. Pero como digo el lagar es ese contacto con la tierra. Andar por una bodega de tinajas, haciendo chirriar las tablas de madera que trazan similitud con las de un escenario, es percibir sensaciones diferentes. Soplar el velo de flor para sin tregua introducir la copa en el vino, y que supone el desvirgar una y otra vez el reposo del fresco en el barro, es sin duda un sacrilegio irresistible y que recreandonos en él repetimos de tinaja en tinaja.

La excursión tuvo su punto de partida en la iglesia chica del Barrio de las Casas Nuevas. Barrio al que ahora se le conoce como Bucarest, haciendo alusión a los muchos rumanos que se unen en el barrio con algunos magrebíes, y asiáticos y que le da un toque de mestizaje del que otros barrios no pueden presumir. La primera toma de contacto fue en El Lagar de Las Puentes, allí pudimos disfrutar del primer vino que caía en nuestro cuerpo haciendo despertar los sentidos.
Dejamos Las Puentes para adentrarnos en Cuesta Blanca (sueño con retirame en este enclave) y tras tomar un camino particular dimos con el Lagar de Los Borbones. Y otra vez a empezar el proceso del disfrute, de la charla, del tapeo. En este Lagar alargamos la jornada con una paella que nos guisó el Volti y que supo a gloria, no solo para nosotros ya que el perro del casero disfrutó la jornada algo “desinquieto” (Anais está va por tí), y comiendo nuestros restos de comida que percibo, a él le supieron a manjares.

23 de enero de 2010

23 de enero de 2010 - 1 comentario

"Tiempo, es lo que nos falta, lo que no sobra nunca siempre es el tiempo" (Estopa)


Como siempre llegué pocos minutos antes de que aparecieran los tertulianos, “el Cabanas”, volvió a llegar tarde, solo en la primera tertulia llegó a las ocho y media de la tarde noche. Hora marcada como comienzo de las tertulias. Con la comida otra vez triunfamos y con el vino tanto o más. Pero creo que vamos “degenerando un poco”, ya que “el Madrí” acabó bebiendo Presidente.

Jueves 21.
Vino. Fino Profesional del Volti y Fino Patahierro
Tapeo. Bacalao en tiritas, Queso de oveja de Villamartín, Cabeza de Cerdo, Champiñones rellenos de beicon con queso rallado a cuchillo y estragón. Y el rey de la noche, la “carrillá” al Oloroso y al Brandy Presidente.
Música. Dire Straits (Alchemy) y u poquito de Mark Knopfler con su Local Hero.

Bueno, pues nueva tertulia, y esta giró en torno a un buen fino de barril, a una buena carrillada al Oloroso y Brandy Presidente, y al paso del tiempo.

La verdad que el paso del tiempo y como nos desenvolvemos en él, suele ser tema habitual de las tertulias. La nostalgia se mezcla con carcajadas que te hacen sentir dolor en las “quijás”. Y a su vez la salsa de la carrillada se mezcla con el Fino Profesional, que para la ocasión nos “agenció” mi amigo Volti. La verdad es que el tío se enrolló, guisándonos la carne y aportando para la ocasión el antes mencionado fino.
Como digo, nuestro paso a través de los años suele salir bastante. Empiezo a creer que responde a la gran necesidad que tenemos las personas en aferrarnos a nuestro pasado. Está claro que nos da un subidón cuando por momento volvemos a meternos en nuetras propias vidas para vivir “in situ” las sensaciones pasadas.

En poco tiempo nos vimos en el teatro de la Axerquía “jartos” de vino, enloqueciendo con Loquillo y volviendo hacía Montilla con una fuga mítica. O en Granada dándole vino de la bota (otra vez el vino) al mítico Drázen Petrovic y a la máquina (como lo define “el Madrí”) el gran Fernando Martín o teniendo nuestros primeros escarceos con el sexo opuesto en una piscina perdida de Montemayor (aquí no aparece el vino. Teníamos trece o catorce años).
Como os digo, recreándonos en nuestra suerte, al más puro estilo José Tomás, sacándolo el jugo a cada momento y por supuesto a la salsa de la “carrillá”, que estaba “pá reventá” Por cierto, en poco mas de una hora agotamos el Fino Profesional y tuvimos que dar paso al Fino Patahierro.
En definitiva, que sin darnos cuenta y recordando nuestro buenos momento pasado, seguimos viviendo a tope y a la vez dejando momentos para recordar con el paso del tiempo.

17 de enero de 2010

17 de enero de 2010 - 3 comentarios

¿Y si rompemos la cadena?




Parece mentira pero no es menos cierto, que a veces es complicado encontrar un ratito para hacer algo que te apetece. A mí me ha pasado con este rincón donde me relajo que no es otro que mi blogs. Empecé publicando como una moto, domingo, lunes y martes, pero había que parar y ahora vuelvo, y lo hago con mucho vino en el cuerpo y no menos en mi mente.
El jueves tocó tertulia, y el sábado ruta de lagares, pero de esto último os hablaré en otra ocasión.

Jueves 14.
Vino. De mi bota (fino patahierro). Empezamos una botella de Fino Cobos, pero no la terminamos, nos hemos acostumbrado al vino de bota y aunque el Fino Cobos nos gustó, cambiamos el tercio rápidamente.
Tapeo. Quesito, surtido de ibéricos del Mercadona, aceitunitas… y una carne de lomo troceado al vino fino y tomillo que nos supo a gloria.
Música. (Colette, esto va por ti) Juan Peña El Lebrijano. Disco Casablanca. Este disco fue grabado en el año 1998 y en él, el Lebrijano canta con la Orquesta Arábigo-Andalusí de Tánger, consiguiendo una fusión de flamenco y música del otro lado del estrecho de muchos kilates.

Bueno, estos eran los ingredientes para charlar al amparo de la chimenea y sobre todo los ingredientes para no tener prisas. Al menos eso intentamos en nuestras tertulias, ralentizar el tiempo. Cosa como os decía antes, bastante complicada en ocasiones. El trabajo y la complejidad que supone manejar nuestro tiempo ocupó gran parte de la tertulia de la noche.
Coincidimos todos en lo complicado que se hace parar la dinámica en las que nos vamos envolviendo día a día. El trabajo, los hijos, las hipotecas, suelen ser excusas comunes para seguir dentro de la rueda que apenas nos deja pensar en si eso es lo que hemos elegido libremente .
Cambiar es complicado cuando la cadena ya está puesta en marcha. El ritmo nos lo van marcando e inconscientemente lo vamos asimilando. Depresiones, rupturas familiares, adolescentes con problemas, frustaciones elevadas al máximo exponente. El consumismo puro y duro va pasando factura, mientras seguimos esclavos de la rueda, de la cadena.
¿Y como parar?. Quizás bajando el listón que nosotros mismos colocamos, ya que a veces pensamos que la culpa de nuestros descontentos viene marcada por los demás, por el entorno, por la sociedad y por supuesto nunca de nuestras propias decisiones. Pero curiosamente en muchas ocasiones las circunstancias nos obligan a tener que cambiar el orden de nuestros destinos, hay veces que la cadena se rompe de forma sorpresiva, simplemente explota y punto. Y entonces, sí que no queda otra, es lo que hay. Quizás no halla que esperar a que se rompa la cadena para vernos fuera de ella, y vernos ante la obligación de retomar nuestra vida.
Y quizás por eso mismo, en nuestras noches de tertulia, nos inventamos nuestras propias historias, dibujamos nuestros propios futuros y al amparo de una copa de vino nos sentimos mucho mas libres.

12 de enero de 2010

12 de enero de 2010 - 1 comentario

Cavilaciones con una copa en la mano


Saber cuando comenzó el vinculo entre Montilla y el vino, es complicado, según dicen viene la cosa desde Los Tercios de Flandes, y la verdad es que de eso hace años, pero no voy a entrar en hacer un estudio exhaustivo del tema. Yo simplemente diría que desde siempre.

Al menos yo desde siempre he visto cepas, bodegas, lagares. He olido el mosto que chorreaba de las “pascualis” o de los serones de los mulos, que acarreaban la uva a una pequeña bodega cerca de donde vivía. Desde siempre he pasado por el ventanal de una bodega y me quedado un ratito delante, quieto, solo, disfrutando del olor a vino, madera y albero que descubre lo que hay dentro.



Sin embargo el vino fino está en peligro, la gente lo bebe poco, ahora está de moda el tinto. “Ja,ja,ja”. Yo me río. Se beben todo lo que le pongan y más si es un Rioja, aunque los caldos venga de Toro, o de Cariñena, o de La Mancha, da igual, ellos se lo beben como un Rioja y se quedan tan anchos.



Pero con el nuestro es más complicado, cada vez son más los “bebeores” de fino que corretean las sierras o los lagares de la comarca para disfrutar del vino más puro. Otro método que utilizan los que se autodenominan “bebeores”, es el de hacer correr la voz de cómo cambian los vinos en las tabernas.

He vivido más de una conversación donde se comentaba como a echado ha perder “fulanito” el vino de su taberna desde que ha cambiado de lagar, o de bodega.

Creo que “tabernear” es extraordinario, y sí es a pie de barra mejor. Aquí le ganamos al tinto, la charlita de pie, con la barra alternado copas de vino fino y tapas caseras es un placer divino.

Hablando te tabernas se me viene a la cabeza las del Barrio de la Cruz en Sevilla, donde el camarero apunta con tiza lo que llevas entre pecho y espalda. O las de Granada cerca de la Plaza Bib Rambla, ahí van con tapita o señora tapa si tienes suerte. En estas los camareros piden a la barra haciendo un juego numérico, que para el entendido delata el número de latigazos que lleva la mesa y la grandeza de la consiguiente tapa que acompañara a dicha consumición. Las de Cazorla son tremendas, oreja, sesos, hocico, callos, carne de monte, o lomo en orza forman parte de la tapa que te puede caer en la mesa. Por Cádiz la cosa cambia, aquí es protagonista el "pescao" y las tortillas de camarones.



Pero las mejores reuniones en torno al vino las tengo en mi cabeza. Recuerdo como mi padre y sus compadres se sentaban en las mesillas del bar que había debajo de donde vivía, yo formaba parte con mi vasito de gaseosa negra, de aquel mundo en el que se hablaba de fútbol o de política o de la niña del vecino. Recuerdo que para diferencia los “medios” de vino cada cada contertulio marcaba su vaso de forma diferente, unos echaban dentro una arvellana, otros un palillo de dientes, y así cada uno buscaba lo forma de identificar su copa lo mejor posible, después de llevar disfrutando de los placeres del vino un buen rato.



En definitiva, recuerdos en pasado y en presente de todo un mundo de sensaciones que nos hace mas humanos.

11 de enero de 2010

11 de enero de 2010 - 1 comentario

Salchichón, almejas y Radio Tarifa


Bueno, no os engaño, sigo intentando manejarme lo mejor posible en el blog, de momento ya se como se cuelgan fotos y poco más. Pero ahora lo que me apetece es contaros nuestra primera tertulia de vino fino. Como os dije con anterioridad, el tema es charlar, comer y beber, de eso va la cosa.

Comer, comimos regular, un salchichón ibérico y algunas latas de almejas. Pero beber, bebimos hasta “jartarnos”. El vino era de bota, tenía un color oro pajizo, y le salía la vieja y sabía madera que lo cuida día a día, noche a noche, siendo testigo callado y paciente del transcurrir de mi vida.
La música fue en esta ocasión escogida por mi, tenía ganas de escuchar y compartir con mis compadres un disco compacto (creo que así se llama a los CD´s) de Radio Tarifa, concretamente el titulado Temporal.

En "TEMPORAL" el grupo ahondar en el proyecto musical que le define : una visión creativa de las músicas de tradición popular de varias regiones españolas. Cabe destacar la colaboración en dos temas del cantaor gitano asturiano Rafael Jimenez "Falo", quien, por su gran dominio de los estilos tradicionales del cante flamenco y su interés por la música tradicional del norte de España, tenía gran afinidad con la estética musical de Radio Tarifa.

Con este panorama que os narro, el nivel de la tertulia estaba garantizado, y así fue. Hablamos de lo divino y de lo humano, del amor, del desamor, de la fidelidad y de la infidelidad, de lo bueno que estaba el vino y el salchichón. De las relaciones entre las personas, de cómo hemos cambiado y sobre todo y aunque suene a cachondeo nos reímos de todo, sobre todo de nosotros mismos.

Como de esta primera tertulia no hay fotos, os voy a describir de forma rápida a mis tres compadres:

Antonio Madrid, “el madrí”, creo que es un par de años mayor que yo, es decir del 67. Este hace años era un peligro de los grandes tenerlo a la vera. Ahora anda algo más calmado. Curra en Padillo, está casado y tiene una niña.
Jose Bujalance, “el pepito”, este es de mi quinta, del 69, y sigue siendo un peligro estar a su vera. “El pepito” curra con su primo de electricista, esta casado y tiene dos niñas.
Antonio Manuel Cabanillas, “el cabanas”, otro de mi quinta, aparenta ser el más tranquilo, pero cuando se transforma es muy complicado controlarlo. “el cabanas”,también está casado, tiene un niño y curra de mecánico

Bueno ya sabéis quién forma esta cuadrilla, enamorados del vino y del buen comer.
Me apetecía mostraros un poco por donde quiero que valla este blog, que no es otro que transmitiros que para pasar un buen rato no hace falta gastar muchos duros.

10 de enero de 2010

10 de enero de 2010 - 5 comentarios

Ante todo, me presento


Este blog es una rendición ante los tiempos modernos, ante las nuevas tecnologías.
Hay veces en las que rendirse y afrontar los nuevos tiempos es la mejor manera de seguir resistiendo, de seguir viviendo a pesar de los pesares.
No soy un experto en vino, solo me gusta beberlo, ni tampoco en gastronomía, pero me gustar comer y por eso quiero desde este blog contaros mis vivencias relacionadas con estos dos placeres de la vida.
La idea surge rodeado de buenos amigos, un jueves cualquiera, bebiendo y comiendo, oyendo buena música y charlando de lo divino y de lo humano.
Espero que disfrutéis con nosotros, tanto como nosotros lo hacemos cada jueves.

Salud