4 de diciembre de 2018

4 de diciembre de 2018 - Sin comentarios

Hasta El Mocho de 'venao'

A lo mejor me pongo un poco pesado semana a semana con lo de la comida en Brácana, aunque esta vez entenderéis que mis exposiciones están más que justificadas. Seguramente muchos de vosotros estaréis acostumbrados a cenar una tortillita francesa, una ensaladita o un tomatico antes de reposar un poco en el sofá y desparramarse por la cama. Pues bien, aquí el personal es capaz de meterse un tapeo como la copa en vino, un venao en salsa y unas fabes para cenar, sin despeinarse. Vale, de acuerdo que no es lo habitual, pero sí mucho más de lo que podéis imaginar. En ese nivel gastronómico estuvieron mis compinches el jueves. Bueno, gastronómico y enológico también porque le atacaron a muerte al Fino María del Valle que trajo el Mario Alférez. Ya que he nombrado a este personajillo curioso, hay que hablar también de su acompañante, responsable de los ardores de madrugada de más de uno.


Si recordáis, hace un par de semanas el Mario estuvo por Brácana preparando la llegada de un nuevo embajador, el Manuel Cano. Los dos se sobraron para mantener a raya al personal bracanero, a base de comida. El Manolo Cano es un personaje con todas las letras. Es uno de los colegas profesionales que el Mario tiene en la zona oeste de la provincia de Córdoba, para más señas en Los Mochos. Le pega al vino que no veas y además, es aficionado a la caza de monte. Entenderéis por tanto lo del venado en salsa. Lo de las fabes también tiene una explicación. Es que la criatura, para disimular, le echó alubias al compango descomunal que llevaba el puchero en  cuestión.


Vamos, sin conocimiento ninguno para una noche cualquiera entre semana. En ellas estaban, cuando entró mi amó encontrándose con el percal. Tal era el descontrol que cuando ya llevaba allí algún tiempo le dijo al Mario: "Eres el Kichi de Brácana" con la que estás liando hoy. Fijaos en el pelaje de el Manolo Cano, que en el juramento bracanero al tercer grito volvió a pedir vino cuando se dio cuenta de que tenía la copa vacía. Lo dicho, un elemento de cuidado.
En el consejo de ministros volvió a salir el tema de Medina Azahara, advirtiendo al Mario, perdón al Kichi, de que hiciera lo propio con su consorte para controlar al personal. Luego, la verdad, no son tan malos de comportamiento aunque, en Brácana, se les suelta el pelo y eso que muchos ya están calvos.


Al menos me tranquilizó saber que el Manolo no tenía que volver a casa. En Brácana son unos inconscientes para muchas cosas pero al menos no para la seguridad. Y claro, como todos iban a pie, se pararon un ratito a darse unos latigassos.... como el Rosario de la Aurora acabó aquello.

En miércoles, pero con la misma intensidad

Hoy vuelvo dos semanas después de la última Tertulia. Tras la visita de los maestros se dieron, bueno nos dimos, una semanita de respiro sin invitados, para preparar futuros saraos. En realidad fue una semana también de preparación, porque el Mario Alférez visitó una vez más la República para preparar la visita de un embajador de más allá del Portichuelo, que según parece llegará en breve a la República con un menú de lo más contundente.


No perdonan una los mu cabrones. Baste como ejemplo que el Paticorto y el Suerto aterrizaron en Brácana recién bajados del AVE, después de un día intenso de contactos en Madrid, participando en nombre de la República un año más, en la Feria Internacional del Turismo. Vamos, que lo único que les hace falta a esta gente es promoción.
El caso es que con esa tertulia de transición, en la que no faltó el vino y la jatería, se han plantado ya en la última quedada del mes de enero (otro a la talega, que diría mi amo). No tuvieron más remedio que pasar la quedada al miércoles por problemas de abastecimiento eléctrico a la jornada siguiente en Alvear.


Pero como los principios en Brácana son relativos, del jueves al miércoles y bebo porque me toca. Tres nuevos embajadores tiene la República desde entonces: el Miguel Gómez, el Juan Muñoz y el Francisco Villar. Todos ellos son colegas de el Silencioso que ha enmendado sus estadísticas de invitados. Ahora sí que responden pero claro, allí en Brácana, siguen llamándole matagatos. El caso es que fue una charla amena, esta vez sin borricadas dignas de mención, porque los cuerpecitos todavía están resentidos tras las navidades. Aún así, todavía tienen estómago para seguir comiendo y bebiendo, que eso sí que no lo perdonan. Los nuevos embajadores llegaron con un jatillo importante bajo el brazo, integrado por queso, salchichón, caña de lomo y aceitunas. No contentos con ello, prepararon de manera paralela unos mejillones de 'la mer' y un arroz con churrasco de pollo (esto no acabo de entenderlo, la verdad). Vamos, para que les dé algo malo un día de estos.


Yo también estoy sufriendo los efluvios de la Navidad y no me quedé con todos los temas de conversación, que fueron muchos y variados. Sí recuerdo que la nostalgia de épocas pasadas predominó en el ambiente, contando batallitas de lo más peculiar. También se habló de fútbol porque el Real Madrid ha caído eliminado de la Copa del Rey ante el Leganés. Evidentemente son cosas que no son pasadas por alto por un alto porcentaje de bracaneros entre culés, palanganas, colchoneros y béticos. Dicho de otra manera, que pusieron a los merengues de vuelta y media.
Otro aspecto destacado de la noche es que están preparando la diáspora hasta Medina Azahara, prevista para abril.


Ahí andan dándole vueltas a ver cómo pueden meter una bombona, un perol, el sofrito del arroz y un bag in box de vino en el yacimiento. Si es que son muy bestias. La pobre Inma, consorte de el Kichi, será la guía de la visita cultural y no sabe lo que se le viene encima. Ya os contaré.

23 de octubre de 2018

23 de octubre de 2018 - Sin comentarios

Días de escuela

Pasada ya la fiebre navideña, tocaba organizar en Brácana el nuevo calendario y, por supuesto, recibir a los primeros invitados del recién estrenado año. Ya os contaba la pasada semana que iba a ser una tertulia muy educativa, y no hablo precisamente de que mis compinches vayan a ampliar sus conocimientos académicos. Allí abajo son titulados cum laude en la Universidad de la Vida, esa en la que hay que espabilar a base de cocotazos. Aún así, siempre están dispuestos a recibir nuevos conocimientos que llegan de los Nuevos invitados, como los que pisaron tierra Santa el jueves. Llegaron de la mano de el Maestro, como antiguos colegas de profesión. La mayoría de ellos ya comparten retiro con el Presidente de la República, después de años de pupitres y tizas, ahora cambiados por mesas de grupo y pizarras digitales, en el instituto Inca Garcilaso.


Y es que la educación ha cambiado mucho en todo el tiempo en el que han ejercido como docentes. Precisamente ese fue el tema de conversación principal durante toda la noche. Porque da la casualidad de que muchos de mis amigos bracaneros, han tenidos como maestros o profesores a algunos de los invitados del jueves. Asaltaron Brácana por las bravas, llegando en bandadas hasta sumar un total de seis, más de la mitad de la población bracanera. Cuatro de ellos llegaban advertidos por el Maestro de cómo se las gastan por aquellos pagos, y también por el Chechu, que aprovechó la coyuntura para darse un desmarque con sus colegas de profesión. Los nuevos, a la par que veteranos maestros, fueron el Lorenzo Marqués, el Antonio Guzmán, el Manuel Torralbo, el José Muñoz y el Julián Moreno. A ellos se unió también el José Miguel Osuna, volviendo a Brácana después de años de espera. Aunque se habló mucho de educación, también se hizo en abundancia de vino.


Bueno, más que hablar del líquido elemento, lo que hicieron fue bebérselo. Y es que la camarilla del jueves tarda en pegarse un medio lo mismo que dura un caramelo en la puerta de un colegio. Aún así, entre copa y copa, tuvieron tiempo de repasar cómo eran los alumnos de antes: responsables a la vez que jaranistas, emprendedores pero también adolescentes con lo que ello conlleva.


Me llamó la atención que todos coincidían en señalar que son exactamente igual que los de ahora, pero con menos móviles, menos Internet, menos videoconsolas y menos flequillo. Entre tanta charla de educación, no perdonaron la jatería de los jueves que también fue de nivel gastronómico alto: jamón y queso para empezar, alcachofas al Montilla para continuar -aportadas por el Chechu- y, una vez pertinentemente tapeados, carne en salsa para comer de verdad. Así fue la noche, cogiendo ritmo después del largo peregrinaje navideño, y sin perdonar los digestivos de rigor.
Como veis, la cosa empieza con ritmo, si es que alguna vez se perdió, y por delante espera un largo 2018 repleto de vino, comida, buen rollo y muchos más invitados.


10 de mayo de 2018

10 de mayo de 2018 - Sin comentarios

Que el Cóndor Sagrado de los Andes nos coja confesados

Pues eso, que ya estamos en el 2018. Haciendo memoria, se me vienen a la cabezas tantas cosas de estos años que podría empezar de nuevo a escribir la Historia Ilustrada de Brácana. Pero bueno, no es el caso ahora. Mucho menos después del cansancio que arrastro tras las fiestas navideñas. Porque aquí, en el limbo, también nos pegamos las nuestras. No son como las de mis compinches de la República, estamos de acuerdo. Pero dentro de nuestras posibilidades, intentamos que esto sea lo más llevadero posible.


En lo que se refiere a Brácana, ya viene siendo tradición que el primer jueves del año sirva para templar los ánimos y recuperar fuerzas. Digo esto porque después de días de desenfreno, la última quedada ha servido para organizarse un poco: quitas los adornos navideños que ya no vienen al caso,  preparar las próximas tertulias, y emboquillar la lista de próximos embajadores. Aún así, no perdonan una, porque han iniciado el año a base de cabrillas en tomate, lomo a la plancha y excedentes de la Nochevieja.


No voy a extenderme más porque tampoco hay mucho que contar. Lo que sí os anticipo es la semana que viene hay traca de la gorda. Al grupo que llegará a la República lo han denominado 'los maestros' porque eran colegas de profesión del Presidente Bracanero antes de iniciar su merecido descanso como pensionista. Lo que me eriza el plumón de la nuca es que, según dicen, tienen el mismo saque que el Maestro, así que lo único que puedo esperar es que el Cóndor Bendito de los Andes nos coja confesados.
¡¡ El nuevo año promete !!


Regalitos pa' Brácana del Morito Güeno

Pues, como diría el otro, un año más a la buchaca. Hay que ver cómo pasa el tiempo. El 2017 queda atrás y, esta gente no tienen visos de detenerse. Es más, después de la que liaron el pasado jueves, los nuevos embajadores tendrán que atarse los machos. Ya sabéis que desde el inicio de esta historia, el último jueves del año en Nochevieja en Brácana y esto es sinónimo de fiesta por todo lo alto.


Esta vez no ha sido una excepción, aunque ha habido sorpresas que ni yo mismo esperaba. El caso es que hace unos días recibí una carta un poco extraña. La remitía el Morito Güeno y, así a bote pronto, pensé que sería spam o algo parecido. Lo que pasa es que conociendo los desmadres de Brácana me dio un pronto y sentí curiosidad. En el mensaje, me decías que era algo así como Papa Noel, Santa Claus o los Reyes Magos, pero en versión bracanera. Tuve que leerlo dos veces para dar crédito. El caso es que respondí y me pidió, por favor, que intercediera con mi amo, para que este ejerciera de cuerpo presente como su portavoz. Dudé un instante porque el Pijo del Magreb hace semanas que causa baja por unas fiebres que los tienen en el dique seco, así que aproveché, me colé en sus aposentos y le comí el coco para que leyera un textico el jueves a cada bracanero.


Me quedé cerca de su casa, esperando que saliera, e iba por la calle en trance. De hecho, nada más llegar a la sede, pidió un medio de vino para templar el ánimo y el espíritu, y cogió algo de color, porque se ha quedado otra vez que es todo orejas. Una vez recuperado, al menos parcialmente, tomó la palabra dirigiéndose al personal de la siguiente manera, aprovechando para puntualizar la regularidad del personal cada jueves durante todo el año:

Ligre (24/45 - 75'5%)

Ligre I El Breve, y el primer exiliado bracanero
desde el Limbo quiero que sepas, que te han echado de menos.
Sin duda tu periplo por la costa te ha restado asistencia
y quizás por ello, cada vez que asistías, nunca lo hacías con abstinencia.
Eres el lotero bracanero
y con tu suerte, siempre trincamos algún dinero.
También eres el cajero
ya que siempre tienes cambio en tu monedero.
Y para que las monedas no te estropeen la cartera
aquí te dejo esta magnífica riñonera.
¡¡¡ VIVA GÜEY LIGRE !!!

Pantera de la ITV (34/45 - 84'4%)

La Pantera de la ITV un año jodido ha dado
y en la República apoyo ha sentido y encontrado.
Año difícil para tí, bracanero,
por eso ahora toca bromear y pasarlo bien, compañero.
Y es que con tantas horas como das
las trócolas y la junta culata, a punto tienes de reventar.
Friegas de alcohol y bálsamo del tigre te vendría ideal
pero aquí, en el Limbo, las farmacias cerradas están,
por lo que del Limbo un parche de hielo instantáneo te voy a dejar.
¡¡¡ AAAAIIIII CÁBANAS, QUE SE TE VAYA A OCURRIR CON LA BOLSA HACER UNA ANIMALÁ !!!

Nuevo (11/13 - 84'6%)

Querido Marcos, el nuevo y valiente
para juntarte cada jueves, con esta gente.
Igual muy bien no lo has pensado
ya que eres un profesional de la hostelería
y tu reputación dicen que a los suelos ha bajado.
Y es que salir a altas horas de la noche, de la sede institucional
sólo problemas de puede acarrear.
Por eso, y pensando en tu futuro
te dejo un pasamontañas oscuro.
Así no tendrás que preocuparte, de madrugada al salir,
aunque con esa pinta igual te para la Guardia Civil.

Maestro (39/45 - 86'6%)

Estimado Maestro. Mucho mérito tiene lo tuyo,
sé que ha sido un año complicado y por ello ánimos te quiero dar
y felicitarte por tu empeño, actitud y capacidad.
Y aunque llevas tiempo queriendo abdicar
creo que de momento muchas Tertulias te quedan por tragar.
Por lo que, pensando en tu salud,
y en tu estado, a veces tan delicado,
unas buenas orejeras te han tocado.
Maestro, no cambies y cuídate,
tu presencia en la República es fundamental
aunque cuando te metes en la barra,
los encabronas pa' reventar.

Ahijao (41/45 - 95'1%)

Querido Ahijado
en la República como hombre te has realizado
y por ello,
como macho varas y semental has quedado.
Sin duda eres la envidia de los bracaneros ciudadanos,
siempre de guapas chicas rodeado.
Y como menos la barba, todo lo llevas rasurado,
unas maquinillas de afeitar, y unas tijeras, te he agenciado.
Sigue así, campeón, jugando al rugby, beniendo vino
y contagiando de alegría a todos los que están a tu alrededor.

Pijo de los Balcanes (41/45 - 91'1%)

Pijo de los Balcanes o Ministro de Alimentación,
los dos apodos te pegan un montón.
Sin duda este año también has alimentado al personal,
con mucho gustoi y devoción,
pero aún así, te ha querido hacer la cama algún cabrón.
Quizás sea porque en tu delantal te has quedado un poco estancado.
Y por ello, para cambiar un poco el decorado,
un delantal post-moderno te he regalado.
Y teniendo en cuenta que a cerrar Brácana eres aficionado,
también un impermeable, como a tu pariente, te de dejado,
con la intención de que los temporales de las noches
no os dejen resfriados.

Paticorto de las ondas (43/45 - 95'5%)

Paticorto, grandes señales de mejoría has dado
ya que en puntualidad y asistencia, bastante has mejorado,
y por ello, dos regalitos has trincado.
Libretita para las tertulias apuntar,
y se esa manera evitar, que en la agenda oficial
grandes pollas te vuelvan a pintar.
Y un poncho impermeable, para los fríos de las madrugám
ya que junto a tu pariente, la sede cerráis jueves tras jueves, sin cesar.
Sólo la tardanza en el blog debes mejorar
para que no pasen los meses sin nada que recordar.

Suerto (43/45 - 95'5%)

Suerto.... Suerto, qué año has dado
en tu primera temporada bracanera completa, has triunfado.
Y pinta que el ritmo que llevas, como mínimo continuará,
por lo que sospecho que más de una noche en el sofá dormirás.
Por tal motivo, un magnífico cojín te he mandado
para que tu cintura y tu cuerpo, al despertarte, sientas aliviado.
Como bien observarás, un color sufrido he elegido,
para evitar manchas del tipo amontillado, o palo cortado envejecido.
Resumiendo, que ala República con tu alegría,
le das subidón y sabiduría.

Silencioso (44/45 - 97'7%)

Silencioso, sólo una Tertulia te has dejado atrás,
y es que a tu Patri y a tu Candela, en Elx tuviste que visitar.
Y por tu fidelidad, dos regalitos trincarás.
Una calculadorita de bolsillo, para tus cuentas bien llevar,
y un sellador de fecchas, para que el ni el Maestro ni la cuadrilla
te puedan engañar.
En fin, Silencioso, que te has portado muy bien.
Es más, administrador como tú en la República, difícilmente habrá.

Abertxale de ca Bellío (45/45 - 100%)

Abertxale de ca Bellío, tus números son de tronío.
Pleno de asistencias, incluso con dolores de cabeza.
No has fallado a ninguna tertulia,
incluso con relámpagos, truenos o lluvia.
Y por tal fidelidad, tu regalo será especial.
Inaugurado queda a la fidelidad el mayor galardón,
el gato chino, que mola mogollón.
Como podrás observar, su brazo mueve sin parar,
símbolo a la constancia, como tus asistencias
que son de suma importancia.
Y como sabemos que ahora corres sin parar
una brujulita te encalomo
para que siempre sepas dónde vas.

¿Qué? ¿Cómo se os ha quedado el cuerpo? Pues eso fue sólo una parte de lo que pasó allí el último jueves del año. Comenzando por la jatería, los que seguías semanalmente este diario, sabréis que la Nochevieja Bracanera es una oda a la gota, esa enfermedad de ricos, que se atiborran de marisco. Cuando ví los preparativos se me vino a la cabeza la pasada visita de el Hugo Pinto, y los tejemanejes que se traía con el Ministro de Alimentación.


Pues bien, las negociaciones se han traducido en mejillones, gambas de Huelva y huevas de choco aliñadas. Todo esto para empezar, porque cerraron el homenaje gastronómico con un arroz con bogavante, nigramante, o como cojones se llame. Evidentemente, mientras le pegaban a la mandíbula, de fondo sonaba un año más Onda Brácana Antena Pirenáica, con un servidor como maestro de ceremonias, preparando la posterior fiesta.


Alrededor de las 23:45, el Paticorto y el Ministro de Alimentación cumplieron con el ritual de preparar las pasas de la potra. Al parecer, este año estaban más suavitas que el anterior, de manera que casi todo el mundo acabó a las 00:00 sin mayores complicaciones. Era de esperar que el confeti, las serpentinas y los matasuegras volaran por Brácana. De hecho, apenas tardaron unos segundos porque, tras los abrazos preceptivos, celebrando el Año Nuevo, la fiesta se tornó incontrolable: taponazos al techo de cava, el Ministro de Alimentación regando al personal y los pelotassos decorando la barra.


Lo que pasa es que en el fondo soy un sentimental. Así que me emocioné de ver cómo SE sigue celebrando el final del año en Brácana. Ya lo dije una vez y vuelvo a repetirlo:


PA VIVIR ASÍ DE BIEN, ES MEJOR NO MORIRSE.
FELIZ AÑO BRACANERO


6 de mayo de 2018

6 de mayo de 2018 - Sin comentarios

Así empezó todo

Joder, hoy sí que estoy emocionado. Una lástima que mi amo no haya estado en la Tertulia del Jueves porque, en cierta forma, uno de los invitados, fue artífice de mi relación con el pueblo bracanero: el Cordonero. Os pongo en antecedentes. Ya sabéis que antes de Brácana, cuando esta historia aún era denominada como Tertulias del Callejón, se inició como una reunión de amigos, por motivos que ahora no vienen al caso.


Lo que sí es trascendente es que el Pijo del Magreb, más solo que la una cuando no había Tertulia, decidió hacerse con los servicios de un compañero -un servidor- para hacer más llevadero el paso de los días. Pues bien, ahí es donde entra en juego el Antonio Luque, el Cordonero, que fue quien me vendió a mi amo. Sobre ese momento crucial en la vida de Brácana, se ha vertido mucha saliva. De hecho, es el propio Pijo del Magreb el que dice que acabó con un diamante tropical como compañero, porque la pasta no le daba para más. Es una manera sutil, de decir que fui su última opción. De todas maneras, después de tantos años, no voy a tenerlo en cuenta porque, como dice el refrán, agua pasada no mueve molino.


Presentado uno de los tres invitados del jueves, vamos a por los otros dos. Por un lado el Alfonsito, yerno de el Cordonero, y boina verde en Brácana, por donde ya anduvo en semanas anteriores. El que sí que debutó en la plaza fue el Manolo Mediavilla. Es un enamorado del vino en general, y del tinto en particular, por su condición de comercial de las bodegas Fernández de Piérola. Llegó bien acompañado por una muestra de vinos 'coloraos': crianza del 2014, reserva del 2005, ambos de Rioja, y Tinto Traslascuestas de Ribera del Duero. A tan sugerente propuesta hay que unir el Fino Serena, traído por el Cordonero, y el C.B. Alvear de la casa, que siempre está al quite.


Con semejantes personajes os podéis hacer una idea de por dónde fueron los tiros, en lo que a conversaciones ser refiere. Se habló mucho de vinos, como manda la tradición bracanera. De los gustos del mercado, de la ausencia de acciones promocionales serias en la D.O. Montilla Moriles para poner en calor los vinos de esta zona... y de lo bueno que está el vino. Por un momento aquello me recordó a la ya extinta sección Vinos del mundo, colones diferentes. Porque, la verdad, se pusieron tiernos.


También se habló de coches, porque el Alfonsito no perdona. Su presencia, y el respaldo de la Pantera y el Ahijao, hizo que se hablara de ruedas, ciclindradas y marcas, con una pasión que a mí se mes escapa por completo. Todo esto estuvo pertinentemente acompañado de viandas que no desmerecieron al vino: jamón, queso, carrillada en salsa y alistas de pollo. Aquí me detengo porque este último plato sigue generando controversia y cachondeo en la República. Aún no está claro la autoría de la receta que en Brácana se atribuye al Ministro de Alimentación, a pesar del contencioso interpuesto por el América, demandando la paternidad del plato. El asunto sigue en manos del TSJB (Tribunal Superior de Justicia de Brácana) que no acaba de tener pruebas concluyentes para dictar sentencia. De hecho, los mu cabrones dicen que todavía hay que seguir profundizando en la receta algunas semanas más, para comprobar cuál de las dos partes lleva razón ¡Se las saben todas!

5 de mayo de 2018

5 de mayo de 2018 - Sin comentarios

No nos va a matar el hambre.....

Aunque todos los embajadores que pasan semanalmente por la República son bien recibidos, tengo que reconocer que mis colegas tienen predilección por algunos en concreto. Es el caso de Antonio el Chuchi, que pasó de nuevo por Tierra Santa, acompañado esta vez por su vástago, el Antonio Salas, el Rubén Urbano y el Francisco Ruiz, alias Llorón. El segundo y el tercero debutaban en las artes vinateras bracaneras, bien apadrinados por el Chuchi y el Llorón, que se tomaron aquello como un rito iniciático para los dos jóvenes. Iniciático no sé si fue, aunque lo que sí estoy seguro es que después del jueves, tiene una mención de honor en el noble arte del alterne en barra.


Varias cosas suceden siempre que vienen personajes de este calibre a la República. La primera de ellas es que el cachondeo está asegurado, con la retahíla de chascarrillos que acompañan al Chuchi en cada sarao. La segunda es que la jatería también es una palabra intrínseca a estos personajes ¡La madre que los parió! No tienen conocimiento alguno al poner sobre la mesa viandas al por mayor, siempre regadas pertinentemente por buen vino fino de la tierra. Además, el rollo tertuliano forma parte de su forma de ser, y me explico. Tienen más kilómetros hechos que el baúl de la Piquer, porque están metidos en todos los charcos. Uno de ellos es la cacería, por eso, cuando salió el tema de conversación me vine abajo. Allí empezaron a hablar sin miramientos de abatir conejos, tortolas, liebres y otras especies con las que, en cierta forma, me siento identificado.


Y como una cosa lleva a la otra, de la cacería saltaron a la matanza, ya sin miramientos. Que si cochino p'arriba, que si cochino p'abajo, que si salchichones, que si chorizo, que si... ¡Qué os voy a contar!
Entre tanto hablar de jatería, el personal iba babeando como un San Bernardo. El Ministro de alimentación, al que no se le escapa ningún detalle, trató de minimizar este asunto, aportando jamón de la casa, así como salchichón de jabalí y queso aportados por los embajadores. No contentos con ello, vi cómo sacaban un líquido viscoso, semejante a la sangre ¡Coño, si es que era sangre, y encima de gallo! Aquí sí que sufrí empatía imaginando cómo rebanaban el pescuezo del plumífero... Menos mal, que cerraron la noche culinaria con unos langostinos a base de huevo de codorniz, algo a lo que ya estoy más acostumbrado.


Dos cosillas más que no quiero pasar por alto hoy. Tengo que hacer mención a la labor del Abertxale, al que le encalomaron el papel de maestro de ceremonias, ante la ausencia de mi amo. Tuvo el honor de estrenar el nuevo atril que luce la sede. Los cabrones se han currado un altar para la oratoria con forma de barril, a base de duelas antiguas. No se les escapa ni un detalle, porque le han puesto hasta iluminación autónoma. Como dice mi amo:
- Lo que hay que hacer pa pegarse un leñasso de vino los jueves.


3 de mayo de 2018

3 de mayo de 2018 - Sin comentarios

Sangre nueva... colocón seguro

Estoy seguro de que recordáis como cerré el blog la semana pasada ¿no? Pues eso, que el jueves sólo faltó la Guardia Civil. Joder, ¡vaya fiestón! Si hay alguien que nunca defrauda como embajadores en Brácana son los colegas del Ahijao, y esta vez tampoco lo hicieron. Gente joven, con ganas de fiesta, más sueltos que el propio Suerto y, sobre todo, con una visión de la vida diferente a la de mis colegas. Imagino que son cosas de la edad, porque la terna que apareció por allí durante la última quedada son pipiolos, en comparación con los habitantes de Brácana, aunque con más muescas que las pistolas de Billie Joe. Dos de ellos ya sabían por dónde iban los tiros, nunca mejor dicho: el Llamas y el Tanque. Qué os coy a contar de estos dos que no haya dicho ya en semanas anteriores, aunque esta vez tengo que poner un pero, a el Tanque se le quedaron atrás las cartas con las prisas, así que esta vez no hubo magia. Los tres restantes fueron el Bombi, el Chino y el Mono. Dicho así, parece el casting del remake de la película El Vaquilla aunque, motes aparte, tienen padres y madres, y responden a los nombres de el José Antonio Cerezo, el Antonio Ramírez y el Jesús Gómez, respectivamente. Lo de los apodos se ve que es cosa de la charpa de el Ahijao, que cada vez que invita a alguien me hace poner los cinco sentidos en los nombres, para retenerlos en la memoria.


Fue una Tertulia en la que se habló mucho de coches. La labor profesional de el Ahijao y la Pantera, reserva semanalmente un ratico para hablar de bujías, trocolas, palieres y otros chismes que, según parece, tienen los coches. Pues eso, entre cambios de aceite, líquido de frenos y otros menesteres, la conversación fue derivando hasta recodar episodios pasados y oscuros de Brácana, como el lanzamiento del Sputnik, que fueron rememorados entre vítores del personal.


Mientras sucedían todas estas cosas, la cocina estaba a pleno rendimiento, sacando platos de jamón, remanentes de morcilla y chorizo de la semana anterior, salchichón y queso. Obviamente, no todo iba a ser comer, así que una vez más funcionó la física. La teoría de los vasos comunicantes es uno de los pocos elementos aprendidos en la escuela por los once magníficos. Por ello son unos fenómenos en sacarle el máximo partido a la goma del barril, aprovechando a su vez las leyes de la naturaleza, esto es que el vino salga de la bota a su caer, previo chupetón.
Siempre lo digo, pero es que el personal a estas alturas de la noche iba ya en quinta. Además, por si fuera poco, el Tanque se erigió en maestro ce ceremonias, leyendo unos capítulos del ejemplar del Kamasutra que existe en la biblioteca bracanera, haciendo especial hincapié en aquello en los que se dan consejos para sacar el máximo provecho a una ducha en pareja.


No contentos con al atracón de vino y jatería, cerrando la velada jalándose un conejo de monte al ajillo, aportado por los embajadores. Además, si ningún jueves perdonan los digestivos, esta semana no iba a ser menos. Tras la primera tanda, el personal fue ahuecando ala en lenta peregrinación y cantando bajito. No lo hicieron ni los nuevos embajadores ni el Ahijao que, fiel a la tradición de sus invitados, echó la llave al cortijo en el momento oportuno, esto es, cuando le dio la gana.

2 de mayo de 2018

2 de mayo de 2018 - Sin comentarios

Tertulia de largo recorrido

Jamás una tertulia fue tan agotadora como la vivida el pasado jueves.  Bueno, para qué vamos a engañarnos. En realidad, todas las reuniones semanales pasan factura en el plano físico porque, para seguir el ritmo bracanero, hay que tener buen fondo. Lo que pasa es que los invitados de la pasada semana van sobrados en ese sentido. Dos de ellos son boinas verdes como el Pichichi y el Juan Castillero. Cada año, ambos se dejan caer por la sede en torno al mes de noviembre, dándole una vuelta al cortijo, para pulsar el estado del personal y dejar emboquillada la peregrinación de primavera a La Fundi.


Estos dos elementos se sobran para darle forma a una noche de parranda, lo que pasa es que esta vez llegaron con refuerzos. El Roberto Boncompte, según pude escuchar, se apunta a un bombardeo, siempre que haya vino por medio. De hecho, el Paticorto y el Suerto, apuntillaron que no hay imágenes en Montilla Televisión de catas de vino, día del enoturismo o visitas a bodegas, en las que no aprezca el susodicho... por algo será.


Sería justo comenzar por la visita de los pequeños bracanaeros, que año tras año celebran su cumpleaños en Brácana. El Iván y El Hugo, vástagos de el Paticorto, acuden cada final del noviembre acompañados de su madre, la Marina, y de una tarta de chocolate con la que la savia bracanera se inicia el rito semanal. Da gusto verlos campando a sus anchas por la sede, lampando patatas fritas como si no hubiera mañana y, dicho sea de paso, sin que ninguno de mis compinches les meta entre pecho y espalda el primer copazo de su vida.
Así comenzó una noche en la que se habló mucho de senderismo, una vez que los dos pequeños y la Marina abandonaron la sede. El Pichichi, el Juan, el Roberto, y también el Suerto, forman parte del Club de Montaña Piedraluenga, de la vecina localidad de Montilla. Esto quiere decir, en román paladino, que son como cabras montesas. Se ponen cachondones con una buena montaña, una mochila y un bastón. Os podéis imaginar que allí el personal permanecía ajeno a las explicaciones de unos y otros porque, hombre, deportistas lo que se dice deportistas, los bracaneros no son mucho. El caso es que el deporte de la marcha -léase campestre, en la otra sí que mis colegas son unos figuras- da para muchas anécdotas, entre refugios de montaña, senderos, caminatas y colegas que se han en el camino -ojo, no confundir con el Rocío-.


Algún día me saltaré el secreto de sumario y daré cuenta de estas anécdotas, muchas de las cuales ruborizarían al más pintado. Pero hoy no es el caso porque el juramento realizado me impide dar más datos que los estrictamente necesarios para narras la Tertulia.
El caso es que se ve que el deporte da sed y hambre, aunque sólo sea de hablarlo. No me entra en mi pequeña cabecita una tertulia en la que esté el Juan Castillero, y en la que el colesterol no sea el protagonista: chorizo, morcilla y lomo a la plancha fueron los platos de la noche, junto a la ya nombrada tarta de los pequeños bracaneros y la tradicional bandeja de fruta que aporta el Pichichi... un crack !!!


De lo mucho que se habló, sólo me quedó clara una cosa, porque según fue avanzando la noche la tertulia se fue haciendo más ininteligible para mis cortas entendederas. Cristalina fue la invitación para la próxima primavera en La Fundi a la que, por cierto, se pega el Roberto... ya digo, otro figura para el album de cromos. Estaré atento a los movimientos porque, si hace dos años fueron a La Fundi con Fletcher como presente, a ver qué se averiguan esta vez.
Ah, se me olvidaba, también dejaron emboquillada la visita del fin de semana, al loro: el Bombi, el Chino y el Mono. Como en el chiste, tiene pinta de que, al final, conducirá la Guardia Civil.


1 de mayo de 2018

1 de mayo de 2018 - Sin comentarios

Cata ciega en territorio ajeno

De todos los eventos que se celebran en Brácana, que son muchos  e interesantes, uno de los más esperados cada año es la Cata Ciega que organiza el Abertxale de ca Bellío. Aunque estaba prevista para el primer jueves de octubre, esta vez se decidió adelantarla a finales de noviembre, para cumplir dos objetivos: aceptar la invitación cursada por el Pepín Carbonero para visitar Bodegas Cabriñana y también dar cuenta del calendario bracanero en torno al vino.
Como digo, esta vez fue una cata diferente por el lugar de celebración, pero también por los invitados y por el follón que tuvieron que liar para desplazarse hasta la Sierra de Montilla. En las semanas previas, este último aspecto ya generó un intenso debate en los Consejos de Ministros. Al final se acordó realizar el desplazamiento en furgonetas alquiladas, con lo cual se generó un segundo problema: los conductores que harían el inmenso sacrificio de no probar una gota de vino, para garantizar el traslado de los viajeros. Los elegidos fueron mi amo, que hizo corazón de tripas, y el Mejías, habitual de las peregrinaciones a La Fundi, al que esta vez sólo le faltó la gorra de chófer.


Solventado el tema del transporte, que cambió el normal funcionamiento de la cata, también hay que hablar de los invitados. De entrada un año más se contó con la siempre grata presencia de los hermanos Giménez (Fernando y Luis), considerados ya como el duodécimo y el décimo tercer bracanero, por el curriculum que atesoran junto a mis compinches. A ellos, de manera excepcional, se unieron esta vez el Rafa Jiménez y su hermano, junto al gran Pepín Carbonero, que ejerció de anfitrión.


Una vez en Cabriñana, la  Cata comenzó con una pequeña visita a las instalaciones, con parada incluida en la bodega de tinajas. Allí, copa en mano, el personal fue sirviéndose vino a demanda, directamente de los conos. Entre chanzas y anécdotas, el personal fue cogiendo revoluciones, preparándose para la intensa noche que esperaba en torno al vino.


Respecto a la Cata preparada por el Abertxale, respondió a la expectativas. Como suele ser habitual, cada vino estuvo acompañado de una cita literaria, para darle un toque cultural a este evento.

Un vino es ideal cuando uno lamenta haber acabado la botella (Roberto Verino)

Dios no hizo más que el agua, pero el hombre hizo el vino (Víctor Hugo)

El vino mueve la primavera, crece como una planta la alegría, caen muros, peñascos, se cierran los abismos, nace el canto (Pablo Neruda) 

Entre cada uno de los tres vinos catados, que esta vez fueron crianzas particulares, guardadas en el más estricto secreto, fueron cayendo platos de jamón, queso y caña de lomo, aderezados con la opinión de cada uno de los catadores, aportando su visión del vino en cuestión. No relevaré nombres aunque, como dato, sí aportaré que acabaron con todas las botellas presentadas.


Bueno en realidad, acabaron con todo lo que llevaron, y me explico. Los hermanos Giménez Alvear quisieron agasajar al anfitrión con unas botellas de Tres miradas. El caso es que acabaron sobre la mesa y, entre comentarios y alabanzas, también cayeron. Ya apurando en quinta, se desplazaron hasta la bodega de crianza donde el Ministro de Alimentación se presentó con una perola de carne en salsa, para falagar todo el vino ingerido con anterioridad.... pues también cayó.


No contentos con eso, cuando ya le habían dado repaso al mundo, al universo, a los vinos y a la comida, tardaron lo justo en prepararse para meterse entre pecho y espalda unos digestivos. Aquí fue cuando llegó lo que ya se conoce en Brácana como la Noche de la Rebelión de los Chóferes. Mi amo y el Mejías empezaron a salivar como hiena que ronda un ñu y pusieron la pica en Flandes. El primero fue el Pijo del Magreb que hizo mutis por el foro, amenazando al personal con dejarlos en tierra. Cedieron al chantaje el Paticorto, el Luis, el Fernando, el Rafa Jiménez y su hermano y el Abertxale. El resto se quedaron muy a pesar del sufrido conductor restante, que aguantó mecha hasta que ya no pudo más. Me contaron al día siguiente, que emuló al mismísimo Carlos Sainz recorriendo el camino de vuelta que hay entre Cabriñana y Montilla, entre las quejas del personal que, a esas horas, no distinguía ya la diferencia entre una autovía alemana y un camino de cabras.