31 de octubre de 2016

31 de octubre de 2016 - Sin comentarios

Noche grande. IV Cata Ciega Bracanera

Poco a poco, sin que se den cuenta, los bracaneros han conseguido ir salpicando el calendario de citas anuales e inamovibles. Vamos, que llegando octubre toca la cata dirigida, que este año cumplía su cuarta edición. Los asiduos a estas líneas ya sabrán de qué va el tema. Pero por si coincide que algún alma cándida se deja caer por aquí, como novicio, pues explico.


A las nueve en punto, con la excepción de el Paticorto de las ondas, que sigue tocado y de baja laboral y bracanera, la sede estaba casi al completo. El Abertxale se mostraba nervioso, preparando la mesa y los vinos, recibiendo a bracaneros y visitantes, mientras que mi amo. el Pijo del Magreb se afanaba en las labores de pinche, junto al Ministro de Alimentación, prepara
ndo la jatería.
Este era el panorama junto al típico peloteo a los invitados reincidentes, ya que se trataba de Fernando y Luis Giménez y Manuel Jiménez del Pino, colega de ambos y de los bracaneros a la par. El trío de invitados prometía tanto como los vinos, desconocidos para los catadores, como no podía ser de otra manera. La toma de contacto, los preparativos y el pie de cuba, se llevó treinta y siete minutos de la noche, y en ese mismo instante, es decir a las 21´37 del jueves 6 de Octubre de 2016, comenzaba la IV Cata Ciega de Bracana.


Solo un pero. El Paticorto de las ondas no había hecho acto de presencia y eso flotaba en el ambiente. Para amenizar el primer vino (ahora se dice maridar), unos platicos de tocino de veta y salchichón y la frase correspondiente:

Ten cuidado de confiar en alguien que no le guste el vino (Karl Marx, Filósofo, intelectual, comunista alemán de origen judío)

Lo que tardaron en dar con la comida, degustar el primer vino e intercambiar opiniones, fue lo que tardó el Abertxale en servir el segundo, que fue marinado con queso curado por Manuel Jiménez del Pino, aunque la autoría, al parecer, se la atribuía Luis Giménez. La frase para la ocasión es de un tendero pamplonica, Luis Fernando Olaverría:

El vino es la única obra de arte que se puede degustar.



A estas alturas de la noche el paticorto de las ondas ya formaba parte de la ceremonia, provocando un gran alboroto.
El último vino de la cata, no de la noche, fue acompañado por langostinos cocidos y con una frase del magnifico Salvador Dalí:

El que sabe degustar no bebe demasiado vino, pero disfruta de sus suaves secretos.

Poco más de una hora después de empezar a catar vinos, comer y disfrutar de una agradable charlita, comenzó la rueda de opiniones, en las que, casi por unanimidad, triunfó el segundo vino de la cata. Y como estas cosas, bien lo sabéis los asiduos, es secreto de sumario, pues recordaré los vinos catados pero no el triunfador, ya que el orden de citación de los mismos no guarda relación con el podium final.
Fino Los Felipes (Hostal Los Felipes).
Fino El Chivo (Taberna la Chiva)
Taberna El Rincón del Conde (Bodegas Gracia)
Como pájaros finos, que no dudo que lo seáis, habréis observado que esta IV Cata Ciega de Brácana, fue dedicada a tabernas de Montilla.


La noche continuó con Fino Pata Hierro y montaditos de presa ibérica y, por supuesto, con más tertulia e intercambio de opiniones. Además, como colofón a una gran noche de vino. comida y tertulia, la sede registró una visita que agradó a todo el mundo, la del último Premio al Mérito Gastronómico de Brácana, Antonio El Chivo, que se unió a la quedada como un bracanero más.


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