Narrar lo acontecido el tercer jueves de Octubre, (20/10/22) se me hace bastante difícil.
La pareja invitada ya prometía por si sola, pero si a eso, se le añade un inglés errante por Montilla amparado por uno de los invitados, y llevado hasta bracana sin saber muy bien a que iba, pues ya tenemos el coctel perfecto para una noche de risas y anécdotas sin fin. 
Podríamos decir que, sería algo así como, la anarquía llevada al máximo extremos de la ironía con pinceladas berlanguianas.
En verdad, una puta locura, como dicen ahora los chavales. 
Y es que Pedro Jiménez, Agustín Polo y Phillips no han dejado nunca de ser chavales a pesar de que juntan más años que un bosque.
Por cierto, los juramentos supusieron uno de los momentos culmen de la noche.
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