11 de enero de 2023

11 de enero de 2023 - Sin comentarios

1-12-2022 Entre sirenas anda la cosa.

 Normalmente la mayoría de los mortales tienen en el mes de Enero el desafío de subir lacuesta.         Pero claro en Bracana, como en casi todo, la cosa es bien distinta. Y es que laverdadera cuesta, que hay que subir para terminar el año es la del mes de Diciembre, para luego en Enero entrar en caída libre.     Y es que si para la mayoría de los mortales dicho mes viene cargado de actividades lúdico festivas, en el caso de los bracaneros hay que añadir cinco actividades extra-lúdico-festivas. Ya que en dos mil veintidós Diciembre trajo cinco jueves, es decir, sumar y seguir.

Con este temible panorama y con la sensación de que no estaba asegurado llegar al dos mil veintitrés con todos los efectivos bracaneros sanos y a salvo, arranco el último mes del año.

El primer jueves del mes, que, coincidía con el primer día del mes, que a su vez correspondía al cuadragésimo octavo jueves del año y, este, también, a su vez, con el cuadragésimo sexto jueves bracanero del dos mil veintidós, ¡vaya lio!

 Brindó la oportunidad de degustar un arroz negro, maravillosamente elaborado por “el mantequilla” Embajador reincidente en las tertulias que llegó de la mano de dos verdones en estas lides, “el Mario”, hermano y bombero, y el Antonio, amigo de ambos y ambulanciero. 

Estos dos profesionales de ambos ramos aportaron bastante tranquilidad a la velada, ya que, en caso de emergencia cubrían un importante dispositivo de seguridad. Y si ya de por sí, y sin red, no tienen conocimiento ni parallorar, imaginaros amparados por esta pareja de ángeles de la guarda.

 No digo más.





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