Tertulias de vino fino

 El frenesí iba en aumento y por ello el tercer jueves del mes, concretamente el día quince tocaba echar el balón al suelo, y para ello quién mejor que José Manuel Márquez Repiso.                                          Si, el Repi, el siete del Montilla que tantas tardes de gloría dio a la parroquia futbolera montillana.

Ahora sus goles no acaban en el fondo de la red, ahora tienen mucho más valor. Sus goles se los marca al destino, ese destino que le puso por delante el partido más difícil, y que día a día desafía con la misma calidad humana que mostraba cuando vestía de corto. Y es que tipos como este engrandecen todo lo que tiene a su alrededor y por supuesto Bracana se hizo inmensa con su presencia.                      Bueno con la suya y con la de los dos personajes que le acompañaban.                             Dos fichajes estrella que completaban la tripleta atacante de la noche, Pepín Carbonero (Jall) y        Rafa Jiménez (uff).                                      

Y para que la noche fuera inolvidable, recuperaron la cata ciega (tendrán poca vergüenza).

Cata ciega dicen, como si cualquier noche no acabaran …

Los vinos elegidos para que el personal diera con la tecla fueron; Piedra Luenga de Robles, Tertulia de Delgado, y Cancionero de la Coop Jesús Nazareno de Baena. 

   

Todos acompañados de los respectivos ágapes y de las frases que el “abertxale de ca bellio” rebusca con esmero para tal ocasión. Que por cierto fueron las siguiente:

Para el Piedra Luenga: “El mejor vino no es necesariamente el más caro, sino el que se comparte”. (Georges Brassens – cantautor francés)

Para el Tertulia: “Si bien la penicilina cura a los hombres, el vino les hace felices”.                  (Alexander Fleming – médico y científico)

Para el Cancionero: “Viva el buen vino, que es el camarada para el camino”.     (Pio Baroja – escritor)

Con este panorama ¿Qué, queréis que os cuente? Quizás que cual fue el que más gusto, eso queda en secreto de sumario y solo aquí en el limbo lo conté nada más llegar. 

                                               Bueno, si os puedo decir que el vino de tinaja y el de bota que amenizó el resto de la noche y que llegó de mano de los invitados (Cabriñana) se llevó un buen repaso, hasta agotar existencias.

No quiso dejar pasar la ocasión de regalar a los bracaneros un cuadro que ablandó el corazón de los presentes y sobre todo del presidente. Dicho queda.