Comenzar un nuevo año es toda una aventura ligada a nuevos propósitos. Aunque en Bracana los propósitos varían más bien poco. Todo pasa por beber vino, comer, reir y compartir buenos ratos de charla. Podemos decir que ese es el plan establecido desde hace años, y que tan buen resultado les está dando. Repetir rutinas no supone ningún aburrimiento, es más cada una de ellas, como la llegada del morito bueno, está rodeada de la mayor expectación, por aquello de saber con que se deja caer cada año.
Y en esta ocasión, (concretamente el jueves 2 de enero del 2025) parece que el morito llegado desde el otro lado del estrecho dejó más que contentos a los bracaneros con un regalito genérico que les alegró la noche y las posibles jornadas venideras acompañadas de frio.Según pude observar y tras entrar por la puerta de la sede y poner sus rodillas en el suelo para hacer el saludo de rigor con brazos en alto y movimientos de torso del suelo al cielo, el morito saludo uno a uno a los bracaneros y tras ello entabló conversación con los chavales que intrigados esperaban su regalito.
Según el morito todos por casi igual habían mostrado un buen comportamiento a lo largo del año recién terminado. Y tras pegarse un latigazo de número nueve (según dice pertenece a una rama del islam que consume alcohol) comenzó con el reparto de regalos individuales y a la par genéricos como antes decía. Una bolsita de rejilla roja que en su interior tenía unas orejeras pata proteger del frio. Una botellita de cristal con cierre de bola con un elixir de las destilerías del Magreb y un vaso acristalado de chupito. En definitiva un set de supervivencia para el frio. Todos quedaron contentos y mas que satisfechos con los regalitos que una año más el morito bueno les trajo desde el cercano oriente.
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Comenzar un nuevo año es toda una aventura ligada a nuevos propósitos. Aunque en Bracana los propósitos varían más bien poco. Todo pasa por beber vino, comer, reir y compartir buenos ratos de charla. Podemos decir que ese es el plan establecido desde hace años, y que tan buen resultado les está dando. Repetir rutinas no supone ningún aburrimiento, es más cada una de ellas, como la llegada del morito bueno, está rodeada de la mayor expectación, por aquello de saber con que se deja caer cada año. 
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