1 de julio de 2013

1 de julio de 2013 - Sin comentarios

Terremoto en Brácana

¡¡¡Puff!!! Vaya jueves dieron los cabrones estos, y eso que fue el día que menos bracaneros hubo de todo el año… Entre que dicen de hacer una cosa, por las bajas, acaban haciendo todo lo contrario. Pasan de celebrar las elecciones, tan temidas por unos (Maestro, Pijo del pádel…) y tan deseadas por otros (Silencioso, Abertxale, Niño…), pasaron al terremoto en Brácanaaaaa!!!



¿Y terremoto por qué? Pues todo es cosa de la Pantera, que semanas anteriores le dio por refrescar a los bracaneros a su manera… Pero eso es otro tema del que ya hablaré otro día que me tengan menos mosqueado. Para un día que tienen en la semana para reunirse y disfrutar de esas buenas charlas y las mejores discusiones entre ellos, van y me dejan tirao por una simple juntura de los niños. El único que tiene perdón es el Paticorto que estuvo en el homenaje tributado a Jose Mari Luque, en la casa de las Aguas. Por allí me pegué una volá pero, la verdad, no me entere de mucho. Solo fue un vistazo para preguntar cuánto le quedaba al acto.
Bueno, vamos a la noche. Después de encontrar la sorpresa solo al entrar, con el terremoto y los pijos que se borraron con la juntura pillá, se empezó como siempre la cervecita, para abrir boca. Estuvo acompañada de las habituales patatitas y aceitunitas. Eso sí, un día diferente como el pasado jueves, merecía que todo transcurriera alrededor de la amada y adorada barra.
La noche tuvo para dar y regalar, así que aquí viene un pequeño resumen.

Como siempre el Ministro de Alimentación fue el eje vertebrador de la noche con sus platos exquicitos, acompañado entre fogones de el Ahijao. Con la primera copita de vino, vinieron los tomatitos de Montilla con sal y pimienta, seguidos del primer plato de la noche, salmorejo con jamoncito y huevo duro. Duró un asalto, anda que no tenían hambre…y yo sin poder probarlo con la operación bikini. Así andan las cosas por el limbo para poder salir de vacaciones… lo que hay que sufrir,
Mientras se preparaba el segundo plato, se discutía por todo. Se especulaba del motivo de los tirones de cada uno de los enfermos y, por supuesto, se hicieron las llamadas del ahorro. Por el altavoz se notó que los enfermos no estaban haciendo teatro ¡Vaya vocecita tenían los dos!
Después de las llamadas del ahorro se procedió a la sinfonía de la orquesta de Brácana sobre la barra y se pasó al siguiente plato, una amalgama de sabores preparada para los dos que faltaron, al tratarse de un plato de pijos: tomate frito con trazas de laurel, aderezado con peces del mar. Y como en el mar no pueden faltar los barcos, la Pantera se encargo de llevarlos hasta la perola, algo que agradeció el pinche ya que ésta quedó más limpia que el jocico de un perro. En plena acción con este segundo plato, hizo aparición en escena el Paticorto y al final de la noche, ya con el postre sobre la mesa, llegó un coleguilla de los niños, el Jorge Putas, con una tarta de turrón que hizo que nos chupásemos los dedos.

Contado esto hay poco mas que se pueda decir. Sólo que se recuperen los bracaneros lesionados y que estén preparados para el siguiente jueves, que seguro que será igual o mejor.

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