11 de septiembre de 2013

11 de septiembre de 2013 - 1 comentario

Todo vuelve a la normalidad

La última vez que tuve que dar repaso escrito a mis amigos bracaneros, andaban por Villa Locura viendo en directo el España-Italia de la Copa Confederaciones que, por cierto, se llevó Brasil. Desde entonces hasta el pasado cinco de septiembre, mis colegas anduvieron por la residencia de verano de el Ligre, a base de tomatico con sal y vino fino. Este exilio, forzoso por cierto, ha venido motivado por el hundimiento del techo de la sede que ya ha quedado reparado. Podría comenzar la crónica de hoy por el mes largo de exilio que se han pegado en Villa Locura, aunque eso ya queda demasiado atrás y, tampoco hay mucho que contar, salvo que, fieles a su costumbre, se han puesto tiernos de vino y comida. También podría hacer una narración detallada de los importantes y numerosos cambios que ha experimentado la sede o quizás podría empezar por hablar de los primeros embajadores que han llegado a Brácana tras el verano. Ufff..... ¡son tantas cosas! En fin, a ver si no se me queda nada atrás.
Vamos primero con lo más importante, la remozada sede de Brácana. Con techo nuevo, flamantes lámparas y novedades importantes en la cocina, la pasada semana mis amigos comenzaron la temporada de comilonas y bebilonas en Brácana Center. Atrás han quedado ya los días de penuria y trabajo que, por cierto, ha sido mucho. Desmontado del techo, limpieza, pintura.... todo está ya averiguado. Por eso, el pasado jueves se reunieron todos, como manda la tradición, y recibieron a los primeros embajadores de la campaña de otoño. Bueno, se reunieron todos los que estaban. La Pantera de la ITV causó baja y mi amo, el Pijo del Magreb, andaba por terreno hindú, en viaje oficial, estableciendo lazos comerciales para el intercambio de especias. Pero a lo que vamos, que me despisto. Los primeros embajadores tras el verano, pasarán a la historia por ser los primeros franceses que ponen pie en Brácana. La cosa tiene su miga, porque su paso por este sagrado lugar, llegó motivado por motivos profesionales. Los nuevos bracaneros, el François Musseau y el Bruno Fert, andaban por los alrededores recabando información sobre Montilla para un artículo sobre el municipio que publicará la revista francesa Geo, seguramente en noviembre. Preguntaron a algunos lugareños por aspectos singulares en torno al vino y... zas.... acabaron en Brácana ¡Mira tú por dónde, aunque singulares sí que son!

La comunicación no fue ningún problema. El François le pega al español que no veas, así que la conversación fue fluida. Más problemas tuvo el Bruno. Entiende un poquito y se defiende hablando como gato panza arriba, aunque, después de varios cancanassos, tampoco se le vio al hombre muy desconectado que digamos. De hecho, en su honor tengo que decir que a la hora de los digestivos fue el único que declinó la oferta, optando por seguir dándole al vino fino ¡Con dos cojones! Entre fotos, charla, chistes y anécdotas, la noche fue avanzando, juramento incluido. Para la ocasión, hubo que traducir el texto al francés, evitándole al Bruno un sofocón de órdago. A ello contribuyó el François que accedió gustoso, mientras que él juraba lealtad a la República en español afrancesado (por el acento, vamos). El texto ha quedado guardado porque, nunca se sabe quién visitará Brácana en el futuro. Menudo problema puede crearles el hecho de que las particularidades bracaneras queden reflejadas en el artículo de Geo. Imagino a los turistas franceses llegando a Montilla y preguntando:
- Poj favoj Monsieur.... donde se encuentrja Brjácana?


Tiene coña la cosa. El caso es que el François y el Bruno no debieron coger del todo la esencia de la cultura del vino, porque el sábado tuvieron un segundo golpe junto a los bracaneros. Desde las dos de la tarde hasta las seis más o menos, agotaron las reservas vinícolas del Punto y Coma, y luego remataron en la sede otra vez. Es que no tienen jartura. Ahí quedó este encuentro internacional, histórico en la joven República, que ha servido para ampliar las amistades, más allá de los Pirineos.
Si creéis que la cosa queda ahí, os equivocáis. El domingo siguiente Brácana volvió a escribir una nueva página histórica, realizando su primera vendimia. Los viñedos de Villa Locura fueron el lugar elegido para este evento. A las ocho y media de la mañana, todos los efectivos físicos disponibles estaban a pie de tajo.

El Maestro, el Ligre, el Pijo del Pádel, el Silencioso, el Pijo de los Balcanes y el Abertxale comenzaron la recolección con la fresquita... y algún incidente. El Silencioso, nada más empezar, se pegó un tajo en el dedo.... seguramente para escaquearse, algo que finalmente no pudo conseguir. Cortaron la uva con los progenitores de el Ligre como manijeros. Ambos supervisaron el estado de la uva, en su momento óptimo de madurez, y dieron el visto bueno, con mucho más salero del que tuvo la presidenta de la Diputación de Córdoba, en la Fiesta de la Vendimia de Montilla. Después de cortar la uva, procedieron a la pisa de la misma, obteniendo el primer mosto bracanero de la historia. Ya reposa en la tinaja, que no en una ánfora romana, fermentando a la espera de ser catado.

Como veis, no paran... y me alegro. Después del verano insulso que he tenido, lo echaba de menos. No obstante, seguro que los echaré de más en los próximos meses, sin ir más lejos, la próxima semana con las elecciones......
BRACANEROS.......... AUH, AUH, AUH (François y Bruno... también va por vosotros. Los primeros embajadores franceses de Brácana tienen las puertas abiertas para volver)

1 comentarios:

peaso de vendimia que se realizo en Villa Locura con los bracaneros a la hora convenida, eso si decir que el incidente del silencioso no paso a mayores, solo un pequeño corte con tres puntos de sutura, y vuelta al tajo
un saludo:

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