30 de septiembre de 2015

30 de septiembre de 2015 - Sin comentarios

Homenaje gastronómico en toda regla

Una semana más, tengo que hacer un receso en mis quehaceres diarios aquí, en el limbo, para seguir escribiendo capítulos de esta bendita locura que es la República de Brácana. Con la temporada completamente lanzada, el pasado jueves mis compinches recibieron a tres embajadores veteranos y uno novel, que encaja a la perfección con el perfil bracanero. Digo esto porque el Antonio garcía, sobrino de el Pijo del pádel, está cursando estudios gastronómicos en Sevilla. Evidentemente, es una virtud que mis colegas no van a pasar por alto en el futuro, sobre todo porque están entregados a los designios del Dios Baco: vino y comida hasta reventar. El caso es que el pasado jueves pisó Tierra Santa, concienciado de su labor culinaria, y sabedor de que muchas miradas y opiniones estarían pendientes de sus evoluciones en los fogones. Luego hablaré de ello, pero antes tengo que decir que no estuvo solo. El Moreno, el Oche y el Pepe Mesa, volvieron semanas después a las escena del crimen, para compartir mesa -mantel no porque en Brácana no hay- y sobre todo anécdotas a raudales.


Uno de los aspectos que más me gustó de la noche, fue la recuperación de dichos y términos ya prácticamente olvidados, que periódicamente tienen repaso en la República. Que ahora mismo se me vengan a la memoria a bote pronto, hay que tres términos y una expresión que merece rescatar. Por un lado mi amo apuntó lo que es una sariana, que según parece es la denominación que daban en Alvear a las antiguas chaquetas de trabajo. También se habló del anorak como prenda idónea para el invierno, y del gabán, otra prenda eminentemente invernal, que ha ido siendo sustituida por ropas más modernitas. Entre términos similares discurría la conversación cuando pude escuchar una expresión de esas que tanto me gustan: tienes más piojo que un habal ternito. Ianmares, así es imposible aburrirse jueves a jueves.


Otro de los temas recurrentes para la conversación es el follangueo. Ya lo he comentado en más de una ocasión, pero es que esta gente tienen una cultura erótica, por no decir pornográfica, que ya quisiera más de uno. Bueno, en realidad, de este tema hay mucha gente que está al tanto, lo que pasa es que pocos lo cuentan en público. Lo que pasa en que en Brácana hay rienda suelta cada semana y mucho más cuando el vino rula -en esta ocasión Fino Pata Hierro- como un torrente ladera abajo. Esta vez tiraron de memoria, para recordar las películas codificadas del Canal+, que según parece eran de obligado visionado cada noche, y de la importancia del argumento y el guión en las películas porno. 


Dando repaso a todo esto estaban, cuando alguien cayó en la cuenta de que España se estaba jugando el pase a la final contra Francia en el Eurobasket. Como en Brácana no hay televisión, tuvieron que recurrir a las nuevas tecnologías para seguir, vía internet, los últimos minutos del partido, que acabó en prórroga ante las mofas del personal hacia el Abertxale, que no daba un duro por la selección de Gasol y compañía. Mientras arrancaba el tiempo extra, aprovecharon para darse unos tientos más, igual que yo aprovecho ahora para repasar el homenaje gastronómico que se pegaron el jueves. Arrancaron motores con un salchichón ibérico cortado al estilo tradicional de Brácana.... A ello le siguieron dos tapitas en mesa, que no en barra, que bien podían haber sido los platos centrales de la noche. El trio de embajadores se plantó en Brácana con sendas perolas de riñones con jamón y carne en salsa, que levantaron gritos de todo tipo por el tamaño y, sobre todo, la calidad de las mismas. Podeís haceros una idea de la cantidad de vino que se necesita para falagar esto. Bueno, vino y pan. de hecho, tras la primera perola, tuvieron que echar mano de la Farmacia de guardia -léase Ca la Paqui- para aprovechar la salsa con sopones como quillas de trasatlánticos. No contentos con ello, el sobrino del Pijo del pádel, se trabajó una carne aliñá al estilo de Lanzarote, para rematar la faena. El hecho de haber realizado sus prácticas en la citada isla, le ha permitido conocer otros gustos y experimentar con mis compinches, a los que no les asusta ni una vaca de rellena de pajaritos, a la hora de jalar.


Poco más os tengo que contar hoy. Bueno sí, que no perdonaron ni la fruta para el postre, ni los pertinente latigassos para cerrar la noche y agotar una nueva jornada en el calendario bracanero. por cierto, que se me olvidaba, que España le ganó a Francia en la prórroga, por lo que el baloncesto fue un tema más de conversación hasta que se apagaron las luces, abriendo la cuenta atrás para una nueva quedada.

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