3 de mayo de 2018 -
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Sangre nueva... colocón seguro
Fue una Tertulia en la que se habló mucho de coches. La labor profesional de el Ahijao y la Pantera, reserva semanalmente un ratico para hablar de bujías, trocolas, palieres y otros chismes que, según parece, tienen los coches. Pues eso, entre cambios de aceite, líquido de frenos y otros menesteres, la conversación fue derivando hasta recodar episodios pasados y oscuros de Brácana, como el lanzamiento del Sputnik, que fueron rememorados entre vítores del personal.
Mientras sucedían todas estas cosas, la cocina estaba a pleno rendimiento, sacando platos de jamón, remanentes de morcilla y chorizo de la semana anterior, salchichón y queso. Obviamente, no todo iba a ser comer, así que una vez más funcionó la física. La teoría de los vasos comunicantes es uno de los pocos elementos aprendidos en la escuela por los once magníficos. Por ello son unos fenómenos en sacarle el máximo partido a la goma del barril, aprovechando a su vez las leyes de la naturaleza, esto es que el vino salga de la bota a su caer, previo chupetón.
Siempre lo digo, pero es que el personal a estas alturas de la noche iba ya en quinta. Además, por si fuera poco, el Tanque se erigió en maestro ce ceremonias, leyendo unos capítulos del ejemplar del Kamasutra que existe en la biblioteca bracanera, haciendo especial hincapié en aquello en los que se dan consejos para sacar el máximo provecho a una ducha en pareja.
No contentos con al atracón de vino y jatería, cerrando la velada jalándose un conejo de monte al ajillo, aportado por los embajadores. Además, si ningún jueves perdonan los digestivos, esta semana no iba a ser menos. Tras la primera tanda, el personal fue ahuecando ala en lenta peregrinación y cantando bajito. No lo hicieron ni los nuevos embajadores ni el Ahijao que, fiel a la tradición de sus invitados, echó la llave al cortijo en el momento oportuno, esto es, cuando le dio la gana.
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