14 de febrero de 2010

14 de febrero de 2010 - 2 comentarios

Cavilaciones con una copa en la mano (II)



Que el vino es un ser vivo creo que no lo discute nadie, es más yo tengo la sensación de qué si fuera ser humano sería mujer. Produce excitación, dolor de cabeza, templa el alma, fabrica momentos inolvidables y sobre todo tiene un lenguaje propio.
El lenguaje del vino es muy particular, se basa en la metáfora, en la imaginación del "bebeor" de crear un lenguaje propio. Claro está que no me refiero al lenguaje técnico del mundo de los vinos, me refiero al idioma que se habla en las tabernas, en las bodegas, en las tertulias en cada rincón donde hay charla de “bebeores”. Este no se aprende en universidades, este se aprende en la escuela de la calle.

Frases como, “voy en quinta”, o “me ha hecho el caballito”, forman la gramática del despiste y guasa que rodea al mundo del vino. La primera hace referencia al número de copas ingeridas por el “bebeor”, es decir cinco. Hacer el caballito responde a la sensación que hace estremecer el cuerpo desde la “cuncusilla” hasta la cabeza cuando el liquido elemento entra con el estómago vacío. Este suele producirse más con armas blancas, es decir, coñac o anís. Por cierto, armas blancas se refiere al ardor que se .produce cuando el alcohol atraviesa el aparato digestivo, como si de una puñalada se tratase.
Una borrachera se puede traducir a frases como, “estaba alpitracao”, “buena jumera tenía”, o “ha pisao el sarmiento”, entre otras que iremos desgranado en próximas ocasiones.
Otra frase significativa es “queda inagurado este pantano”. Esto viene a decir que se ha abierto la veda, es decir que se puede empezar a beber y a comer, y a disfrutar el rato de tertulia que ello implica. Por cierto, esta frase suele ser la que abre las tertulias del Arni. Bueno pero eso es otro tema, el Arni merecería una cavilación particular. Es como una leyenda urbana, hay quién dice que todo es un invento y quién da fé de que es real, es más hay quién dice tener un amigo de un amigo que ha estado en el Arni. Y no me refiero al Arni de Sevilla, este es otro Arni.
Otra palabreja particular es "latigaso". El "latigaso" define la forma de llevarse al cuerpo una copa de vino del tirón. Por cierto esta es la maera más habitual de hacer el caballito para pillar una jumera y acabar pisando el sarminto. Por ejemplo.

Sin duda, me dejo atrás infinidad de palabras y frases, pero estas son con las que yo me manejo, en definitiva el lenguaje que hablo cuando el tiempo me permite disfrutar del maravilloso mundo del vino.

2 comentarios:

Te leo, sí, sí, e intento aprender, sobre todo esta lengua tan...¿cómo diría?...distinta de la que conozco. Besos de sol, de risa.

Podemos añadir algunos 'palabros' más a la jerga como 'darse un golpe', 'una manzanilla sin cuchara pa templar el pulso' o una de mis preferidas, 'mosquito canillero'. Prometo seguir abundando en el tema.

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