21 de marzo de 2011

21 de marzo de 2011 - Sin comentarios

Ya es primavera en el Corte Brácana.


¿Qué tal’, ¿Cómo van las cosas por ahí abajo?. Aquí estamos pendientes de Libia y Japón, creo que al igual que la mayoría de gente. Ante todo tengo que disculparme ya que esta semana he tomado pocas notas de lo que ha pasado en el último conclave y es que ante la ausencia del Ministro de Alimentación, (se encuentra de viaje institucional en Galicia), mi amo ha tenido que ocupar su lugar teniendo de ayudante “el aijao”.
Tiempo llevaba mi amo que no era jefe de cocina y verlo nuevamente manejándose entre fogones en un territorio que no era el suyo me tuvo embelesado. La cosa es que se le veía nerviosillo, no en vano el “pijo de lo balcanes” ha puesto el nivel de las comidas muy alto.
Quizás por ello, el miércoles ya hizo una primera incursión en Brácana Center para allanar el terreno. El jueves llegó sobre las ocho y media y empezó a organizar la cena.

Los bracaneros como suele ser habitual fueron llegando poco a poco, y mi amo empezó a arrimar avellanitas y aceitunas, el personal alrededor de la barra empezó con la charlita. A eso de las nueve llegó el primer embajador, que no era otro que “el solani”. Este embajador fue particular, ya que solo pudo compartir conclave durante una horilla, pero su presencia se hizo notar. También tuvieron la visita de “el carlitos gracia” que repitió, bueno más bien, le obligaron a repetir, ya que llegó a dejar unos tomatitos y los tertulianos casi lo secuestraron para que compartiera tertulia con ellos.

Mi amo seguía a los suyo, y ahora era un salchichón, “pataticas salaillas” y un queso de cabra en rulo, lo que caía en la barra, “el solani” se despedía de los bracaneros y estos le agradecían el detalle que había tenido con ellos días antes, un magnifico copero de gran utilidad.
La radio “Brayton” daba el parte de las diez. Y mi amo, sorprendió al personal, y al grito de “Pantano en barra” planto un magnifico plato de pimientos de piquillo rellenos de una bechamel de merluza y gambas al horno salteados con los tomatitos que un rato antes había hecho llegar el embajador “carlitos gracia”.

La charla seguía a pie de barra, y mi amo empezaba a sudar, mientras en Bracana Center se procedía a “las cuentas”. Apartado este obligatorio para el buen funcionamiento de la republica, independiente, anárquica y laica gracias a dios.

La cuartilla de Fino Pata Hierro a estas alturas ya estaba algo menos de media y aún quedaba el palto fuerte, pero mientras mi amo, preparaba el horno, decidió partir un poquito queso con un chorreoncito de aceite de oliva de la variedad alberquita, también arrimo unas tiritas de bacalo.
Los tertulianos seguían a lo suyo, charlitas de política, de los eres de la Junta, del Madrid, del Barca, del “porculito” que está dando Loquillo para tocar en la vecina localidad de Montilla o los preparativos del primer premio gastronomito de la Tertulia Vino Fino.
Mi amo estaba crecido, y un rato después sirvió la primera bandeja de lomo a la sal, en sus dos variedades, con queso probolonia fundido o con una salsa a la pimienta que fue elaborada de manera magistral por “el aijao”. Los bracaneros flipaban y como ya estaban lanzados, pues mi amo decidió dar otro golpe de lomo a la sal, y mientras el horno hacía su labor, pués otro golpe de queso. Viendo que de pan se habían quedado cortos decidieron inaugurar el microondas cedido de manera desinteresada por “la Carmela”. Y es que en Bracana Center no falta de “ná”.
Pero aún quedaba el remate, es decir el postre, y en este apartado mi amo estuvo listo, consciente de que los postres no son lo suyo, pues engancho a la “abuela dolores” para que se marcara unas natillistas con galletas maria.
De aquí pasaron a los digestivos, (con hora mancha inluia), aparatado este que se ha recuperado tras meses de ausencia, y como a los “mu cabrones” aún le quedaba un “huequesito”, mi amo abrió a petición de la plebe unas “bolsita de patatas salaillas” y sacó unas avellanitas. Vamos “!pa reventar!”
Y media hora pasada la primera hora del día, los últimos bracaneros dejaban atrás otro jueves, otra tertulia, otro conclave… otra escusa para seguir bregando hasta dentro de siete días…

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