5 de octubre de 2011

5 de octubre de 2011 - Sin comentarios

Gora La cocina vasca.


Esta semana no os voy a machacar con los números, pero para empezar si os diré que los embajadores volvieron a llegar en trío. En un principio como os digo eran tres, el lunes por la noche era sólo uno, el martes por la mañana dos, el miércoles tres, el mismo jueves por la mañana dos, y al final el jueves llegada la hora de abrir las puertas de la sede sólo uno. Al final y una vez con el conclave ya comenzado fueron tres los embajadores, eso sí, causó baja uno de los embajadores concertados, pero otro de los invitados llegó con su hermano para al final cuadrar el trío. Ah “la pantera” causo baja, y es que tres semanas seguidas era mucha tela.

Como novedad al llegar a Brácana Center se toparon con un grillo, que alegró mucho al personal ya que tras casi un año de conclaves encontraron un motivo para adoptar al grillo como mascota.
La República estaba de celebraciones ya que los migueles quisieron celebrar su onomástica costeando la cena. “El Abertxale apareció con unos pinchos vascos que quitaron “el sentio”. Los ágapes estaban compuestos por Escalabina Aretxalde, Ventresca Elantxobe, Pringá de Getxo y Chorizo Olakueta. Mientras se “jalaban” tales manjares en el Ipod de “el pijo del padel” sonaba Cats Stevens y después “el Sabina. Y mientras degustaban los pinchos alternaban la cerveza con un “mostico mu gueno”. Dando tintes a la barra de herriko taberna.
“El Martinín” uno de los embajadores quiso que el personal degustara una botella de manzanilla que a pesar de abrirse con ilusión resultó estar remontada. A dicho embajador se le agradeció el detalle pero la manzanilla pasó a mejor vida sin poderse beber. Sin embargo el tinto con el que llegó dicho embajador estaba de muerte al igual que el que llevó mi amo
Mientras degustaban los tinto y acababan con los pinchos se pasó al juramento de embajadores, por el atril desfilaron “el martinín”, “el faly” y “el miguel” (hermano de “el martinín”). Tras los juramentos y mientras se hacía hora para el segundo plato el personal charlaba en torno a la barra. Entonces pude oír conversaciones que iban desde los métodos educativos de Don Natalio a los juveniles del Alcorcón donde jugó “El Martinín”. Momento que aprovechó “el pijo del padel” para hacer sonar a Luz Casal y es que la noche se estaba poniendo muy, muy roquera. Para calmar un poco la cosa y ante lo que se avecinaba mi amo dio paso a un nuevo capitulo de las reminiscencias de la tertulia que tanto gusta al personal

La noche continuó con unas patatas rellenas de jamón acompañada de ensalada y salsa alioli preparadas por el Ministro de Alimentación, previamente a su degustación los bracaneros saludaron dicho plato con los brindis de rigor y con Rosendo a todo trapo. A esas alturas el himno ya había sonado una vez.
Tan buenas estaban las patatas rellenas que a pesar de llevar toda la noche comiendo hubo solicitud para que el Ministro de Alimentación preparase otra cochura, y así lo hizo (no revientan por que Dios no quiere). Sin apenas tiempo para digerir las patatas mi amo presentó la fruta (piña natural) acompañada de unas alemanas (entiéndase dulces) que fueron regados con unos mojitos preparados durante la noche por “el paticorto de las ondas” con la receta original de la Bodeguita de En medio de La Habana.
Con tanto trajín, comida y bebida “el ligre” se marcó un grito que simulaba la sirena de una ambulancia, por otro lado un grupo de bracaneros incontrolados y encabezados por “el niño” y “el ahijado” dieron paso a la “hora di napoli”, mientras que Los Manolos sonaban a todo trapo. La cosa estaba cargadita, (hasta “el ahijao” bebió vino), y aprovechando que mi amo había aparecido con su bicicleta y que por tal motivo horas antes se había inaugurado el aparcamiento de bicicletas de Bracana, se dió lugar a la Vuelta Ciclista a Brácana. La Vuelta empezó con una contra reloj individual que consistía en dar vueltas alrededor de la mesa central. “El Martinín” fue el primero en participar, a el siguieron unos pocos bracaneros hasta que mi amo tuvo que detener la contra reloj por miedo a que se cargaran su bici con más de veinticinco años.

Tampoco faltó la hora mancha que sirvió para apurar el lebrillo del mojito, en la que “el torito” de el Fary sustituyó a Joselito. Pocos minutos antes había vuelto a sonar el himno, y es que estaban muy patriotas.

En fin, que contaros, que ya no sepáis. Solo una cosa, el próximo conclave será solo para los Bracaneros y en el se dará las calificaciones individuales de la prueba cultural celebrada semanas atrás. Yo no me lo pierdo por nada.

Saluditos.

0 comentarios:

Publicar un comentario