14 de noviembre de 2012 -
Sin comentarios
Llevo muerto dos años... y sigo escribiendo
Embajadores de Brácana |
Os cuento. Uno de ellos, el Marquitos, ya es veterano de guerra. Estuvo hace algunas semanas, pero esa vez no pudo ir acompañado de su hermano, el Carlos. Por cierto, vaya personaje. El tío no paró en toda la noche. Claro que para una vez que no está detrás de la barra en el Punto y Coma, se desquitó. Junto a ellos, apareció el Pepito el de los Felipes. Este estuvo más comedido, aunque tampoco desentonó en una noche de auténtica locura. Mira que yo creía haberlo visto todo, pero no. Lo del pasado jueves fue... de juzgado de guardia. Vamos, para recordar, así que no voy a omitir ningún tipo de detalle para que todo quede reflejado en el tercer tomo de la Enciclopedia de Brácana, siempre que al Paticorto de las Ondas le de la gana de terminar el segundo. La noche comenzó torcida rompiendo una tradición como la tapita en barra que cada jueves pone el ministro de Alimentación.
Colas de langostino pinchás en un palo |
Brindis bracanero con el embajador |
Rabo de toro del Punto y Coma |
La Palpitana de Brácana |
De ahí pasaron a simular cómo sería la presentación del equipo, con bandera e himno incluidos. Vamos, pa mear y no echar gota. Once tíos como carros con la mano en el corazón, cantando Me estoy quitando y con las lágrimas saltás. Claro que lo mismo hacen en el fútbol, encima cobran más y tienen menos sentimiento. En una noche surrealista, falta un puntico de locura. Como la gente estaba que arrancaba a cuarto vuelta, era peligroso hacer la foto de grupo. De esta forma, hicieron la primer foto seria de Brácana bajo pena de que el primero que se riera pagaba una cena.
I Foto seria de Brácana |
Aquello ya fue superior. Estaba por abandonar cuando asistí atónito a la última barbaridad. El cuerpo de mi amo fue ocupado por un ser maligno cuando alguien escondió la llave de Brácana impidiendo su salida. Como lo leéis. Agarró el palo de una escoba y se puso a bailar y cantar como un poseso.
Tal fue el estado de éxtasis alcanzado, que comenzó a quitarse ropa hasta quedarse en pelota picá. Como comprenderéis, una imagen tan lamentable no debe ser mostrada en público, era lo que nos faltaba por ver. Con la cabeza asimilando todo lo vivido, pegué una volá y me volví con mi gente en el limbo ¿Cómo ha ido eso hoy? me preguntaron. Lo único que acerté a responder es ¿por dónde empiezo?
0 comentarios:
Publicar un comentario