30 de octubre de 2012

30 de octubre de 2012 - Sin comentarios

La familia es maravillosa...



Foto de grupo.
Dicen los humanos que la familia es maravillosa, y a juzgar por lo visto en la tertulia pasada así debe de ser. Os cuento, en esta ocasión fueron cinco los embajadores que de un tirón aparecieron en la sede. Y lo mejor de todo es que forman una familia maravillosa, no solo por el parentesco que les unen, sino también por las “juergas y marchas” que se suelen pegar, bien en solitario, bien con sus respectivas o bien con sus respectivas y sus vástagos. Es más en la vecina localidad de Montilla incluso se les conoce con el sobrenombre de la “charpa de las camaronas”, debido a que esta casta es la mas numerosa dentro la comunidad. Al estilo de los Songhai en la curva del Níger.
Una vez puesto en antecedentes o voy a detallar, lo mejor que pueda, quién fueron los cinco embajadores y el parentesco familiar que les une.

Hasta la sede llegó “el jose madrí”, cónyuge de una camarona. “El paquito madrí” (camarón). “El rafa merino” conyugue de otra camarona, “el rafa el lechuga” y “el otro rafa”. Hasta aquí todo bien pero ahora empieza el lío.
“”el jose madrí” como habréis deducido es cuñao de “el rafa merino” y de “el paquito madrí” que a su vez es cuñao de “el otro rafa”.Este “el otro rafa” también es primo politico de “el rafa el lechuga” al igual que de “el paquito madri`”, ya que las mujeres de ambos (“el otro rafa” y “el paquito madrí” son hermanas y primas de “el rafa el lechuga”. Que por cierto es cuñao de mi amo  y del silencioso. Pero aquí no termina la cosa, como habréis adivinado (por los cojones), “el paquito madrí” y “el rafa merino” también son cuñaos. Creo que lo he hilado todo, y si no es así, ¡que se jodán! Que vaya noche di hasta quedarme con la copla.

Con dieciséis personajes en la sede, los once bracaneros, que últimamente fallan poco y los cinco embajadores nombrados, la noche estuvo bastante movida. En esta ocasión no había corrillos, mas bien estos se transformaron en corrillones (sin premio).
Mi amo en plena faena
 Alto complicado fue para mi amo realizar el consejo de ministros, ya que tanto los bracaneros como los embajadores se mostraron muy excitados durante toda la noche.
Como no podía ser de otra manera el ministro de alimentación no cesaba de plantar en la barra tapas diversas, mientras que mi amo que ejerció de pinche alternaba la cocina con la charla de corrillón (sin premio) en corrillón (sin premio otra vez). Uno de los momentos culmen de la noche llegó con la jura de los embajadores, que uno tras otro fueron desfilando por el atril, para cada cual a su manera y de forma totalmente entregada realizar el juramento que les acreditó como embajadores por un día y que les impide contar lo que sucedió entre las cuatro paredes de la sede.


The Camaron Team., (los embajadores)
Tras los juramento… Ya lo sabéis, ¿verdad?. Pues no. En esta ocasión la melodia de tenedores en la formica tuvo una variante importante, por primera vez en la joven historia de la República en la mesa central y mientras daban caña con los tenedores en la mesa, no había comida alguna. Esta decisión fue tomada de forma unilateral por el ministro de alimentación que temía muy mucho, que los montaditos (plato estrella de la noche) saliesen escupidos por los aires. De esta manera y tras el brindis, que causó gran alboroto entre los embajadores, se presentaron las bandejas de montaditos. Montaditos que al aparo del Fino el Despiste duraron mas bien poco, viéndose obligado “el pijo de los Balcanes” a sacar otra cochura.


Los montaditos
Tras el melón, que sirvio de colofón a otra noche sin comer, transformaron la sede en antro dando paso a la hora mancha. Pero atención, a petición de “el jose madrí” y por primera vez “por estos lares”, se volvió a repetir el brindis. En esta ocasión los bracaneros, si cabe, mostraron mucho más ímpetu y ardor, llegando las voces a Constantinopla.

Con la hora mancha, como suele ser habitual, llegó el desenfreno y la varedad de digestivos que acompañaron a los inquilinos de Brácana Cénter, una vez mas, hasta altas horas de la noche.

Por cierto y para despedirme tres reseñas.
Primera. La tortilla que llevó “el pijo del Magreb” y que elaboró su conyuge “la carmen del contreras” estaba exquisita.
Segunda. Las aceitunas partidas de “el rafa merino” también, al igual que supuestamente debe de estarlo la botella de tinto con la que aparecieron los embajadores, y que al estar tantos han dejado para cuando estén menos.
Y tercera y última. La garrafa de aceitunas aliñadas del suegro de “la pantera” fue inaugurada de forma satisfactoria.

Eha, a seguir bien, y hasta dentro de un par de semanas, donde espero que me dediquen un ratito, ya que ahora hace un par de años que me mude al limbo.

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