3 de diciembre de 2012

3 de diciembre de 2012 - Sin comentarios

Adiós noviembre...


¡Por todas las almas perdidas del limbo, qué frío hace! Se me había olvidado que el invierno está a la vuelta de la esquina y claro, entre fiestas y parrandas, no nos ha dado tiempo a aclimatar. El caso es que metidos ya en diciembre, no tengo casi aliento para pegar la volá de cada jueves hasta Brácana. Veremos cómo lo averiguo esta semana en la que los bracaneros adelantan su encuentro semanal al martes por motivos festivos.

Embajadores con el adjunto a la presidencia
Al menos la quedada de la semana pasada no me la perdí. Disfruté de un tertulia relajada, con buenas viandas, casi mejor vino y un nuevo embajador, el Ignasio García Madrid-Salvador. Vamos, el hermano de el Pijo del padel, que estuvo acompañado toda la noche por su primo, el Carlitos Gracia. Este último tiene más peligro que una piraña en un bidet. En el momento que ve la oportunidad se pega una escapada para Brácana presentando sus credenciales como observador de la ONU que los bracaneros siempre respetan. Como digo, buen rollo el pasado jueves con dos bajas y un alta respecto al normal funcionamiento de la República. La nueva incorporación fue la campana de extracción. La anterior ha pasado a mejor vida y ya es historia sin que haya tenido ni un funeral por los servicios prestados. 

Estrenando la campana
Más o menos como yo, que sigo esperando un recordatorio oficial tras el segundo aniversario de mi muerte. En cuanto a las bajas, e jueves estuvieron ausentes mi amo y el Abertxale de cá Bellío. Ambos han tenido que viajar al exterior para dar forma a un proyecto que ya he contado aquí: la inscripción de La Palpitana de Brácana en la liga local de baloncesto. Como los tíos hilan fino, se han plantado en Belgrado para seguir los métodos de entrenamiento del Partizan y trasladarlos más adelante al conjunto bracanero que en breve comenzará los entrenamientos, según cuentan. De eso hablaré la semana que viene porque, como digo, hay quedada prevista este martes. Poco más hay que contar de la tertulia de la pasada semana.

El vino, que no falte
Bueno sí, a comer se pusieron tiernos y a beber, también. Comenzaron la noche con una aceitunitas traídas por el nuevo embajador y unas cloquetas sobaqueras, que cayeron en un plis plas al tradicional grito de tapita en barra. Estaban de muerte según contaban aunque finalmente el ministro de Alimentación apuntó que el nombre de tan exquisito manjar no tenía nada que ver con la forma de elaboración del plato en cuestión. Solventado el primer envite culinario, se jalaron unos tomaticos cherry del Carlitos Gracia y un pulpo con lecho de patatas. También debía quitar el sentido porque el pinche, esta vez el Niño, no tuvo ni que limpiar el plato de tanto mojar sopas. Por cierto, que la ausencia del Abertxale provocó un cambio en los hábitos bracaneros, que optaron por catar un pan diferente al de cada jueves. Siguiendo con el ritual, la sinfonía de tenedores sobre la madera de formica, precedió al plato fuerte de la jornada -solomillo a la plancha- y a los brindis de rigor. De ahí pasaron a la fruta y a un surtido de chocolate elaborado por la Mariquilla, consorte del adjunto a presidencia, el Pijo del padel, para cerrar la noche con los digestivos de cada jueves.

Bracaneros y embajadores
Uno más a la talega y ya metido en diciembre. Esta semana quedan el martes para no machacar el día festivo de la Constitución. A ver cómo se da la cosa, pero como siga el frío de los últimos días, va a escribir la crónica su puñetera madre.

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