21 de febrero de 2013 -
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En el limbo se vive mejor
El que tiene más puntuación hasta ahora es Rajoy (100 puntos) y curiosamente el segundo es Rubalcaba (90). Tras ellos, Ana Mato (80), Pepiño Blanco (70) y la expresidentísima, Espe Aguirre (70), son los más codiciados. Bueno, tampoco se escapan el todavía yerno del Rey, Iñaqui Urdangarín (80), la Infanta Elena (80) ni Diego Torres (60). Y es que la diana en cuestión tiene tres metros de diámetro porque de otra manera no había cojones de meterlos a todos.
Entre dardo y dardo, el pasado jueves me dio tiempo a pegarme una volá hasta Brácana Center para ver cómo andan mis compinches, que también le dan un repasillo a estos asuntos de vez en cuando. De hecho, el menú de la pasada semana pudo ser el siguiente:
MENÚ
Ratzinger (Papa con huevos)
Rajoy (Chorizo sin huevos)
Urdangarín (Pescado con muchas pasta)
CAFÉ
Bárcenas (Manchado de sobre)
Pero bueno, los que han puesto pie en Brácana, saben que este menú acabaría por indigestarse. Por ello, el ministro a Alimentación dispuso ágapes variados, con la ayuda de mi amo en alguno de ellos, con los que olvidar a toda esa chusmilla de la que os he hablado anteriomente. Por cierto, se me olvidaba. Dos nuevos embajadores visitaron la República.
El Blas y el Arce sólo fallaron en la sinfonía de tenedores sobre la formica, que hubo que repetir en alguna ocasión. Por lo demás, repartieron charla, anécdotas y vino con mis colegas hasta poco antes de la primera hora del día. De jatería la cosa estuvo bien. Esta vez se sirvieron hasta tres tapitas en barra. Las aceitunitas del Pepelui ya son todo un clásico junto al jamón, que esta vez llegó acompañado de unos pimenticos fritos, que estaban pa rabiar, según dijeron. La tercera fue Sibaritesen de peces que remontan el río para encontrar huevos duros, traducido a lenguaje común, salmón ahumado con huevos duros. El plato fuerte de la noche fue lomo a la plancha con pimientos, para cerrar la velada gastronómica con un surtido de fruta traído por los nuevos embajadores. Pa remojar tan exquisitos manjares, se jalaron unos litricos de Fino Cebolla del que contaron maravillas. Así, entre bocados y sorbos se zamparon una nueva tertulia que se cerró con la tradicional hora mancha y los digestivos de rigor.
Por cierto, la foto que veis más abajo es la pierna del ministro de Alimentación; consecuencias de hacer el insensato e irse a jugar al pádel, emulando al Pijo. A la vejez, viruelas. Es lo que hay.
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