19 de marzo de 2013 -
Sin comentarios
"Habemus Volti"
Con todos los respetos. Francisco I (F1) |
Hombre yooo... yo hago lo que puedo, porque Mazinger (su antecesor), nos tenía muy puteados, y claro, la caterva de ahí arriba estaba despendolada. Bueno no te preocupes, se que esta noche tienes tertulia y no te quiero entretener, me dijo. !La ostia! con perdón, ¿pero hasta en el Vaticano nos conocen?, contesté. Si hombre sí, no ves que el vicio le gusta a todo Dios. (con perdón, también). Solo comentarte un detalle, es que tras leerme el informe que había encargado mi antecesor, he encontrado un detalle que quiero que le trasmitas a los bracaneros. Tranquilo, no tiene nada que ver con las turbias finanzas, ni tampoco con la red de prostitución de homosexuales de la que se habla, el tema es de más importancia aún. Sí como dijo mi antecesor los Reyes Magos eran andaluces, yo he llegado a la conclusión de que el tío cagando que hay en todos los belenes era de Brácana Cénter, así lo demuestran las heces analizadas que confirman restos de Fino Pata Hierro y Fino el Maestro.
Yo me quedé de piedra y solo pude contestarle que no se preocupase, que así se lo haría saber a los bracaneros a mi llegada a la sede. Pero claro como llegué tarde, ya tenían montado el belén. Y lo que más me llamó la atención, es que había un tio bajillo y cocinado un arroz tras la barra, el cual me sonaba su cara.
Ese detalle me despistó y entre que no atinaba a ponerle nombre al chaval y que en la barra ya estaban servidos dos platos de jamon y aceite, se me pasó comentar el mensaje de F1. Una pista me ayudó a tener el nombre del peronaje en la punta de mi piquito, si... Fino El Profesional fue la pista.
Fino "El Profesional" |
Y al rato, !pun!, arroz en cazuela de barro en la mesa central. Yo pegué una "vola" y me planté sobre el aparato de aire caliente de la sede, desde allí el personaje bajito presentó el plato con todo detalle y los bracaneros no paraban de agasajarlo por lo bueno que estaba. Luego llegó el juramento y claro, llegado a ese momento no necesité más pista, sobre todo cuando "el abertxale ortizabal" lo llamó al atril, al grito de Antonio Morales Páez (con acento en la a).
"El Volti" tras el juramento |
La noche siguió entre carcajadas y anecdotas mientras que "el volti" volvía a los fogones para rematar el plato estrella de la noche, carrillada con patatas fritas. Si con el arroz fliparon con la carne ni os cuento. Lógicamente y antes de entrar a matar hicieron la melodía de tenedores y los brindis de rigor. Una vez concluida la carne, el embajador se retiró al atril para dedicar unas letrillas en el libro de visitas. Mientras los bracaneros seguían contando historias e increpando a "la pantera de la itv" que ejercía de pinche y respondía a cada provocación de manera intimidadora. Pero "el volti" daba muestras de encontrarse a gusto, tanto que continuaba escribiendo media hora después de haber comenzado a hacerlo. Ahora los ataque de los bracaneros venidos arriba entre carcajadas y bromas iban dirigidos a su persona. Hasta que por fín el embajador hizo amago de leer lo escrito. !Fumata blanca! dijo alguién anunciando la lectura, pero los bracaneros entraron en un estado de catalepsia risueña que los mantuvo bloqueados y solo respondían a una risa contajiosa que causó "punsá en la sien" (la pantera), dolores de "quija" en la cabeza (el ligre), contracciones musculares, o dolores en las costillas entre otros síntomas Los "quejios" de "garraspera" en la garganta se sucedían y aún más cuando el ligre hizo un ensaño sobre las "agujetas". Según dijo, estas aparecen a las veinticuatro horas del esfuerzo y nunca van mas allá de las cuarenta y ocho. Tras más de veinte minutos de terapia risueña se hizo un silencio casí sepulcrar que aprovechó el embajador para repasar en voz alta lo escrito. A mi se me vino a la cabeza F1, y sus conclusiones sobre el tio cagando de los belenes. Sin duda estaría bien conseguir una figurita de esas a tamaño real y plantarla a la puerta del aseo de la sede.
En fin, que la noche continuó con los digestivos y el himno, con la hora mancha y las gominolas y con unas ganas de cachondeo que a mas de uno le pasó factura en la mañana del viernes. Viernes de pasión, sin duda.
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