13 de marzo de 2013

13 de marzo de 2013 - Sin comentarios

Jueves de anécdotas


Sería injusto decir que mis compañeros del limbo me tienen hasta el pico, pero es que es verdad. Ahora que ya ha comenzado el cónclave en el que se elegirá el nuevo Papa, aquí todo el mundo anda despendolao, incluidos mis compinches de fiesta. Antes de repasar lo acontecido en Brácana el pasado jueves, que fue mucho por cierto, os cuento cómo se afronta aquí la reunión de cardenales en la Capilla Sixtina. El caso es que desde que Ratzinger dijo que se daba el piro, se han formado dos bandos encabezados por los ángeles y los demonios. Los primeros opinan que Benedicto XVI ha dado muestras de generosidad al abandonar su cargo y ceder el testigo a un nuevo Papa, que prosiga su labor con mayor fuerza. Los segundos por su parte, opinan simplemente que es un rajao. Cada uno de estos grupos trata de reunir el máximo de adeptos en el cielo, en el infierno y también aquí, en el limbo, para reforzar la figura de sus candidatos preferidos. Según me han contado veteranos del lugar como Groucho Marx, aquí cada vez que hay un relevo en el Vaticano, el nuevo Papa llega bajo el brazo con una normativa nueva. Por lo visto cambia el menú, los horarios, las actividades de ocio y cosas por el estilo. Dependiendo del cariz que tenga el elegido, las cosas mejorarán o empeorarán, así de simple. En una de estas disputas, en la que andaban enfrascados los ángeles y los demonios, pude hacerme una idea de la dimensión del problema. Para los demonios, periodos papales como el de Alejandro VI, Rodrigo Borgia para los amigos, fue el de mayor esplendor en el limbo por sus fiestas y bacanales. Claro que los ángeles consideran que fue el de mayor deterioro y perversión. Los alados prefieren un  Papa del estilo de Juan XXIII, Angelo Giuseppe Roncalli para los allegados, por su reconocida bondad. De él no quieren ni oir hablar los demonios, al considerar que perderían mucho de lo andado en los últimos años. Pues así llevan toda la semana. Papa p'arriba y Papa p'abajo. A ver si sale ya la fumata blanca de las narices y me dejan tranquilo. El jueves pasado iba para Brácana que echaba humo, nunca mejor dicho, después de una charlita entre ángeles y demonios que duró más de tres horas. Llegué con el tiempo justo para ver como las fieras eras amansadas de nuevo por el ministro de Alimentación, con más jamoncito con aceite, mientras prepara su especialidad, Fritura de la huerta. Si a este lo nombran Papa, acaba con el hambre del mundo en menos tiempo de lo que tarda en persignarse un cura loco.

Volviendo al resumen del último jueves, la velada fue un poco especial porque los bracaneros celebraban el cumpleaños del Pijo del padel y del propio ministro de Alimentación. 25 y 24 años respectivamente, según apuntaron. El caso es que para tan ilustre efeméride, invitaron a tres embajadores veteranos como el Francis, el Patxi y el Jose. Los tres traían una sorpresa que dejó atónitos a todos los bracaneros: un venenciador hecho con tuercas, tornillos y otros retales de metal. Coño, hasta a mi me emocionó el detalle por su originalidad y lo chulo que queda. Parte de los comentarios sobre el nuevo inquilino de Brácana discurrió sobre el lugar donde se ubicaría en la sede, aunque inicialmente parece que quedará junto al monumento del Chori. Superadas las tapitas en barra y el primer plato de la noche, bracaneros y embajadores se enfrascaron en un carrusel de anécdotas cono dos personajes protagonistas: el Niño y el Ligre. El primero de ellos, en alguno de sus escarceos amorosos, sufrió una  lesión leve, según pude ver en el parte médico, que levantó a parte iguales comentarios de admiración y de burla. En estas estaban cuando el Pijo del Padel plantó sobre la mesa el plato estrella de la noche.

Una vez más, la Mariquilla, consorte del susodicho, encandiló al personas con un solomillo en salsa, relleno de pasas y ciruelas del que no dejaron si rastro. Tal fue el jinchón de comer que se pegaron, que la vuelta cubana que se pegó el Ligre fue algo más inestable que en ocasiones anteriores. Y claro, era cuestión de tiempo que pasara a convertirse en protagonista de la noche. Entre mi amo, el Pijo del Padel y el Francis, cuñado del Ligre, aportaron historias de este hombre mitad león, mitad tigre, para escribir el libro. Aunque la normativa bracanera prohibe sacar al exterior me tomaré la licencia de contar al menos una. Según parece, en una de las parrandas juveniles, el tío no tuvo otra cosa que cogerse el micro de un Burguer King para demandar, con su característica voz aterciopelada, los Whooper que se había pedido junto al Pijo del Padel. Me puedo imaginar la cara de la pobre camarera cuando vio llegar al menda dispuesto a pedir lo que legalmente  le correspondía. Fue una de muchas, porque anécdotas hubo para aburrirse. Aunque aburrirse, lo que se dice aburrirse, no se aburrió nadie. Si no que se lo digan a la Pantera de la ITV que por poco vuelva del taburete al Paticorto de las ondas, de una suave caricia.
A grandes rasgos, así pasó la noche hasta que echaron de nuevo la llave a la sede de Brácana.

Por esta semana os dejo, que tengo una buena preparada con la Amy y el Rockeberto. Me acaban de mandar un whatsapp diciendo que burlando a la guardia suiza, han puesto un pigmento rosa en la hoguera del cónclave. A ver la cara que ponen los periodistas.

0 comentarios:

Publicar un comentario