3 de marzo de 2014

3 de marzo de 2014 - Sin comentarios

Flamenlimbo y la taberna de Brácana

Aunque semana a semana mi intención es contar lo que sucede en la sede institucional de Brácana, hoy no tengo más remedio que detenerme antes a contaros la semana que llevamos aquí arriba, en el limbo. Ya sabéis que vivo junto a una caterva de personajillos curiosos, por llamarlos de alguna manera, que no se merecen estar ni en el cielo ni en el infierno. Utilizando un eufemismo guapo... somos un grupo difícil de catalogar. El caso es que hace unos días empezó a rular por aquí un chisme. No se sabe muy bien de dónde salió, pero el caso es que anunciaba la inminente llegada de Francisco Gustavo Sánchez Gómez. Coño, me sonó tan contundente que me acojoné de verdad porque todo el mundo ponía cara de ser alguien importante. En mi corto conocimiento, tuve que preguntar a Saramago que de quién se trataba y rápidamente me sacó de dudas:
- Coño Punset, esse é o nome de Paco de Lucía.
Podéis haceros una idea de la que se ha liado. Camarón y Morente, que hasta hoy se dedicaban a montar saraos de noche y dormir durante el día, se han proclamado cabecillas del comité de bienvenida. Con una velocidad digna del Ferrari de Fernando Alonso, han montado un local que se llama Flamenlimbo, algo así como una peña flamenca, con una programación estable para promover el arte flamenco entre los que habitamos aquí. En la última semana han pasado por allí Manolo Caracol, la Niña de la Puebla y Antonio Mairena, acompañados a la guitarra por Juan Gandulla 'Habichuela' y Juan Moreno 'Moraíto'. Rockberto también ha hecho sus pinitos y del baile de la Amy, mantón incluido, mejor ni hablar. Como el rumor sea cierto se me van a caer las plumas, porque el personal comienza a rebotarse y ya se habla de construir un auditorio para otras músicas, además de un cine, un teatro y un local para timbas de dominó. El caso es que no hemos parado y las ojeras me llegan hasta las garras, de ahí mi intermitencia a la hora de contar la vida de mi colega terrenales. No creáis que los tengo abandonados. Simplemente es cuestión de prioridades y, puestos a priorizar, el arte, el jamón y el vino que ponen en el Flamenlimbo es.... del carajo. Aunque bueno, sería injusto decir que el que sirven en Brácana no quita el sentío. Joer, si es que llevo una semana que hasta el lenguaje que tengo es flamenco.



El pasado jueves Brácana escribió una nueva página de su historia con la visita de tres nuevos embajadores, dos de ellos profanos en estas lides, el Antonio Cobos el del Florida y el Antonio Carrasco, además de otro veterano como el Francis Pérez. Los tres se acoplaron a la barra tan bien, y nunca mejor dicho, que Brácana se convirtió durante unas horas en una tasquilla de barrio, trasegando vino de la jarra al gaznate a un ritmo de vértigo. Ahora mis amigos los bracaneros andan sobrados de excedentes vinateros, aprovechando el tirón de las visitas de embajadores anteriores que han dejado la bodega repleta. Para que no se ponga malo, como ellos mismo dicen, parece que están echando un campeonato, así que entre que este me gusta más o dame que pruebe el otro, acaban como a nadie le importa. Como al líquido elemento hay que darle contraste, tras el jamón de rigor, como primera tapita en barra, se jalaron unas tiritas de cola de toro con salsa abundante, para mitigar los efectos del vino. Ya con el jocico caliente tras estos primeros golpes, bracaneros e invitados se apontocaron en la barra, dando paso a conversaciones de los más variado que fueron desde el fútbol, siempre recurrente, hasta la economía, pasando por supuesto por el vino.



Aprovechando que el Cobos regenta uno de los garitos con solera, la conversación giró entre las cantidades que se consumen de esta bebida, hasta a necesidad de tenerlo siempre a punto para dar un buen servicio. La charla fue interrumpida por el pertinente Consejo de Ministros en el que organizaron, como buenamente pudieron, las semanas venideras. En estas estaban cuando el Quini anunció la salida del primer plato de la noche, elaborado por su bendita madre, para celebrar su cumpleaños... titantos, según pude escuchar. De la cocina salió una perola de cazón con más salsa todavía que el rabo de toro. De ella dieron cuenta a base de miajones, con unos lametones en los dedos que daban muestra de la calidad de tal manjar. Andaban ya sobre el alambre, cuando el Cobos sacó un tiramisú casero de postre, al tiempo que el Francis Pérez plantó sobre la barra un bag in box de PX procedente de la bodega de su suegro el Camará.



Así remataban la faena, antes de entrar a matar con los digestivos. La cosa andaba tan al límite, que faltaba algo más de media hora para que llegara la primera hora más temprana del día, cuando sonó el himno de Brácana. Era cuestión de tiempo que se liara. Mi amo se arrancó a bailar mientras comenzaban los preparativos para la toma reglamentaria de los cancanasos finales. Ya lo he dicho antes. Acabaron como a nadie le importa, más o menos como andamos nosotros aquí arriba. Como se confirme el rumor y la semana que viene llegue el Paco de Lucía, nos va a salir el Entre dos aguas hasta por la orejas.


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