17 de marzo de 2014

17 de marzo de 2014 - Sin comentarios

Últimos embajadores del invierno

Como los acontecimientos se precipitan, hoy no tengo más remedio que meterme prisa para escribir la crónica de lo acontecido en Brácana el pasado jueves. La próxima semana vuelven a la carga el lunes, con la entrega del cuarto premio gastronómico, así que antes de que me coja el toro, lo cuento y Santas Pascuas (ahora que estamos en cuaresma).



Como corresponde al segundo jueves de cada mes, de nuevo volvieron a recibir embajadores en la sede, esta vez directamente relacionados con el mundo del vino. El Luis García y el Juan Almansa son gente bregada en el noble arte de criar vino, en el Lagar Los Borbones para más seña. Por cierto, que no llegaron de vacío a Brácana. Además de arrimar cinco litracos de un vino estupendo, agradecieron la invitación con unos entrantes a base de jamón, queso y otras chacinas, que se sirvieron, como es de recibo, en la barra. Con anterioridad, como primera tapa de la noche, el Pijo del pádel, pinche de la noche, se marcó unos montaditos de anchoas del Cantábrico con tomates enanos, que fueron donados gentilmente por el Mejías, embajador veterano de la República. En este aspecto merece la pena detenerse. Los invitados que pasan por Brácana se sienten tan agraciados, que siguen acudiendo con las manos llenas de comida y bebida. Vamos, algo así como el premio gastronómico en el que homenajean a un cocinero para que les ablande la mandíbula ¡Tendrán poca verguenza!



El caso es que con el Fino Los Borbones como hilo conductor, la conversación fue variada durante toda la noche. Se habló de fútbol, con el Particorto de las ondas y el Abertxale subiditos de tono tras la victoria del Betis ante el sevilla en la Uefa League. También de la historia de la vecina ciudad de Montilla, con lugares ya desaparecidos como el horno regentado por Concha en la calle Cordón. Por supuesto se habló de vino, de aceite... así hasta que llegó el Consejo de Ministros. En él se abordaron los detalles del próximo premio gastronómico, cuya identidad no desvelaré para salvaguardar el secreto se sumario que rige las noche bracaneras. También se dio repaso a los embajadores que llegarán hasta la sede durante el mes de marzo y abril y se apuntaron algunas salidas pendientes, con el único objetivo de seguir poniéndose ciegos de vino. Por ejemplo, la segunda visita a la Casa de las Aguas para entregar los dos últimos volúmenes de la Historia Ilustrada de Brácana. Traducido a lenguaje popular, visita a la bodeguita del citado lugar para ver si el vino sigue igual de bueno.



Tras el Consejo de Ministros llegaron los juramentos, que dejaron un detalle para la posteridad. El Luis García se plantó en la sede con el pasaporte español para que fuera visado una vez traspasadas las fronteras de Brácana. Este hecho fue reconocido por el personal al tratarse del primer momento oficial en el que un embajador reconoce con hecho, que no palabras, la autodeterminación de la República ¡Con dos cojones!
De los juramentos pasaron a los brindis y de los brindis, al plato fuerte de la noche, unos langostinos con setas, cuya perola tampoco necesitó de limpieza posterior. Una vez solventado el trámite culinario, la tertulia volvió a tomar peso en la noche. De hecho recuperaron una tradición olvidada durante semanas, las rondas de conocimiento autóctono de antros, chisnacles y otros tugurios. Juro por el papagayo bendito del Amazonas que llevaba tiempo sin escuchar tantos nombres seguidos. Allí se recordó la Incubadora, el bar la Tizne, el Disco May, Casa Palop, el Toby's Bar, los Candiles... y mucho más que mi pequeña memoria de pájaro no llegó a retener. Lo que sí me quedó claro es que mis colegas no conocerán la capital de Uzbekistán ni la teoría de la relatividad, pero lo que es a garitos, no hay quien les eche la pata por alto. No tengo muchas más cosas que contar, salvo que pasada la media noche volvió a sonar el himno de Brácana, con la misma solemnidad de siempre y que, para entonces, ya andaban liados con los preparativos de los digestivos de rigor.
Por hoy me despido aunque, más pronto que tarde, vuelvo a la carga. El lunes se hará entrega en Brácana del IV Premio al mérito gastronómico que este año recaerá en......... la semana que viene os lo cuento.



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