19 de mayo de 2014

19 de mayo de 2014 - 1 comentario

6 toros y un cabestro



Por fin parece que los bracaneros se tranquilizan, volviendo por segunda semana consecutiva a su hogar. No creo que les dure mucho, a juzgar por las cosas que pude oir a lo largo de la noche. Ya planean salir para hacer un campeonato de pádel, elecciones y no sé qué de una fiesta. Vamos, que no paran. Me tienen liado con las sorpresas y las idas y venidas. De hecho, no sé si dimitir de mi papel de embajador bracanero allá en el limbo. Aunque, pensándolo bien, por qué voy a dimitir, si en el país vecino no dimite nadie.



Los visitantes del último jueves fueron los componentes de otro grupo amante del vino y de las tertulias que se hacen llamar 6 toros y un cabestro. No obstante, sólo vinieron 4 de los 7 componentes del mismo. Como todos los jueves, a partir de las 21:00 horas de la tarde empezó el movimiento. El último en llegar en esta ocasión fue el Presidente. Lo hizo alrededor de las 22:00 horas, justificando su tardanza con no sé qué historia de sus perros. En ese momento se pegó el cerrojazo en la puerta de entrada. Sólo una ausencia, la del anterior Director General de Planificación Familiar y Ministro de Información y Comunicación, que estaba de concierto en la ciudad de la Mezquita, no de la Catedral... de la Mezquita. A esas horas estaban degustando unos caracoles aportados por el Solani, acompañados como siempre de olivas y frutos secos. De hecho, el maestro tonelero, se ofreció para hacer una nueva cacerolá cuando ellos quisieran. El vino (Fino Méndez) ya corría de jarra en jarra y de copa, cuando subitamente se oyeron los palmetazos de rigor, que dieron lugar a la tradicional tapita en barra, unas gambas donadas por los invitados. Decían que eran de La Carchena y que tenían los colores del Atco de Madrid. Por cierto, ¡Aupa Atleti! que diría Torrente.


En el Consejo de Ministros se dio un repaso al Presi, como viene siendo habitual siempre que se acercan elecciones, y a los embajadores de las próximas semanas. También a todos los aconteceres que se tienen que ir sucediendo jueves tras jueve,s para que a este grupo no se le amontone el trabajo. Mientras esto ocurría, el Silencioso, ajeno a todo, estuvo regando las botas para que no se deterioren. Aquí cada uno flipa a su manera porque, con razón, dicen que son una República anárquica.
A continuación tuvo lugar el nombramiento de embajadores. Aquí los nuevos emisarios de Brácana, se defendieron con bravura, como corresponde a su nombre, accediendo al nombramiento en el siguiente orden:
1.- Antonio Torres Márquez (el Torres)
2.- Francisco José Méndez Hidalgo (el Méndez)
3.- Raúl Gómez Molina (el Raúl).
El cuarto componente del grupo fue el Francisco J. Hidalgo Álvarez, el Maleno, que ya conocía el paño, al haber visitado la sede con anterioridad. Para rematar la noche, como a estas horas ya se había acabado el Fino Méndez, se echó mano de los recursos bracaneros, para dar paso a los brindis y el plato estrella, Pinchitos con chorizo, adquiridos en la remodelada plaza de abastos de Montilla a la hija de otro embajador, el Rafalín Camará. Como corresponde a una diera equilibrada, los pinchitos estuvieron acompañados por dos fuentes de ensaladita fresca.
Como cada jueves, otro que se fueron sin comer y sin charlar, dando paso a los digestivos. Todos los presentes aceptaron la propuesta menos uno, el Raúl, que siguió haciendo patria montillana bebiendo vino ¡Con dos cojones! Una semana más, estos individuos no tienen jartura. Cada día beben más y mejor el vino, al menos es lo que a mí me parece. No sé si habrán leído el poema de Enríque Hernández:

Qué bueno es para pensar
el vino de Andalucía.
¡No bebas vino para olvidar!
El vino es pura poesía
Cuando se sabe brindar
en reunión y armonía.

Y es que como dicen en la tierra, incluso en el limbo estamos de acuerdo, El vino es el único arte que se puede beber.


1 comentarios:

Bracaneros! que grandes sois, jodios!

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