13 de mayo de 2014

13 de mayo de 2014 - Sin comentarios

Récord absoluto de embajadores




Decididamente, lo del jueves pasado fue una auténtica pasada. Mira que estoy acostumbrado a ver animaladas casa semana. Pues bien, no sólo acabo sobrepasado en cada quedada bracanera, sino que esto no tiene visos de solución. Por un lado el número de embajadores que recibió la sede para estrenar el mes de mayo fue de ocho ¡Como lo estáis leyendo! Récord absoluto. Todos ellos pertenecen a la Peña El Poema, con sede en la vecina ciudad de Montilla y, entre otros méritos, tienen un saque de vértigo. La verdad es que me dio la impresión de que es un grupete mu salao. Tienen las mismas ganas de pasárselo bien que mis colegas bracaneros, con la diferencia de que sus quedadas tienen lugar los viernes, en sede itinerante, acompañados de sus respectivas. Según pude escuchar en alguno de los corrrillos que se formaron a lo largo de la noche, tienen su origen en el Club de Salto de Comba de Montilla. Lo que comenzó como una actividad para hacer grupo entre los padres de los integrantes del citado club, se ha convertido en una reunión semanal donde también se adora al vino, entre otras bebidas y, por supuesto, se rinde culto a la buena gastronomía. De hecho, los ocho nuevos embajadores, que presentaré a continuación, llegaron hasta Brácana con unos entrantes de tronío: altramuces, un jamón entero con pezuña y medio queso manchego. Podéis imaginar el careto de mis compinches cuando cruzaron el umbral de Brácana. El grupo en cuestión estuvo formado por el Luis el Seco, el David Redondo, el Santi Carmona (este tiene para un capítulo entero), el Miguel Ángel González, el Francisco Alcaide (Paquito el músico pa los colegas), el Miguel Ángel Sánchez, el Antonio Rey (el Chico) y el José Antonio Galindo (al que algunos llamaron allí mismo el Niño de la Montera). Con esta terna, imaginar cómo se desarrolló la noche no es difícil. No obstante, trataré de hacer una crónica, en la que detallaré los momentos más destacados, que no estén sujetos a secreto de sumario.



Con la baja de la Pantera de la ITV y la tardanza de rigor de el Paticorto de las ondas, que sigue llegando cuando le sale de los compañones, poco después de las nueve de la noche, la fiesta estaba en marcha. Había ganas desde primera hora, como pude intuir por la entrada del presidente, portando una garrafa de ocho litracos de Fino El Maestro. Los aperitivos fueron esta vez abundantes y variados: altramuces, jamón al por mayor, queso a destajo, aceitunitas y pimientos fritos, que de vez en cuando fueron cubiertos oportunamente por jamón frito. A eso de las 23:00 horas, el personal dejó de darle a la mandíbula, aunque sin frenar el trabajo del gaznate. En ese momento llegó el Consejo de Ministros, en el que se repasó una vez más el futuro más inmediato de la República y se hizo el traspaso de poderes de la Secretaría General de Planificación General que, evidentemente, queda en manos de mi amo a partir de ahora, tras el buen trabajo realizado por el anterior responsable de este área. Uno de los momentos más emotivos de la noche fue la entrega de un recuerdo por parte de la Peña El Poema, que tuvo a bien dejar constancia de su paso por Brácana, con un documento que certifica los lazos de hermandad creados entre ambos colectivos desde el pasado jueves. De todo el texto leído me quedo con la siguiente idea:
- Sirve de homenaje a tantos vendimiadores que han trabajado desde hace años para que encuentros como el que hoy tenemos, se repitan en el futuro ¡Ahí queda eso!



Poco antes de este emotivo momento, se llevaron a cabo los juramentos que, por el volumen de embajadores, acapararon esta vez buena parte de la noche. De todos, me quedo con el momento Santi que, no contento con la cantidad de vino ingerida con anterioridad, juró su cargo de embajador metiéndose un cancanasso directamente desde la jarra. Más de uno se esperaba un vuelco inmediato. No obstante, el latigasso sirvió de inspiración para una de las noches de blues más espectaculares, vividas a este lado del Mississippi. Antes de ello, el Ministro de Alimentación preparó un golpe de pinchitos de pollo para cerrar la noche gastronómica y tratar de empapar la media arroba larga de vino que ya había caído. De hecho, tras dar buena cuenta del Fino El Maestro, pasaron al Fino Andalucía, que los embajadores también habían previsto para su visita a Brácana.



Sin tregua, se metieron entre pecho y espalda un gazpacho traído por el Galindo, que tampoco sirvió para aminorar el ánimo. Más bien fue el acelerante necesario para que Brácana ardiera, en términos figurados, por los cuatro costados. El Miguel Ángel González echó mano de una guitarra y el Santi, poseído por el alma del mismísimo Ishman Bracey, emergió del Delta del Mississippi. El Blues del Prepare fue el tema estrella de la noche. Estuvo cargado de espiritualidad, con un estilo depurado, que rasgó la noche bracanera con un aullido de desesperación.



Poco tardaron en cambiar de estilo para interpretar las Sevillanas del Poema, esas que comienzan cargadas de contenido, con los versos del célebre poeta que dicen:
- No le pegues más al perro, me cago en tu puta madre.
La que se lio fue parda. Si minutos antes era el Santi el que fue poseído por el alma blusera, con las sevillanas se fundió el estilo más purista de Ecos del Rocío, con la voz más oscura del cantante de Sepultura. Fueron improvisando letras, a cual más innovadora e hiriente, hasta que llegó la hora de los digestivos, que tampoco perdonaron. Con ellos andaban, cuando el personal comenzó a abandonar la sede de manera progresiva.



Cuando sólo quedaban el Pijo del pádel, el Ministro de Alimentación, el Ligre y el Paticorto de las ondas, recogiendo los restos de la batalla, una nutrida selección de la Peña El Poema volvió al lugar del crimen. Menos mal que fue sólo un retorno fugaz, para dar las buenas noches. Bueno, a decir verdad, fue fugaz porque no quedaba hielo. Con una bolsita de más de piedras de enfriar en el congelador, hubieran esperado la llegada del alba cantando sevillanas y blues ¡OH YEAH!



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