21 de marzo de 2019

21 de marzo de 2019 - Sin comentarios

Última tertulia del invierno

Cada año por estas fechas, se dejan caer por Brácana el Juan Castillero y el Pichichi. La excusa no es otra que presentar formalmente la invitación anual de La Fundi para que el pueblo bracanero pueda peregrinar hasta la vecina localidad de Montalbán. Será el próximo 25 de abril, según se expuso en Consejo de Ministros, así que todo queda pendiente para esa fecha. Esta vez ambos estuvieron acompañados por un nuevo embajador como el Manolo Bellido.


El apellido ya ofrece pistas sobre su linaje y, por lo que pude comprobar será nuevo en la República, pero tiene más kilómetros hechos que las maletas del fugitivo. Cada visita que realiza el Juan parece una oda al colesterol: queso, jamón, cabeza de cerdo.... y por supuesto, morcilla y chorizo. Menos mal que en el capítulo de comestibles, el Ministro de Alimentación anduvo con vista para cerrar la noche con unos montaditos de pechuga de pavo. El vino también corrió por cuenta de el Juan. El fino La Fundi sigue estando de muerte según cuentan mis compinches, y dieron buena cuenta de todo el que trajo, teniendo que echar mano del barril de la República. La Tertulia dio para muchos temas. Entre otros, destacado la eliminación del Atleti a manos de la Juventus y especialmente el senderismo. Ya he contado en algunas ocasiones que el Juan y el Pichichi son las versiones andarinas de Willy Fog y, al parecer, preparan una ruta para el fin de semana que viene desde Munda (léase Montilla) hasta Corduba (léase Córdoba) a la que también se ha apuntado el Suerto.


No faltó tampoco el repaso, casi semanal, a temas sexuales. Mira que yo estoy fatal. Pues esta gente me superan porque anda más caliente que el cenicero de un bingo. Como suele pasar en estos casos, según fue avanzando la noche, fue subiendo la temperatura hasta tal punto que hubo una propuesta de futuro que, sinceramente, me da miedo. A alguna criaturita se le ocurrió la genial idea de colocar paneles informativos por el casco urbano y en la entrada de la vecina ciudad de Montilla, por si algún invitado se pierde. Reconozco que el fondo tiene su allá pero estaréis conmigo en que se les va el filete de vez en cuando. Hoy no escribo mucho más porque me reservo para la semana que viene, con previsión de un terna de cuidado... apriétense los Mochos, que no los Machos.


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