15 de octubre de 2010

15 de octubre de 2010 - 2 comentarios

"Mu Fuerte"




Hola, muy güenas, me voy a presentar, soy el portátil, si el ordenador portátil del amo de Punselito. Que por cierto no pienso ser tan pelotas y llamarlo así, es más lo voy a llamar como lo hace “el pijo del padel”, que de paso tengo que decir que me cae de puta madre, no en vano yo soy un hp, (yo no soy de los baratuchos). Como digo que al amo de Punselito, yo le voy a llamar “el empahillao”.
Como veo que “el empahillao” hace tiempo que no escribe, al único que le tengo que coger la vez, para salir aquí, es al pajarito de los cojones. ¡No está crecido ni “na!. Como digo este escribe los domingo, y yo voy a ver si me cuelo de rondón algunos viernes.
Me he decido a escribir, porque lo que me ha pasado en la última tertulia es muy fuerte. Ni más ni menos que he cogido una “jumera como un piano”. Al humo de lo que fuman estoy acostumbrado, pero al vino, ni de coña, alguna vez había trincado algunas cotillas sueltas, y poco más, pero ayer me “jarte”. Os cuento.
Habían cenado ya, por cierto, ibéricos, y brochetas de pollo guisadas con vino y pimienta, y seguían saboreando y discutiendo sobre el nuevo Fino Patahierro, al que le han dado el alta tras estar en la UVI y bajarlo a planta, pero claro ha llegado convaleciente y al parecer aún le queda. Pero bueno. Bien cenaditos, bebiendo vino, charlando tranquilos, agustico vamos, pero apareció el niño de “el empajhillao” con un colega, con “el puli”, (esté debutó ayer, y flipó), los dos elementos llegaron con hambre, y el niño pide permiso para cortar un salchichón y echar aceite en un plato, y claro se monta la fiesta otra vez. Vino, salchichón y aceite y una barra del Mercadona que se veía de muerte. “El empahillao” va a coger salchichón y con el codo le pega a la copa que estaba casi a boba ratón y me la “encaloma” en el “teclao”. ¡No veas la que liaron!. Yo pensaba que me iba como Briyis de este mundo, por cierto el Punselito vacila de que se la cargo a polvos, jajaja. Yo se la verdad y algún día la contaré. Me apagué y vi a la mujer de la guadaña, pero en ese momento oí un Ave María cantado por todos, observé en mi agonía que mi amo me tenía boca abajo y el vino goteaba. En ese momento “Yussepe” dijo; “ve por un secador”, a lo cual “el empahillao” contesto; “no tengo” y a lo que “el pijo del padel” añadió; “Claro eso es de mujeres”. Vaya crakc, que bien me cae.
“Yussepe” me cogió y me dejó caer en un cojín situándome en el sofá al lado suyo y de “el pijo del padel”. Allí me tuvieron hasta que apareció “el empahillao”, con un calefactor. Me cogió, me llevó al pollo de la cocina donde un par de días antes salvó la vida a Punset que estaba medió muerto. Nada de sustillo como cuenta el vacilón, y me enchufó el calefactor. Desde la cocina podía oir al personal, hacer apuestas sobre mi salvación o mi muerte, la cosa estaba pareja. Tengo que decir que mientras me secaba “el empahillao” no daba un duro por mí. De repente “Yussepe” me colocó delante de un ventilador de aire frío, y dijo: “cuando se pase un rato le cantaremos las Santas Alabanzas y ya verás como se salva”.
Dicho y hecho, en unos minutos estaba en lo alto de una caja, que habían colocado en lo alto del puff y me estaban cantando. “El pijo del padel” al ver que yo estaba vivo le dijo a “el empahillao”: ¡quítalo ya de ahí, que tu estás “empahillao” y le vas a tirar otra copa!. Para celebrar mi vuelta al mundo me pidieron que les pusiera a Manu Chao, y yo, claro está así lo hice, lo celebraron con PX del güeno (güenos hay muchos)y una bolitas de chocolate heladas, y se les pasó el susto hablando y riendo un rato más. Y yo me sentí el portátil más feliz del mundo, de hecho os cuento un secreto…
Ni de coña, me voy yo de esta casa, una vez oí decir a “el caracoles” cuando vino a traer “forrae pa los coneos” y ya se marchaba: “ostia tío, en esta casa, hay, hay, hay algo especial, tiene buen rollo”.

2 comentarios:

Volviendo de Córdoba en autobús he sido puesto totalmente al día de este milagroso acontecimiento.

La vida sigue su curso... y los ordenadores el suyo. Eh, HP, no te confies que la próxima vez no serán tan benévolos, a lo hechos me remito. El que avisa...

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