17 de abril de 2011

17 de abril de 2011 - Sin comentarios

De santos, pastelones y contenedores...


Que la Semana Santa ya está aquí es toda una realidad y que los bracaneros atan cabos para planificar dicha semana, también. Este fue uno de los temas que tocaron en el último cónclave, hubo muchos más pero el que más brilló fue la aprobación en el último pleno municipal de la vecina localidad de Montilla de plantar un mausoleo en honor de San Francisco Solano en la entrada del paseo de los monos. Justamente enfrente de la puerta principal de la sede institucional de Brácana Center.
Pero entremos en materia, para comenzar deciros que el Ministro de Alimentación y el de Transportes, causaron baja y que por el contrario fueron tres los embajadores que visitaron Brácana. “El gran Amador”, “Paco el de la iveco” y “el Felix” el cámara del video de amadeo (Montilla Televisión).
Ante la baja de “el pijo de los bálcanes”, mi amo se hizo responsable de la cocina, y la verdad es que la cosa no salió mal, y más teniendo en cuenta que sobre la marcha tuvo que alterar el menú, ya que uno de los embajadores “el gran Amador” concretamente, apareció con una estupenda cazuela de pescado. Plato que tenía mi amo en mente para cerrar el menú. Pero como digo, sobre la marcha mi amo, “el pijo del Magreb” adaptó la comida, metiendo unos mejilloncitos al natural con limón para la primera tapita en barra.
La cosa es que el personal tardó en llegar, unos por unas cosas y otros por otras, con lo que mi amo andaba algo mosca. Pero el tío intentaba manejar la situación, no paraba de mirar las gambas peladas y los taquitos de caella, intentando atinar con la manera de cocinarlo, teniendo en cuenta que el último plato de la noche sería la cazuela de pescado. Y lo clavó, saco el perol grande, puso a “el silencioso” a pelar ajos, calentó un poquito de aceite, echó los ajitos pelados, luego las gambas, la caella, un buen chorreón de fino Pata Hierro y lo puso a cocer.
Mientras mi amo imaginaba una combinación nueva en los fogones, los tertulianos ya andaban encendidos con el temita de marras. Os cuento, un tal Francisco Solano (vecino de Montilla) se fue a hacer las américas a su manera, que no fue otra que colonizar a los indios que andaban felices a su manera también. Es decir o se convertían al catolicismo o lo iban a tener complicado, por el bien de ellos lógicamente. Con el tiempo sus vecinos decidieron pedir la santificación de Francisco Solano, y así fue. Siguió pasando el tiempo y desde Perú, donde reposaban los restos del Santo, los trajeron a Montilla y se lió la marabunta, y ahora sus seguidores acérrimos, no los que fueron colonizados lógicamente, sino los que le rezan y se dan con la manita en el pecho han recogido firmas para que levanten un mausoleo a Solano. Y lo que es la vida, no solo en Brácana, que es un estado laico, sino en el mismo pueblo de Montilla se ha desatado la polémica, acompañada de acusaciones, juicios, piques, ataques a políticos, etc…
Pero por lo que yo pude adivinar, lo que realmente les preocupa a los tertulianos de los conclaves es la inauguración de los nuevos contenedores de basura que también irán justamente enfrente de la sede institucional y por tanto a los pies del Santo.
Claro con la charla no paraban de comer y beber, y mi amo no tardó en colocar el plato que se había sacado de la manga. Y Triunfó, prueba de ello fue como quedó el perol.

La noche siguió con la aparición del tercer embajador, “el paco de la iveco” que llegaba de Ronda de currar, y lo hizo con un par de litros de vino fino del Cortijo Blanco, al parecer el lagar más antiguo de la sierra de Montilla. La coyuntura fue aprovechada por mi amo para plantar las alcachofas al montilla que habían quedado del día de la Mujer de Brácana.
De las alcachofas y para hacer hora con la cazuela del Amador, se “jalaron” un quesito de cabra en rulo. La tertulia seguía y para no perder el contacto con el Ministro de Alimentación se recuperó un aparatado clave en las tertulias; “la llamada del ahorro”.
Y de la conexión con el Ministro de Alimentación se pasó a los postres. En este apartado se alternó un “pastelón de ca manolito Aguilar” y unas cuadraitas de chocolate. En este momento se abrió la veda de los digestivos y la barra de Bracana Center parecía la del Bar la Tizne, sobre todo con la “vieja braiton en onda media dando el parte” de la primera hora más temprana del dia.
Poco después, recogieron, sanearon la sede y cada tertuliano puso rumbo a su casita, cantando bajito...

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