6 de septiembre de 2011

6 de septiembre de 2011 - 1 comentario

El encantador de serpientes

Mucha expectativas había en Brácana Center ante la vuelta de “El Presidente”, al que supuestamente lo estaban esperando para ponerle las pilas, es más se comentaba que planeaba sobre el una moción de censura en toda regla. Pero al final mucho ruido y pocas nueces, como dice el dicho.
“El Maestro” apareció como suele ser habitual en el, camiseta de manga corta oscura, pantalón vaquero, chanclas, collar de cuero al cuello y equipo de fotografía al hombro. Saluditos y sorpresa. Si sorpresa, o más bien sorpresón. Traía preparada una prueba cultural para calibrar el nivel de sabiduría del pueblo de Brácana. Este hecho cogió desprevenidos a algunos bracaneros, sobre todo a “el paticorto de las ondas” que horas antes había llegado de su periplo por el sur de Francia.
Pero antes de hacer la prueba intelectual decidieron comer algo y comentar la actualidad bracanera e internacional como suele ser habitual. Las tapitas en barra fueron desde pollo en salsa, a morcilla en manteca, pasando por caña de lomo, patatas fritas o frutos secos. En esta ocasión solo el Fino Pata Hierro era el acompañante a tales delicias culinarias.

“La pantera volvió a faltar”, y una vez efectuadas las cuentas y confeccionado el calendario de embajadores que asciende a cerca de veinte para las próximas semanas, decidieron entrar en materia cultural. Eso sí, con el estomago lleno y con la copa de vino en la mano. El personal se repartió por el salón central de Brácana Center, el presidente iba repartiendo la hoja con las once preguntas y un bolígrafo bic a cada bracanero. En un primer momento la sala se llenó de murmullos, risas e incluso comentarios en voz altas sobre las preguntas del examen, pero un riguroso toque de atención de “el presidente” que a su vez ejercía de maestro, calló la sala, llevando hasta esta un silenció sepulcral que no se recordaba en tertulias ni conclaves con anterioridad. Sorprendente era ver callados y aplicados a “el pijo del padel”, o a “el abertxale de ca bellio”, así como a “el ligre”, “el niño” o “el aijado”. Lo que no habían conseguido Don Baldomero, Don Natalio, Don José Delgado, Don Ventura, Don Rafael Arce (el cuco) o el propio Don José Pepe Castro, lo estaba consiguiendo años después Don Bernardino con un copetazo en la mano.
Y allí estaban, los que se iban a comer a “el presidente” estaban siendo devorados por la capacidad de manejo de “el maestro”. Emulando a los encantadores de serpientes de la plaza de las tres culturas en Marrakech, los manejaba a su antojo. Por momentos algún bracanero mostraba en voz alta su desesperación ante la imposibilidad de poder contestar preguntas aparentemente sencillas pero cargadas de trampa. Pero el encantador de serpientes con un sutil comentario calmaba la sala, devolviendo ese silencio inmaculado, tan desconocido el las tertulias o conclaves hasta ese mismo momento.

Una vez concluida la prueba cultural, “el ligre” sorprendiendo a propios y extraños, se dirigió a su bolso que estaba colgado en la percha de la sala central de Bracana Center, sacó un par de documentos, posteriormente se dirigió al atril, y mandando callar a sus paisanos recitó una poesía sobre los vinos de Alvear que dejó boquiabiertos a los que allí asistían incrédulos por lo que escuchaban y veían. Casi setenta años tenían aquellos versos que iban acompañados de otro documento con la plantilla de trabajadores de dicha bodega, puestos que desempeñaban, mensualidades, etc…
Dichos documentos pasaron de mano en mano, levantando la expectación de los allí presentes. Mientras tanto el ministro de alimentación ultimaba los preparativos del plato estrella de la noche, Fajitas de pollo y verdura.

Pero el espectáculo verdadero llego cuando tuvieron que envolver la carne y verdura en la finísima masa servida para tal ocasión. Los chorreones de caldo bajaban por el codo de más de uno, mientras que otros decidieron tirar por la tremenda y comerse con los dedos de sus manos la carne y verdura. Poco después y en el rostro de algún bracanero empezó a hacer efecto el pique ingerido en la cena que tuvo que ser abortado con los digestivos de rigor y unos profiteroles de nata, descongelados pocos minutos antes en el magnifico microondas donado por “la carmen del Contreras”.

En definitiva conclave de emociones, piques mexicanos y exigencia cultural para dejar el nivel académico de la republica en buen lugar.
De las notas ya os informaré en el mismo momento en el que me sea posible.

Saluditos desde el limbo. Por cierto, aquí seguimos. La última es que nos han quitado los huesos de santo y el tocino de cielo por el mal comportamiento que tuvimos con Mazinguer en Cuatro Vientos.

1 comentarios:

El presidente del coloquio de los perros asistió en primera persona a la elaboración de la prueba cultural bracanera y guardó el secreto de estado, como debe ocurrir en estos casos de altas relaciones internacionales.

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