19 de noviembre de 2011

19 de noviembre de 2011 - Sin comentarios

La prima de riesgo entra en Brácana y sale escardada


Que la cosa está fea empiezo a creerlo de veras, es más he mandado un informe a los pobladores del limbo sobre lo que viví el pasado jueves en Brácana Center, para anunciarles que no estamos exentos de problemas financieros y que si no nos apretamos los machos probablemente la prima de riesgo no trinque. Y todo esto viene a colación porque hasta Brácana ha llegado la famosa prima de riesgo, aunque eso sí, de una forma bastante peculiar. Os cuento.

Este pasado jueves se celebraba la tertulia noventa y cuatro y conclave cuarenta y uno, estaba prevista la visita de dos nuevos embajadores, “el mantequilla” y “el pepe moyano”. El Ministro de Alimentación volvía a tomar el mando de las operaciones en la cocina con “el silencioso” de pinche o Secretario de Estado para la Alimentación” como se quiera llamar. También se esperaba la ausencia de “el Presidente” por problemas de agenda. Y como menú tocaba pegarle otro leñazo al jamón de pata negra, y dar buena cuenta de unos conejitos al ajillo, cazados y “esollaos” por “el Alejandro”, sobrino de mi amo y su hermano que reside en la vecina localidad de Baena.
Pero como ya os he dicho en más de una ocasión, en Brácana Center cualquier cosa es posible, y en esta ocasión muchos cambios sufrió el guión establecido.
Lo del horario de apertura, ha vuelto a sufrir modificación, quedando instaurando para la temporada de invierno, las ocho y cuarenta y cinco (horario champions).
Cuando llagamos mi amo y yo (que me colé, sin que se dieses cuanta) lo hicimos con “el mantequilla” que andaba deambulando por los alrededores de los montes bracaneros (el paseo de los monos), al entrar los tres nos encontramos con “el silencioso”, “el ligre”, y “el pijo del Padel”.
Poco después comenzaron con las cervecitas mientras hacían hora, pero al minuto, chasss, la primera sorpresa. “El Presidente” apareció sin que nadie lo esperase y la verdad es que llegó muy activo y alegre, saludó a todo bicho viviente que andaba por Bracana. En vistas de que el ministro de Alimentación tardaba en llegar, “el silencioso” invito a “el pijo del padel” a meterle mano al jamón. Ofrecimiento que este no rechazó y en un plis plas estaba en la mesa central cortando jamón. Mientras esto sucedía siguieron llegando bracaneros y de la mano de “la pantera” llegó el segundo embajador, “el pepe Moyano”. Este apareció con unos litricos de Fino Moyanito que pronto empezaron a rular de copa en copa acompañando a las aceitunitas partidas, el salmón marinado, o las pataticas salaillas.
Casi con el pleno en Brácana Center decidieron hacer las cuentas, y fue aquí cuando se tambalearon las estructuras económicas de la república. Tras unos minutos de ajustes y pagos el BCB (Banco Central de Brácana) se quedaba sin fondos. La prima de riesgo se había disparado hasta los 669 puntos y solo la intervención de “el pijo del padel” que seguía cortando jamón de pata negra en la misma mesa donde “el presidente” y “el secretario” anunciaban la catástrofe, pudo calamar el miedo escénico que vivieron los bracaneros.
¿Sigo cortando o me paro?, preguntó “el pijo del padel”. Sigue, sigue cortando mientras solucionamos esto. Fue la respuesta que obtuvo.
En un principio trataron de buscar los motivos de tal descubierto económico, luego hubo quién pidió la dimisión de “el presidente” y “el secretario” (no es la primera vez, quizás haya que recordar que las elecciones estuvieron envueltas en polémica e irregularidades). También hubo quién propuso utilizar los Fondos de Estado para las Loterías y Apuestas Múltiples para tapar el vacío del BCB, pero al final y tras un decretazo de “el Presidente” se autorizó una subida de impuestos a escote, que fue recaudada en el acto y que alivió las reservas del BCB.
Posteriormente metieron mano al jamón con aceite, al Fino Moyanito, a las aceitunas aliñadas y al queso, mientras que debatían las actividades para las semanas venideras.
Bastante más aliviados y con el estomago en funcionamiento, “el presidente” abandonó la sede institucional alegando cansancio debido al dia tan complicado con el que había tenido que lidiar, y que de forma satisfactoria pudo enmendar.
La cosa continuó con charlita a pie de barra, y para seguir relajando la situación el Ministro de Alimentación plantó sobre la barra “unas asaduritas de los conejos” que fueron recibidos con alboroto entre los bracaneros y embajadores presentes.
Este fue el momento en que mi amo se retiró, ya que andaba tocadete con la garganta y según el “tenía el cuerpo destemplado”, su precipitada marcha no le permitió ver los juramentos de los embajadores que resultaron ser de lo más ameno una vez más.
De aquí al final poco os puedo contar ya que yo, solidarizándome con mi amo también me marché, poniendo rumbo al limbo. Pero por lo que he podido averiguar en estos días, la cosa parece que acabó bien entrada la noche. Los cuatro conejos cayeron junto a las tres piñas de pan, al Fino Moyanito le vieron el fin teniendo que echar mano del Fino Pata Hierro, que reapareció en sus dos nuevas versiones, fresco y solera, y para el postre empezaron unas laticas de piña en almíbar que acompañaron con un Ribera de Duero hecho llegar por “el mantequilla”, con la particularidad que aún no está ni tan siquiera en el mercado, volviendo a ser Brácana Center un centro de innovaciones de primer orden.

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