1 de noviembre de 2011

1 de noviembre de 2011 - 3 comentarios

Día grande en Brácana Center.




El pasado 27 de Octubre del 2011, pasará a la historia de la joven República de Brácana como un día especial, grande, histórico. Ya sé que estos calificativos no es la primera vez que los utilizo para hablaros de una tertulia o un conclave, pero es que esta vez realmente son merecidos. No en vano, se recibía la primera visita de dos jefes de estado y un primer ministro, elevando a visita de alto estado la presencia de Fernando Giménez Alvear, Luis Giménez Alvear y Bernardo Lucena en la sede institucional de Brácana Center.
Yo que en el limbo he andado muy ocupado con la llegada del Maestro Antoñete, podía percibir que ahí abajo había movimientos pero no alcanzaba a adivinara el motivo. Pude observar que el sábado anterior al conclave hubo redecoración de la sede y limpieza general. También trapicheo pude adivinar con el tema del menú. Y claro, cuando llegó el jueves y empezaron a desfilar los invitados, fue cuando me di cuenta de la razón de tanto movimiento y nerviosismo.

Cuando mi amo llegó a la sede, se encontró en ella con el Ministro de Alimentación y “el silencioso” que andaban dando los últimos retoques para que todo saliera a la perfección, algo que en una republica anárquica, es bastante complicado. Poco después llegó el primer invitado, “el Bernardo”, este al parecer, y por lo que pude entender ejerce de Primer Ministro de la vecina localidad de Alvear. Es más, según tengo entendido ostenta el cargo de Ministro de Trabajo, Comunicaciones, Relaciones con la población permanente e itinerante del variopinto poblado de habitantes de Alvear, (en especial con Manolo Gómez, el m…) y un largo etcétera de responsabilidades. Como digo fue el primero en aparecer por Brácana Center y es de agradecer ya que minutos antes andaba por Córdoba de médicos. Poco a poco continuaron llegando bracaneros, hasta que pocos minutos después de las nueve de la noche, hacían acto de presencia Fernando y Luis Giménez de Alvear, descendientes del Conde de la Cortina y de un tal Drake, que anduvo piranteando años atrás. Como podéis imaginar con estas reseñas no había lugar mejor donde podían caer que en Brácana Center, donde los piratas abundan a mansalva entre embajadores y bracaneros. Como digo los hermanos Alvear, Fernando y Luis, (que al más puro estilo hermanos Kaczynki en Polonia), llevan las riendas de la vecina localidad de Alvear, aparecieron con una botella de vino bueno debajo del brazo, como no podía ser de otra manera.
Pero como Brácana es una anarquía donde es bastante difícil controlar lo que sucede, segundos después de aparecer los jefes de estado invitados, aparecieron dos viejos embajadores que llagaron nada más y nada menos que con dos docenas de catavinos marcados con el nuevo logo de la tertulia, en agradecimiento por las atenciones recibidas cuando visitaron Brácana Center, semanas atrás.
Este detalle, inconsciente para muchos, sirvió para romper el hielo como se suele decir y en un plis plas encontrarse el personal bebiendo Fino El Arrumbador y degustando el salmón marinado ejecutado a la perfección, una vez más, por el Ministro de Alimentación, que ya campaba a sus anchas por la cocina. Mientras ello sucedía, las charlitas aquí y allí ya habían tomado cuerpo en la sede. “El Fernando”, “el Luis” y “el Bernardo” parecían encontrase a gusto y eso se contagiaba a los bracanaeros que informaban (entre otras cosas) del reconocimiento que la ONU les hizo como estado integrante de esta institución meses atrás. También hablaron de las pruebas culturales realizadas por los bracaneros, o de la trayectoria de la republica desde que hace un par de años comenzó a funcionar. Se informó a los invitados del sistema tributario, de los ministerios e incluso del reparto de tareas dentro de la república.
Del salmón marinado pasaron a los crujientes de pomme de terre con chistorra elaborados, como ya es sabido, por “el pepelui”. Y poco después mi amo, se dirigió al atril para y en el apartado semanal de reminiscencias leer un pasaje de la Enciclopedia Ilustrada de la Historia de Brácana, tomo primero.
El Fino El Arrumbador iba tocando a su fin y para el siguiente plato, las brochetas de frutos del mar, el personal pasó a degustar el Fino El Maestro. Tengo que decir, que dichas brochetas inauguraron la nueva plancha de Brácana, una inversión necesaria y con carácter modernista, y que fue aprobada por mayoría absoluta en el último consejo de ministros. Antes de meterse entre pecho y espalda tal manjar, los bracaneros hicieron los brindis de rigor, donde también recordaron y brindaron por el Maestro Antoñete (a tomar por culo los antitaurinos) y tuvieron un breve recordatorio para mi persona de pájaro, ya que ahora hace un año que volé para el limbo. Esto fue todo un detalle que me ablandó el corazón.
El conclave treinta y ocho perteneciente a la tertulia noventa y uno, iba cogiendo ritmo pero “El Luis” y “el Bernardo” habían decidido apurar sus minutos en Brácana Center debido a que su residencia la tienen en la vecina localidad de Córdoba, y esto obligó a acelerar un par de eventos.
Por un lado y con el Presidente de la República , Independiente, Anárquica y Laica por la gracia de dios como maestro de ceremonias y apoyado en “el abertxale” como ayudante, se hizo entrega de un diploma recordatorio de la visita a Brácana Center de tan ilustres invitados (esto es pelotilleo puro, pero si no lo pongo igual mi amo me fríe en el próximo perol de pajaritos que hagan). Lo recogió y leyó “el Fernando” y por lo que pude oir, se lo llevó para su casa de Montilla. El otro evento que quiero comentar fue el reparto totalmente desproporcionado de las gachas con arrope que hizo “la marina”, y con las que se presentó el “Paticorto de las ondas”. Ambos dos invitados se llevaron media bandeja (para probarlas dijo el Ministro de Alimentación, en un acto que levantó mucha polémica y con tintes de peloteo puro y duro), quedando la otra media bandeja para nada más y nada menos que diez personas.
Pero antes de degustar las majestuosas gachas y tras la marcha de los dos invitados antes citados, se “jalaron” unos montaditos de presa ibérica a pie de barra, con tertulia buena y con el Fino El Maestro como acompañante de lujo.
Y de la barra, otra vez a la mesa central, para degustar ahora sí, las gachas con arrope, donde el Fino el Maestro dio paso a un PX del año cincuenta que hizo llegar hasta la sede “el abertxlae” y que fue el acompañante ideal para una sinfonía de sabores sin igual y que de paso deleito al personal. Y claro, como el momento era tan particular, pues Cat Stevens no se lo quiso perder y sin apenas darse cuenta más de uno tarareaba el Morning has Broken, o el Peace Train… recordando sus años mozos.
Y de la mesa central, otra vez a la barra, vaya trapicheo. Allí remataron la faena con los digestivos. El lateral de la barra que da entrada a la cocina fue el lugar elegido, para a la par que saboreaban los digestivos, charlar de música, de educación, de los valores humanos, de lo difícil que a veces es vivir en un pueblo… Allí en ese recóndito espacio de la pequeña pero infinita República de Brácana rieron y charlaron como iguales bajo la reposada mirada de las botas del oloroso que semana tras semana son invitadas de excepción.

3 comentarios:

La madre que parió a Panete. El Miguel parece un pavo real con las plumas.

esta tertulia pasara a la historia por la presencia de los tres jefes de estado que pasaron por bracana center y esperemos que vuelvan a pasar por la republica de nuevo y esto no es peloteo

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