19 de febrero de 2017

19 de febrero de 2017 - Sin comentarios

Febrero, mes del Silencioso

Como elemento diferenciados de otras entradas de este blog, hoy no tenemos fotos para ilustrar la primera quedada del mes de febrero. Menos mal que estoy yo para contarlo, porque si fuera por el Maestro... Al buen hombre le dio por borrar la tarjeta al llegar a su casa, así que esta semana tengo que buscarme la vida sin imágenes.
Con fotos o sin ellas, mis colegas no perdonaron su reunión semanal, iniciándola fuera de la sede. Llevaban tiempo sin pegarse un desmarque y la semana anterior ya escuché que tenían pensado hacerlo en viernes, en lugar del jueves, para posibilitar la presencia de el Ligre. Por ello, me aposté frente a la casa de el Silencioso, que para eso es el encargado de abrir la sede. Tiré detrás de
él, llegando a la Casa de las Aguas, donde esperaban el Ruquel y el José Antonio Cerezo. Deduje, no cabía otra posibilidad, que iban al cumplir el ritual de entregar las entregas atrasadas de la Enciclopedia Ilustrada de Brácana, donde un servidor refleja capítulo a capítulo, las andazas de mis compinches. Tengo que reseñar tres bajas, la de mi amo, la del Abertxale y la de el Félix el de la Tele, a los que no vi por allí, y eso que me extrañó. El caso es que entre los fondos de la Biblioteca de la Fundación Manuel Ruiz Luque ya figuran tres nuevos volúmenes de la colección, en concreto los números IV, V y VI, que corresponden a los años III, IV y V, después de Brácana ¡Coño, si es que son liosos hasta para ponerle el nombre a las cosas!
Fue una visita ligera ya que, por motivos personales, el José Antonio Cerezo tenía que atender cuestiones que ahora no vienen al caso. Aún así, no perdonaron los latigassos de fino correspondiente, ni tampoco unos tientos al oloroso de la bodega de la Casa de las Aguas.
Una vez cubierto el trámite, pusieron rumbo a la sede donde, ahora sí, puede ver a mi amo, a el Abertxale y a el Félix el de la Tele que, por cierto, cubría su primer turno como pinche en la República. Poco hay que contar del encuentro porque, como cada semana al principio de mes, sirvió para organizar los reuniones venideras.
Bueno, en realidad sí que hubo un dato destacable. En el capítulo de nuevos invitados, hubo unanimidad en fijar el mes de febrero como 'El mes de el Silencioso'. Esto quiere decir que todos los nuevos embajadores que llegarán a la sede, lo harán de su mano, a pesar de los riesgos que ello conlleva. Si tiramos de archivo, el porcentaje de veces que sus invitados lo han dejado tirado en anteriores ocasiones, no invita al optimismo. A pesar de ello, el tío se ha venido arriba y eso que su integridad física está en juego. Una vez aprobado por unanimidad el 'mes de el Silencioso', mi amo ha lanzado una apuesta que seguro que va a da juego en el futuro. Si fallan los embajadores en alguna de las tres próximas quedadas, el Silencioso acabará en el estanque de los patos de los Montes Bracaneros. Si por el contrario logra hacer pleno, será mi amo el que termine dentro.
Sea como sea, voy a disfrutar como pájaro al que liberan de la jaula.... seguiremos informando.

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