Y llegó el jueves que tocaba cerrar el mes, los bracaneros habían aguantado el tirón de todo noviembre, con cena bracanera también incluida y con sus escapadas particulares. Todo un recorrido de bastante nivel. Pero en el último jueves del mes venían curvas. Con el aurea de la mítica Sala Viva sobrevolando por sus vidas, aparecieron “el Vicent”, “el manolito el jaro”, “El Pino”, “el Luichi el Botella” y “el manolillo, el belli”.
A estos no le faltaban ganas, todo lo contrario, disfrutones desde el minuto uno, mimetizados con el entorno, y a la par a su aire, como almas libres que son. Kilómetros y kilómetros de fiesta a sus espaldas es el mejor aval, y se habían dejado caer en el mejor sitio para pasárselo genial. Risas, anécdotas, charlita buena. Incluso con un intruso que necesitado de continuidad para seguir alargando la jumera que llevaba, se coló en plena sede, justamente en el mismo instante que comenzaba la sinfonía de tenedores. Igual que si en la escala de milan y cuando va a empezar la traviata, vas y te cuelas en el escenario.Tras unos minutos de confusión en el nadie reaccionaba, y con el intruso pidiendo un medio. Mi amo tirando de kilómetros y ejerciendo como presidente (al que acusan de bananero), supo sostener con una serenidad solo para elegidos, el primer impacto y automáticamente invito al okupa a desalojar la sede excusándose en que se estaba celebrando el cumpleaños del pino y era una fiseta privada. Maestria absoluta la que da el vino, a pesar de que dicen que hace perder los papeles. Automaticamente y tras dcerrar definitivamente la purta ya sin el ocupa en la sede, la reacción del personal fue cantarle al pino el cumpleaños feliz. El pino capto el momento y sin querer romper la magia acepto de buen grado las felicitaciones, con lo que allí solo faltaba el cura de San Sebatiana (gran consumidor como nosotros de los caldos de la tierra), para bautizar al pino. Eso hubiese sido la ostia. Poco antes el vicent andaba mostrando los videos de su nueva galga.
Y entre col y col lechuga, el botella por aquí con sus bromas, el amanolillo el belli granquilete como llos corredores de fondo, y el manolito el jaro. El jaro es un verso suelto.Y terminó noviembre, y en como los campos de batalla, había que hacer balance de la tropa. Raro, bueno imposible diría yo que haya algún bracanero que haya salido impoluto de los cuatro jueves.
Según he oído ha habido viernes de querer morirse uno, y de arrepentirse y prometerse a si mismo que ya los pasa mas.
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