1 de enero de 2012

1 de enero de 2012 - Sin comentarios

La vida es puro teatro. Y en Brácana aún más.


Lo de Brácana no deja de sorprender, en serio os lo digo, esta semana se han superado, y eso ya es difícil. Tocaba sorpresa, y vaya que la hubo. Ni el más pintado podía sospechar por donde irían los tiros, y la verdad es que tras la sorpresa todos quedaron prendados. Yo a puntito estuve de perderme tan singular sorpresa ya que cuando me disponía a pegar la “volá” para Brácana Center surgió un imprevisto.

Me encontraba yo purgándome mis alitas cuando sentí un revuelo en la entrada del limbo, al pronto pensé que eran la Amy y el Rockberto que volvían de marcha, ya que llevan varios días celebrando por adelantado el fin de año. Pero me equivoqué, cuando me acerqué a la entrada de nuestra parcela en el limbo, me encontré a Labordeta y a Saramago que volvían de andar un rato acompañados de la Mona Chita. La pobre muchacha que había fallecido unos días antes a los ochenta años de edad, andaba perdida por esos mundos de Dios, buscando el limbo desesperadamente, ya que tras su fallecimiento la querían “encalomar” en el cielo, de donde venía huyendo, ya que en vida había tenido conocimiento de nuestras hazañas en el limbo, y le había prometido a su cuidador en el The Suncoast Primate Sanctuary de Florida donde vivía, que haría todo lo posible por pasar el resto de sus días con nosotros.

Una vez hecha la recepción de tan particular personaje aceleré mi “vola” a la sede institucional y cuando llegué me encontré al personal sentado en sillas y taburetes esperando la tan ansiada sorpresa. Sobre la barra habían colocado unos cartones que impedían ver el interior de la cocina, que a la postre hizo las veces de camerino. Sí, habéis leído bien, camerino. Y es que la cosa iba de teatro. “La divi”, “el silencioso”, “el pepeluí”, “la ana”, “el maestro”, “la maricarmen” y “la laura” se habían convertido en actores de primer nivel para representar una obra basada en uno de los entremeses cervantinos con más burla e ironía dentro de las obras del tan afamado escritor del Siglo de Oro; El juez e los divorcios.

Como hablamos de una Republica, Independiente, Anárquica y Laica por la Gracia de Dios, dichos actores optaron por el tercer calificativo y decidieron celebrar el Día de Brácana con una obra de teatro. Acto este significativo, y no lo digo por la obra de teatro, que también, lo digo por la celebración del Dia de Brácana, ya que tras el jueves pasado se realiza por segunda vez en un año. ¡Y es que en Brácana todo es posible!

“La divi” hizo de maestra de ceremonia, y explicó con pelos y señales el porque de la elección de tan particular obra para la celebración de tan particular día. Se remontó a la fundación de Brácana allá por los comienzos del mes de enero del año 2010, cuando tras una dolorosa y a la vez fecunda separación de mi amo, se gestó el origen de la actual República. Y claro como la cosa surgió de un “desapartamiento” y un posterior divorcio, pues que manera mejor que celebrar el Dia de Bracana.

Pero vayamos a la obra de teatro.

El juez que no era otro que el silencioso, tuvo que lidiar como pudo con tres parejas que buscaban la emancipación de sus cónyuges, donde las mujeres ansiaban dicha emancipación y enumeraban los defectos de sus maridos. Estos de forma burlesca trataban de lavar su imagen y a la vez hacer ver a su señoría que el destino no los había tratado del todo bien a la hora de haber elegido a sus parejas.

Lo hicieron en tres partes, donde y en cada una de ellas los presentes no dejaron de reír, y a la vez mostrar su admiración por tan peculiar sorpresa.

En la primera parte del entremés aparecen Mariana (“la divi) y el vejete (“el maestro”. Mariana se quiere separar porque tiene que cuidarlo día y noche y está harta de aguantarlo ya que la tiene como a su criada.

Después aparece otro matrimonio formado por Guiomar (“la maricarmen) y un soldado (el pepeluí). Guiomar dice que su marido se pasa la vida sin hacer nada más que ir a misa, y que ella tiene que alimentar a la familia.

En tercer lugar llegan un cirujano (“la laura) y Minjaca (la ana), los dos están hartos uno de otro y quieren separarse inmediatamente.

Tras unos veinticinco minutos de risas continuadas los actores pusieron fin a su actuación recibiendo un cerrado homenaje donde los aplausos y los gritos de ¡Bravo, bravo! sonaron en lo más profundote la república.

Posteriormente actores y público pudieron compartir unos ágapes, donde los primeros hicieron gala al tan famoso dicho que se refiere al hambre que pasa los personajes del mundo de la farándula. Ágapes donde destacó la tortilla de patatas realizada por “la aurori” madre de “la carmela” cónyuge de mi amo.

Por tanto otra noche que pasará a la historia de la joven República, donde Brácana Center se convirtió por unos momentos en un autentico corral de comedia del Siglo de Oro, con bracaneros y bracaneras emulando a personajes de nuestro pasado más brillante y en donde de una manera sencilla y muy humana acercaron el teatro a un público muy agradecido.

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