Tertulias de vino fino

El jueves pasado Brácacna Cénter recibió una cuadrilla de embajadores que más que embajadores parecían una autentica cuadrilla taurina. Y que respondieron a la perfección con las expectativas creadas en su asistencia al remozado Coso Monumental de Los Escardillaos. Pero antes de narrar como fue la lidia, paso a comentar los entresijos de la asamblea 19, correspondiente a  la tertulia 117.

Para comenzar este repaso diré que se inauguró el descorchador de botellas de tintos y otras yerbas que se puedan descorchar con el “artilugio” que llegó de la mano de “el pijo del padel” como no podía ser de otra forma. La instalación de dicho aparato supuso todo un esfuerzo de ingeniería y destreza. Para comenzar se hizo un estudio arquitectónico para aliviar el impacto estético de la sede, estudio este con cálculos aritméticos y planos alzados. Una vez ubicado el descorchador se pasó a la instalación de este, para lo que hubo que utilizar varias taladradoras de distintos calibres, varios martillos hidráulicos para posicionar los grandes tacos de sujeción a la pared, y para posteriormente terminar el anclaje con una serie de tornavis de diferentes dimensiones. Mientras esto ocurría, la sede (Coso Monumental de Los Escardillaos) ya estaba a más de tres cuarto de entrada, rozando el lleno. De hecho ya estaban dentro; mi amo, “el ligre”, “el pijo del pádel”, “el pijo de los balcanes”, “el silencioso”, “el rafa y el fransi el maleno” (embajadores), “el abertxale de ca bellio”, “el niño”, “el caracoles y el juani” (los otros dos embajadores).

Otro punto importante fue, el dedicar la tertulia musicalmente hablando a la reina de los 80. La todo poderosa Donna Summer que falleció en la misma mañana del jueves, entrando por la puerta grande del limbo, donde la esperamos todos pintados de negro y con grandes pelucas rizadas. Como digo Donna Summer animó y de que manera la noche en la sede.

De comer… os puedo decir que no pasaron hambre. La noche comenzó con altramuces, aceitunas, morcilla en rama, y tocino de beta, continuando con un choricito al vino, salchichón de reserva y terminando con unas alcachofas acompañadas de salchichas en salsa. De beber Fino Pata Hierro Bota Nueva, Fino El Maestro y un Ribera de Duero crianza de doce o trece años. No faltó la tapita en barra, los brindis y saludos, ni por supuesto la melodía de tenedores que salió a la quinta. El brindis más efusivo fue para “el paticorto de las ondas” que tuvo que abandonar la asamblea minutos después de su llegada por un problema físico de “la marina” que jugando con “el pequeño bracanero iván” se daño un ojo. Tampoco faltó la hora mancha acompañando los digestivos y unos heladitos que llevó mi amo para celebrar su reciente cumpleaños. Ni por supuesto faltaron los juramentos, donde uno tras otro, los cuatro embajadores, cumplieron a la perfección con el ritual. Lo que no hubo en esta ocasión fue Consejo de Ministros, ya que no lo consideraron oportuno.

Y bueno, tras detallar lo que fue la asamblea, voy a detallar la faena de la cuadrilla de “el ligre”. Como fue bautizada ya que los cuatro llegaron de la mano de este.

“El niño el ferrobús”. Así es como es conocido en los ambientes taurinos “el rafa”. Era el más veterano de los espadas. No en vano tomó la alternativa en la mítica plaza de toros de Canfranc, donde lo hizo a ritmo de locomotora. Además hay que añadir que durante su carrera a recorrido en tren todos los cosos de España, y algunos del extranjero. Se mostró templado y participativo durante toda la noche, y se vino arriba a la par que avanzaba la faena.

“El niño las piedras”. Que no es otro que “el fransi el maleno”. Espada de largo recorrido, que durante toda la faena mostró sus capacidades acumuladas desde tiempos remotos. Con un toreo particular fuera de los estereotipos conquistó al respetable.

“Juanito el sereno”. Nombre con que quedó bautizado “el juani”. Torero de momentos. Le costó coger ritmo a la noche, pero poco a poco fue tomando protagonismo, teniendo momentos verdaderamente brillantes. Siempre sereno y pendiente del respetable, luego se vio sobrepasado por su propia faena.

“El caracoles”. Repitió cartel, aunque debutó en el Coso Monumental de Los Escardillaos, ya que su última actuación para los bracaneros fue en la Plaza del Callejón y aún de novillero. Montó el revuelo como suele ser habitual en sus faenas. Sus medias verónicas bautizadas como cagarcitas. Sus pases de pecho a lo gazapo y su particular manera de entrar a matar bautizada como el estilo burundanga, levanto al respetable de sus asientos.

En definitiva que la “cuadrilla del ligre” brilló a gran nivel en una tarde noche que no se olvidará en Brácana Cénter.